En los 70, Rosario se hizo la capital del fútbol y Central fue el primero en recorrer el camino a la gloria, en producir el estallido ciudadano alrededor de la pelota. Quedó a la puerta ese mismo inicio de década en aquella final del Nacional perdida ante Boca en cancha de Racing, pero después de varios títulos en la era amateur, lograría su primera consagración en el profesionalismo al año siguiente, en el Nacional 1971. Dos años después repetiría, casi consigue la tercera en el 74 y en el 75 tuvo su primera gran participación en la Copa Libertadores.
El primer título lo obtuvo en cancha de Newell's, que era el escenario neutral donde se disputó la final. Fue frente a San Lorenzo, aunque lo que más se recuerda de esa temporada, además del campeonato, fue el gol de Aldo Pedro Poy, en la semifinal que se jugó en el Monumental, frente a la Lepra. Fue mucho más que un gol, fue un gol que con el correr de los años se convirtió en leyenda. Porque se sabía además que de ahí saldría el campeón.
Ese año Ángel Labruna llegó a Arroyito para ocupar el puesto de entrenador que ostentaba otro histórico: Ángel Tulio Zof, que tendría su momento indeleble desde la década siguiente y hasta fin de siglo. Angelito contó con la base de aquel equipo subcampeón, pero intentó poner su propio sello.
Carlos Aimar irrumpió en primera división de la mano de Labruna, para acoplarse a un equipo que tenía, entre otros, al Negro Jorge González, José Aurelio Pascuttini y Alberto Fanesi.
El equipo tuvo un gran arranque de torneo, con cinco triunfos en los primeros seis encuentros, hasta que llegó una goleada en contra, ante San Lorenzo. Pero de ahí en más, otros seis partidos sin derrotas, con cuatro triunfos y dos empates. La muy buena campaña tuvo su segunda mancha negra en el último partido de la fase regular, contra Chacarita, pero lo hecho hasta ahí al Canalla le alcanzó para clasificarse a las instancias finales del torneo.
La eterna palomita
Y llegó ese recordado 19 de diciembre en el que Central fue en busca de la final nada menos que ante su eterno rival: Newell's. En un estadio Monumental como sede, muchísimos hinchas canallas vieron cómo el equipo se sacaba de encima a la Lepra con un gol que aún repiquetea en la memoria colectiva de Arroyito: la legendaria palomita de Poy.
Centro del Negro González desde la derecha y el desde ese momento “Aldo de la gente” se anticipó a la marca, voló y de cabeza marcó el gol del triunfo.
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Fue tal la locura que ese gol generó en los hinchas que Aldo, después de volver a ser campeón en 1973, en 1974 contrajo matrimonio en la parroquia Perpetuo Socorro de avenida Alberdi, que se vio desbordada por los fanáticos canallas, a tal punto que, cuentan, el cura le dijo a Poy “te caso en cinco minutos y se van porque me están rompiendo todo”.
Así, Central llegó nuevamente a una final, pero en este caso contra San Lorenzo, en cancha neutral. La cancha elegida fue la de Newell's y allí ese equipo de Labruna le marcó a fuego al escudo la primera gran estrella. El Ciclón no se la hizo fácil, ya que a los 5 minutos se puso en ventaja, pero el Canalla se recompuso de inmediato. Roberto Gramajo anotó el empate y la hazaña comenzó a gestarse con un gran cabezazo de Carlos Colman en una jugada en la que tuvo gran participación, quién si no, Aldo Poy. En la ciudad, pero en otra cancha, los hinchas de Central vieron cómo el equipo lograba su primer título en el profesionalismo.
Un campeón monumental
Central fue fundado un 24 de diciembre y qué mejor que festejar el día del aniversario celebrando un título. Fue lo que sucedió en 1973, cuando el equipo del por entonces técnico auriazul Carlos Timoteo Griguol logró su segundo título. El mejor festejo del 84º aniversario. Un cierre de año a pura fiesta.
Otra vez fuera de Arroyito, esta vez en cancha de River, donde el Canalla fue a disputar el tercer partido de ese cuadrangular final en el que tuvo que medir fuerzas con Atlanta, River y San Lorenzo. Dos triunfos y un empate (el de la final) para esa noche de delirio absoluto.
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Roberto Cabral fue el héroe de ese encuentro, fue quien a los 19’ impactó de cabeza y puso arriba a Central sobre San Lorenzo en el último partido del cuadrangular en el que le alcanzaba con el empate, gracias a los triunfos 3-1 frente River (J.J. López, en contra, Roberto Cabral y Ramón Bóveda), en cancha de Newell's, y 2-1 contra Atlanta (Eduardo Solari y Carlos Aimar), en La Bombonera.
Ese largo partido que quedaba por jugarse tras el gol de Cabral mantuvo a los hinchas expectantes, pero ciento por ciento confiados en lo que el equipo, creían, era capaz de hacer. Momento de enorme incertidumbre en el minuto 83 cuando Scotta anotó el empate, pero nada raro para Central.
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Era tal la expectativa que minutos antes del cierre del partido los hinchas canallas comenzaron a saltar al campo de juego y el árbitro (Angel Coerezza) tuvo que detener el encuentro durante varios minutos. Pero el 1-1 no se alteró y los titulares de los diarios fueron otra vez “Central campeón”.
Antes de ese cuadrangular final, el equipo de Griguol había perdido tan sólo dos partidos de 15, logrando una campaña excepcional, con la chance de disputar esos tres encuentros a todo o nada. Fue todo.