Tras un paro de unas horas en la planta de Villa Constitución, la siderúrgica Acindar volvió atrás con la decisión de despedir a 70 trabajadores. Sobre un escenario complicado por la caída de la producción, que llevó a la implementación de un régimen de suspensiones en los últimos meses, el nuevo foco de tensión se desató a raíz de la decisión de la empresa de sancionar a los empleados por participar de asambleas y medidas gremiales.
“La intención de despedir a compañeros por cuestiones disciplinarias marca un cambio de actitud de la empresa, quisieron amedrentar a los trabajadores luego del paro de once días que se realizó a fin de año, pero como siempre la reacción fue unánime, se paró toda la planta y la empresa dio marcha atrás”, señaló Pablo González, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica de Villa Constitución (UOM).
Los despidos se concentraron en el área de trefilado pero, convencidos de que se trataba de una maniobra de disciplinamiento, los trabajadores de toda la planta paralizaron las tareas hasta que frenó la decisión patronal.
Un sector en crisis
El conflicto se dio en el marco de una situación complicada para el sector de producción de acero. La fábrica de Villa Constitución estuvo parada durante varias semanas del año pasado debido al derrumbe del mercado provocado por la decisión del gobierno nacional de paralizar la obra pública. En los últimos meses, la planta funcionó bajo un acuerdo que habilitaba suspensiones del personal con el pago de hasta el 75% de salario.
Según señalaron desde la UOM, la empresa pretende extender este esquema hasta fin de mes pero con mayores bajas salariales. De todos modos, requiere de un acuerdo cuya negociación que se empantanó en el marco de distintos frentes de conflicto. Por un lado, el gremio reclama la aplicación del aumento salarial pactado a mitad de año y el cierre de un nuevo acuerdo que cubra hasta marzo. Por otro, rechazó los despidos con los que se despachó la empresa este lunes. Se trataba de suspensiones a empleados por participar en asambleas que derivaban en despidos por “acumulación de medidas disciplinarias”.
La UOM de Villa Constitución tomó nota de un giro en la actitud empresaria, que además planteó en la última reunión paritaria un recorte significativo de costos, además de exigir modificaciones en las condiciones laborales que impactan directamente a los trabajadores. Mientras tanto, la paritaria sigue sin resolverse.
Entre las propuestas planteadas por Acindar se incluyen la modificación de metodologías de trabajo, reducción de tiempos muertos, ajustes en los planteles laborales, cambios en el régimen de turnos y feriados, y suspensiones con porcentajes salariales inferiores a los acordados en años anteriores.
Un arranque conflictivo
La tensión en la planta de Villa Constitución aporta una cuota de conflictividad al inicio de 2025. En el cordón agroexportador, los trabajadores aceiteros mantienen paralizadas las plantas de Vicentin por el incumplimiento del pago de la primera cuota de la gratificación 2024 pactada con la agroexportadora. Este nuevo conflicto agrava la ya delicada situación de la compañía, que se encuentra en un extenso proceso judicial y económico desde hace más de cinco años.
Por otra parte, la semana pasada, el frigorífico Euro SA despidió a más de 70 empleados de la planta de Villa Gobernador Gálvez, conflicto que entró en una tregua a partir del dictado de la conciliación obligatoria.