La falta de lluvias desde mediados de diciembre provocó un vuelco negativo a la situación del maíz, que hace un mes atrás apuntaba a una gran campaña, y de la soja de primera, que también se deteriora. Además, se esperan días de altas temperaturas máximas en la región, que comienza a sentir el impacto de una Niña que parece que ya no es tan débil.
“Hace apenas un mes, el maíz en la región núcleo apuntaba a una gran campaña: el 20% estaba excelente y un 65% en muy buen estado”, recordaron los analistas Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo durante el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario. Pero señalaron que la falta de lluvias desde mediados de diciembre, incluso desde mediados noviembre en algunos sectores, dio un vuelco negativo a la situación: actualmente, el 45% de los cuadros presenta condiciones de regulares o malas. El resto sigue bueno, pero con señales de alerta si no llueve.
La región más afectada por la sequía
El sur de región núcleo es la zona más afectada por la sequía: todos los cuadros están entre regulares a malos. Los mejores maíces están en el noroeste, donde las expectativas se mantienen aunque también empezaron la alertas sobre problemas por falta de agua.
En el norte bonaerense, el panorama del maíz es muy complejo y, en muchos casos, irreversible. Esta región, que, cómo había logrado esquivar los daños de la chicharrita apostaba a sembrar algo más del cereal, hoy tiene a casi el 100% de los lotes en condiciones regulares o malas.
En su mayoría aún en estado vegetativo, pero próximos a floración, los maíces tardíos están ingresando en período crítico bajo un fuerte estrés hídrico en el sur de región núcleo y con reservas ajustadas en el resto del territorio. En Junín y alrededores, los cultivos fueron sembrados con poca humedad y si no hay lluvias significativas en las próximas semanas, alertan que las expectativas pueden caer por debajo de los 50 a 60 qq/ha.
Para colmo, el 11º informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, el vector que transmite la chicharrita del maíz, encendió algunas luces de alerta. Si bien ratificó que la plaga se encuentra replegada, comienzan a aparecer las primeras localidades con presencia del vector. Paralelamente, alertaron por un incremento poblacional en algunas localidades del Litoral y del NEA.
La soja se deteriora
Los especialistas de la GEA también reportaron que en los últimos 20 días, la condición de la soja de primera mostró un notable deterioro en el norte de Buenos Aires y el extremo sur de Santa Fe, afectada por la falta de lluvias. En la región, el 19 % de los lotes presentan condiciones regulares a malas, el 49% se encuentran en buen estado y el 32 % está en condiciones muy buenas. El año pasado, para esta misma fecha, el 95 % de los lotes estaba entre excelentes y muy buenas condiciones favorecidos por la influencia del fenómeno “Niño”.
El 10% de la soja de primera de la región está iniciando la fructificación, un 88 % está en floración y un 2 % en estado vegetativo. Sin lluvias en los próximos días, los lotes más adelantados podrían comenzar a resignar rendimiento.
En Pergamino, el crecimiento de la soja se encuentra detenido. Además, hay lotes de segunda sin sembrar y nacimientos deficientes. En Junín, el cultivo venía muy bien hasta que comenzó a faltar agua. “Si bien las plantas están resistiendo, necesitan una lluvia inminente de 20 a 30 mm para continuar su desarrollo”, indican los agrónomos.
Sin agua y con calor
En los últimos siete días las lluvias estuvieron recostadas sobre la franja oeste del país. El sudoeste de Córdoba y San Luis recibieron acumulados significativos, entre 10 y 70 milímetros, con algunas tormentas localmente severas.
En la región núcleo se midieron 11,6 mm en Bengolea. El NOA también recibió precipitaciones por encima de los 40 milímetros, con un valor poco común para Jujuy, superando los 100 milímetros.
Para el resto de la región pampeana y el NEA, sigue sin llover al menos desde que comenzó el 2025. Las reservas de agua en el suelo cayeron significativamente, sobre todo en el centro este de la región pampeana: el norte de Buenos Aires requeriría lluvias de 100 a 120 mm para salir de la condición de sequía.
El mayor requerimiento atmosférico, el aumento de radiación solar propio de la época y el progresivo incremento de consumo de las siembras se impone día a día. “Lamentablemente, aparte de que se descartan la llegada de lluvias significativas hasta el 20 de enero”, alertaron desde la GEA.