Las fuerzas de Israel bombardearon distintos complejos de edificios en el sur de Beirut, capital del Líbano, y lograron el objetivo de matar a Hassan Nasrallah, líder terrorista de Hezbollah.
Hassan Nasrallah cayó en un cuartel de la organización en la capital del Líbano, junto a otros jefes. Líder del grupo desde 1992, fue una de las figuras más prominentes del mundo árabe apoyada por Irán
Las fuerzas de Israel bombardearon distintos complejos de edificios en el sur de Beirut, capital del Líbano, y lograron el objetivo de matar a Hassan Nasrallah, líder terrorista de Hezbollah.
El ataque comprendió una decena de golpes contra plataformas de misiles, edificios militares y células terroristas. El complejo de edificios bombardeado se trataba del lugar donde se cree que estaba escondido un comando neurálgico de Hezbollah, integrado por Nasrallah y otros líderes.
“Aviones de la Fuerza Aérea atacaron infraestructura militar, edificios militares y células de terroristas de Hezbollah en el sur del Líbano”, sostuvo Avichay Adraee, el portavoz de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel).
Al menos seis personas murieron y otras 91 resultaron heridas. Se trató de la mayor explosión que ha sacudido al pequeño Líbano en el último año, un país en bancarrota, sin presidente ni gobierno desde hace dos años, hundido en una crisis económica y humanitaria sin precedentes y donde las tensiones sectarias y las frustraciones podrían derivar en violencia armada interna.
Hezbollah confirmó la muerte de quien fue su líder durante más de tres décadas. Dijo que “se ha unido a sus compañeros mártires” y prometió que seguirán adelante con “la guerra santa contra el enemigo y en apoyo de Palestina”.
La muerte de Nasrallah es un golpe además al corazón estratégico de Irán, el régimen que creó a esta milicia en la primera guerra del Líbano en 1982 y que no ha dejado de fortalecerla hasta convertirla en la más poderosa de la región, muy por encima de la banda terrorista Hamás de la cual era un crítico aliado.
Se sabe que en el bunker también murió el general Abas Nilforoushan, subcomandante de las operaciones de los Guardianes de la Revolución de Irán.
El líder supremo de Irán no dio ayer ninguna indicación de cómo responderá Teherán.
Luego de los ataques, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu interrumpió su visita a Estados Unidos para regresar a su país. Acababa de participar de la cumbre de la ONU.
Habrá que ver si luego de esto Netanyahu ordena una nueva invasión del territorio libanés.
El presidente de EEUU, Joe Biden, dijo que el ataque israelí fue una “medida de justicia” para las víctimas de un “reinado de terror” de cuatro décadas. El mandatario ubicó la operación en el contexto más amplio del conflicto que comenzó con la masacre de israelíes por parte de Hamás el 7 de octubre de 2023.
El asesinato de Nasrallah supone un golpe monumental y enormemente desmoralizador para el grupo que dirigió durante 32 años y marca un punto de inflexión significativo para el Líbano y la región.
Desde que asumió el liderazgo de Hezbolla en 1992, Nasrallah se convirtió en una de las figuras árabes más prominentes en generaciones, con el respaldo de Irán.
Formado como clérigo shiita, fue ganando popularidad por haber desempeñado un papel fundamental en el giro histórico que dio el grupo para entrar en la política, ganar poder en la estructura del gobierno libanés y conformar sus propias fuerzas armadas, aliadas del ejército de la nación árabe.
Su imagen fue cada vez más divisiva a medida que el área de operaciones de Hezbollah se ampliaba a Siria y más allá, lo que refleja un conflicto cada vez más intenso entre el Irán shiita y las monarquías árabes sunitas aliadas de Estados Unidos en el Golfo.
La muerte de Nasrallah es el colofón de una semana en la que el ejército israelí logró desbaratar la conducción de la milicia, además de una gran parte de sus combatientes, primero con la trampa explosiva en los beepers y handys, luego con los ataques con bombas de una tonelada en la barriada de Beirut que controla la organización ultraislámica.
El anuncio de la muerte desató lágrimas y celebraciones en todo el mundo árabe.
Hezbollah ahora se ha quedado sin un sucesor claro en un momento crítico.
“Es un revés significativo no sólo por su papel fundamental en la estrategia de Hezbolá sino porque su eliminación revela el grado de vulnerabilidad del grupo frente a Israel”, dijo Lina Khatib, investigadora de Chatham House, un grupo de expertos en asuntos internacionales.
No es la primera vez que Israel mata a un dirigente de Hezbolá. Nasrallah sucedió a Abbas Mousawi, que murió en un ataque con helicóptero israelí en 1992.
Pero Hezbolá hoy es muy diferente a lo que era en los años 90. En los últimos años, cuenta con decenas de miles de combatientes y un arsenal sofisticado capaz de llegar a cualquier parte dentro de Israel.
“Hezbollah no dará marcha atrás ya que necesitará transmitir firmeza si quiere conservar su credibilidad como el actor de ‘resistencia’ fuerte en la región”, dijo Maha Yahya, directora del Centro Carnegie, con sede en Beirut.