Los recientes apagones masivos en el Area Metropolitana de Buenos Aires expusieron las fragilidades estructurales del sistema eléctrico argentino. Más de un millón de usuarios de la distribuidora Edesur fueron afectados en menos de 24 horas por fallas en líneas de alta tensión, dejando en evidencia la necesidad urgente de soluciones técnicas y estratégicas que garanticen la confiabilidad del suministro energético.
Alberto Rosandi, consultor y especialista en temas energéticos, indicó que a medida que el consumo crece año a año y el margen de reserva se reduce y recordó que expertos en el sector advierten que el sistema se encuentra en una situación crítica. Sin embargo, lejos de caer en un enfoque alarmista, explicó que existen alternativas viables que permitirían mitigar el impacto de los cortes y mejorar la resiliencia del sistema eléctrico. Entre ellas, se destacan el desarrollo de un sistema de alerta temprana, la incorporación de turbinas de gas aeroderivadas móviles, la instalación de centrales de almacenamiento de energía y el avance en la construcción de la obra de transmisión Amba 1.
“Uno de los principales desafíos en la gestión del sistema eléctrico es la capacidad de anticipar situaciones de riesgo y tomar medidas preventivas. Un sistema de alerta temprana permitiría prever escenarios críticos antes de que ocurran cortes masivos, mediante el monitoreo en tiempo real de la demanda y la oferta de energía", señaló Rosandi.
Este sistema se basa en modelos predictivos que analizan el comportamiento del consumo en función de variables climáticas y patrones históricos, permitiendo activar respuestas inmediatas como redistribución de carga o incentivos para la reducción del consumo en momentos de máxima exigencia.
Generación móvil para emergencias
Otra de las alternativas que han demostrado ser efectivas en distintos países es la utilización de turbinas de gas aeroderivadas móviles, equipos de generación eléctrica de rápida activación que pueden instalarse temporalmente en puntos estratégicos del sistema. “Estas turbinas, que pueden entrar en operación en menos de 30 minutos, se destacan por su flexibilidad y capacidad de aportar potencia de manera inmediata en momentos de alta demanda o fallas en la red. Además, su compatibilidad con gas natural y combustibles líquidos las convierte en una opción viable dentro del contexto energético argentino”, detalló Rosandi, quien es asesor en materia energética de pymes y grandes empresas santafesinas.
“El gobierno ha impulsado recientemente la instalación de centrales de almacenamiento de energía, con el objetivo de mejorar la estabilidad del sistema y garantizar el suministro en los picos de consumo. Este tipo de instalaciones permiten almacenar electricidad durante las horas de menor demanda y liberarla en momentos críticos, evitando así la sobrecarga del sistema. Además, facilitan la integración de fuentes renovables, como la solar y la eólica, cuyo aporte al sistema depende de las condiciones climáticas“, señaló el consultor.
Refuerzo en la transmisión de energía
Pero más allá de la generación de energía, uno de los problemas estructurales del sistema es la capacidad limitada de transmisión. La obra denominada Amba 1 busca fortalecer la infraestructura eléctrica del Gran Buenos Aires mediante la construcción de una nueva línea de alta tensión entre Vivoratá y Plomer, además de una estación transformadora en Plomer. Rosandi apuntó que este refuerzo permitiría mejorar la confiabilidad del sistema y reducir la posibilidad de fallas en las líneas existentes, una de las principales causas de los recientes apagones.
“El aumento sostenido de la demanda eléctrica, combinado con una infraestructura que requiere modernización, hace imprescindible avanzar en soluciones concretas que mejoren la confiabilidad del sistema eléctrico. La combinación de tecnología de monitoreo predictivo, generación flexible, almacenamiento de energía y mejoras en la transmisión permitirá reducir la vulnerabilidad del sistema ante crisis futuras. Sin embargo, para que estas soluciones sean efectivas, es necesario un compromiso sostenido de inversión y planificación”, advierte Rosandi.
En ese sentido, sostuvo que más allá de las coyunturas estacionales y las contingencias, “la situación energética del país requiere un debate serio y con visión de largo plazo”.
“La energía es un pilar fundamental para el desarrollo económico y social, y su estabilidad no puede depender exclusivamente de medidas paliativas. Argentina tiene la oportunidad de modernizar su matriz energética y anticiparse a los desafíos del futuro. La pregunta clave es si el país está dispuesto a dar ese paso”, subrayó.