"Esto es tocar el cielo con las manos. Es una gran caricia que el club me brinda. Soy un afortunado de ser el técnico de Newell's y voy a hacer todo lo posible para mejorar la situación". Adrián Blas Taffarel esperó largos años por dar el salto a la primera división. Ese sueño eterno que siempre tuvo y por el que esperó durante 24 años le llegó de un instante a otro. Cuando menos lo pensaba la chance golpeó a su puerta para despertarse y ver transformarse en realidad el dirigir a Newell's en primera división. Un interinato, por ahora, porque el fútbol a veces otorga sorpresas y un lugar se defiende con resultados. El desafío que tendrá enfrente es enorme, complejo, delicado, pero como él mismo dijo: "No es imposible de revertir".
Las últimas horas de Taffarel fueron -y siguen siendo- intensas. Con llamados, reuniones, charlas y elaboración de trabajos pensando en el Newell's que pondrá en cancha en su debut como DT de primera división. Tampoco tiene demasiado espacio porque la presentación la tiene ahí nomás, el jueves, a las 16.45, frente a Aldosivi en el Coloso.
Su historia para el arribo al cargo surgió "el domingo cuando me llamó (Julio) Saldaña para reunirme con (Ignacio) Astore y otros directivos. Lo primero que me dijeron es que habían hablado con Fernando Gamboa y de común acuerdo arreglaron que no iba a continuar. Me pidieron si podía da una mano en este momento difícil y como empleado del club acepté hacerme cargo. Y acá estoy trabajando", relató el ex delantero en la charla que mantuvo con La Capital en la primera nota como técnico leproso.
Como todo entrenador, o al menos la mayoría, su inicio lo tuvo en las inferiores rojinegras y hasta dirigió en la Liga Venadense con el fin de ir sumando experiencias, además de trabajar en lo que es su pasión. Pero siempre con la mirada intensa y fija de dar el salto para convertirse en entrenador en el fútbol grande. "Uno siempre tuvo la expectativa de que en algún momento me llegara la oportunidad para dirigir en primera. Y, lamentablemente, esto siempre aparece cuando a otro DT los resultados no lo acompañan. El fútbol es así. Hoy para ser una alternativa en Newell's se fijaron en mí, en los años que llevo dirigiendo y el conocimiento que tengo del club. Estoy con muchas ganas y con ilusiones de sacar al equipo del lugar que hoy ocupa".
-¿Te sorprendió que te llegara en este momento?
-Sí, porque no se había hablado en ningún momento. No hubo previa ni tenía conocimiento de nada. Es más, casi ni había hablado con Julio Saldaña; y con Astore lo hice una vez en una jornada de inferiores. Me sorprendió porque todo se dio de un instante para otro. El fútbol es así, hace 24 años que busco esta posibilidad y me llegó ahora.
-En el fútbol siempre se habla de que el tren pasa una vez. Ya sea cuando aspirás a ser jugador o como técnico en este caso y hay que subirse para intentar aprovechar la chance.
-Tal cual, es así. Hay jugadores de renombre que siempre tienen la chance de dirigir cuando terminan su carrera de jugador. Otros, como en mi caso, trabajamos en inferiores, en las ligas del interior... En esta vuelta a Newell's desde hace unos años se me da esta hermosa chance que me da el club y los dirigentes. Hay que aprovecharla, disfrutarla y dar lo mejor.
-Se me vino a la mente algo de un ejemplo claro de lo que son las vueltas de la vida. Lionel Scaloni no dirigió en primera, le surgió una chance en la selección, le va bien y ahora es un DT consagrado.
-Totalmente consagrado. Tuvo la oportunidad, la aprovechó y hoy dirige una de las mejores selecciones y al mejor jugador del mundo. Desde mi lugar yo siento lo mismo porque dirijo al mejor club y voy a tener a los mejores jugadores.
-¿Tenés en claro que acá empieza tu verdadera carrera como DT de primera división y que más allá de cómo te vaya tu nombre se instalará en el fútbol grande?
-Dirigir en primera a todos no les llega la gran chance. Hay muchos que son buenos entrenadores no la tienen. Hoy se me brinda esta posibilidad y soy un DT del profesionalismo. Ahora todo dependerá de los resultados, de la capacidad como cuerpo técnico para llevar adelante todo y que los jugadores entiendan lo que buscamos, que no es nada raro sino llevarlos al máximo rendimiento. Y nos tienen que avalar los resultados, el fútbol es eso. Es el que te mantiene en el cargo o te corre del lugar. Obvio que hay que buscar el juego, el equilibrio para llegar a ese resultado. Ese es el desafío como técnico.
-Y lograr el entendimiento del grupo de jugadores, porque en definitiva el DT puede ordenar, trabajar, diagramar, pero la definición la tienen los que están dentro del campo de juego. Encima hoy la situación futbolística de Newell's es delicada y complicada.
-Es complicada, pero hay material. Hay un plantel como para poder mejorar todo y revertir la situación. Existe buena predisposición. Uno como entrenador puede hacer un montón de cosas, pero lo ejecutan los futbolistas que están dentro de la cancha. El desafío es grande, pero no imposible. Vamos a dar todo lo que tenemos para mejorar esto, no hay otra.
-¿Te diste cuenta que hoy tu vida cambia radicalmente por la exposición? La "fama" se multiplica y las críticas también.
-(Risas) Tengo una edad (55 años) donde conseguí la tranquilidad, estoy bien... Puede ser que hoy por la prensa y las redes sociales todo se potencie más, pero voy a seguir con mi vida normal. No voy a tener grandes cambios. Me gusta mucho lo que hago, me encantan los desafíos y estoy metido en eso. Estoy orgulloso de mi profesión y con muchas ganas de afrontar esto.
-El celular, sin dudas, te suena más que antes. ¿Te sorprendió algún llamado en particular?
-Es verdad que suena más. Me llamaron muchos amigos, colegas. Roberto Sensini, Adrián Coria, Ariel Palena, por mencionar algunos, quienes se pusieron muy contentos con esta chance. Esto es tocar el cielo con las manos. Es una gran caricia que el club me brinda. Soy un afortunado que la entidad donde empecé como jugador me dé la oportunidad de estar en el primer equipo. Vamos a hacer lo imposible por mejorarlo.
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-¿Qué se verá el jueves ante Aldosivi, más allá de que tenés pocos días de trabajo?
-Tengo muy pocas prácticas y trataré de ordenar y proteger el equipo con el fin de tener la menor cantidad de fallas posibles. De poder atacar al rival y hacerle el daño. Somos locales, hay que hacer valer eso, pero también protegernos para que no nos lleguen a lastimar. Grandes cambios no voy a hacer. Hay cosas que me gustan, jugadores importantes y otros a los que los voy a corregir. Milagros ninguno, sí entrega máxima de todos. Y en un futuro se irá agregando mi impronta, mi estilo de ver el fútbol y de jugarlo. Obviamente, necesito tiempo.