Con el cierre de la campaña 2023/24, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) dio a conocer el ranking de las diez principales empresas exportadoras de granos y subproductos. El informe se basó en los registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) que permiten identificar tanto los volúmenes vendidos por cultivo como las compañías que lideraron las colocaciones externas durante el último ciclo. El total exportado del ciclo 2023/2024 se ubicó en 89,82 millones de toneladas de granos y subproductos.
Viterra (compañía que recientemente se fusionó con Bunge) encabezó el ranking con 13,55 millones de toneladas registradas; fue la empresa con mayor participación en las exportaciones agroindustriales del ciclo. En segundo lugar se ubicó Cargill (multinacional de EEUU), con 11,37 millones de toneladas, seguida por Cofco (la empresa estatal China National Cereals, Oils and Foodstuffs Corporation), con 10,35 millones. “Estas tres compañías explican cerca del 39% del total anotado en exportaciones de los principales productos agroindustriales del ciclo 2023/24″, detalló el informe.
El top diez de exportadores se completó con Bunge, exportó 8,72 millones de toneladas, seguida por AGD con 8,65 millones, y LDC (Louis Dreyfus Company), que despachó 8,57 millones. Más abajo en el listado aparecieron ADM, con 8,04 millones, ACA con 5,65 millones de toneladas, Molinos Agro con 5,15 millones de toneladas, y CHS, que completó el grupo con 1,37 millones de toneladas.
Por otro lado se destacó el fuerte desempeño del complejo soja y maíz con niveles que superaron los promedios de campañas anteriores. “A partir de los registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), se observa que del complejo soja se registraron 40,88 millones de toneladas, lo que representa 29% por encima del promedio de las últimas tres campañas”, precisó el informe de la BCR. En tanto, el maíz alcanzó 37,86 millones de toneladas declaradas, “superando en 16% el promedio trianual”.
La contracara fue el trigo, afectado por la sequía que golpeó la producción de la campaña 2022/23. “Con solo 3,62 millones de toneladas exportadas, las DJVE cayeron 61% respecto al ciclo previo y 70% frente al promedio de las últimas tres campañas”, señaló el informe. Esta fuerte caída también estuvo influida por la existencia de declaraciones “rolleadas” desde campañas anteriores, lo que distorsionó los registros.
La cebada se mantuvo estable, con 3,83 millones de toneladas, mientras que el girasol tuvo una mejora más marcada, alcanzando 2,37 millones de toneladas. Por último, el sorgo mostró un repunte importante con 1,26 millones de toneladas, aunque aún por debajo del promedio de las últimas tres campañas.
El informe también analizó el arranque del ciclo comercial 2024/25. Las ventas anticipadas, habituales en el sector, mostraron un ritmo más bajo que en campañas anteriores. “En comparación con las últimas cinco campañas, la proporción de ventas anticipadas para la campaña 2024/25 se encuentra en su nivel más bajo”, dijo la BCR.
Este comportamiento responde, según el análisis, a una combinación de factores: cambios en las condiciones macroeconómicas, eliminación de cupos de exportación y nuevas estrategias comerciales. “Más allá del costo financiero que implica un anote anticipado de DJVE´s, dejaron de regir los cupos de exportación que implicaban grandes distorsiones en el mercado de granos y una necesidad de asegurar cupos por parte de las empresas más allá de las decisiones en base al negocio”, indicó el documento.
La dinámica habitual refleja que las empresas registran DJVE meses antes del inicio formal de cada campaña, aunque esto varía según el cultivo. “Específicamente, el ciclo comercial de trigo/cebada comienza en diciembre, girasol en enero, maíz/sorgo en marzo y soja en abril”, indicaron. A pesar del bajo nivel de ventas anticipadas, los registros van creciendo progresivamente a medida que se acerca cada cosecha y predominan los embarques cercanos.
La Bolsa rosarina concluyó que “los cambios en el contexto macroeconómico y de regulación terminan generando cambios en los incentivos y estrategias comerciales”, lo que explica el comportamiento más prudente de las exportadoras de cara al nuevo ciclo.