“Elon Musk a Trump: Tú renunciaste al acuerdo de París, yo renuncio a ti”, este es el titular que publicó la CNN en 2017 al referirse a la postura de Musk frente a la decisión del entonces presidente Trump de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París. En ese momento, el magnate decidió alejarse del trumpismo publicando en Twitter: “Estoy dejando los consejos consultivos presidenciales. El cambio climático es real. Dejar el acuerdo de París no está bien ni para Estados Unidos ni para el mundo”.
Hoy su cambio es de 180 grados. El empresario es el nuevo titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental del nuevo gobierno norteamericano, y desde su cargo comenzó a justificar y apoyar a los combustibles fósiles, dando paso a que se ralentice la transición energética. Lo incongruente de esto es que, recordemos que Musk, no sólo es el dueño de Tesla (autos eléctricos), sino también de Solarcity, compañía de energía solar.
Otro caso también llamativo es el apoyo de Jeff Bezos a la nueva administración norteamericana. Bezos es un conocido referente a nivel global en la lucha ambiental y climática. En 2020 fundó el Bezos Earth Fund (Fondo para la Tierra Bezos), presidida por Andrew Steer, con el objetivo de donar $10 mil millones para combatir la crisis climática y la pérdida de biodiversidad. Yo mismo he tenido la oportunidad de conversar con él en el marco de la Climate Week de New York acerca del Acuerdo de París, y se lo veía muy entusiasmado por contribuir mediante los proyectos financiados por su organización. En esta misma línea, recientemente en diciembre del 2024 ha dado una entrevista a The New York Times en la que advirtió: “La innovación sin una conciencia social puede tener consecuencias catastróficas. Hay que garantizar que los avances beneficien a la mayoría, no solo a unos pocos”. Cabe preguntarse cómo cree que es posible alinear estos principios de sostenibilidad y conciencia social en un marco desregulatorio y negacionista como el de Trump.
No sólo son empresarios , sino instituciones bancarias y fondos los que están mostrando un cambio de timón al son del poder. Un ejemplo son los bancos líderes a nivel global dando marcha atrás con sus compromisos ambientales, siendo que gigantes entidades como Citigroup, Bank of America, Morgan Stanley, Wells Fargo, Goldman Sachs y JP Morgan abandonaron en diciembre la Net Zero Banking Alliance (NZBA), un grupo creado en torno a las conversaciones mundiales sobre el clima en Glasgow en 2021. Al mismo tiempo, la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto eliminó el requisito de que sus miembros se alineen con el Acuerdo de París.
En la asunción de Trump tanto Musk como Bezos estuvieron presentes junto a otros empresarios líderes del sector tecnológico, como Mark Zuckerberg, CEO de Meta; Sundar Pichai, director ejecutivo de Google; y Shou Zi Chew, CEO de Tik Tok; quienes en su gran mayoría se han manifestado a favor de la agenda climática. Con su presencia avalan la decisión del presidente Trump de retirar nuevamente a su país del Acuerdo de París, siendo ésta una de sus primeras medidas llevadas a cabo. Este Acuerdo es el mayor consenso global que se ha logrado para que nuestro único mundo no se destruya. Para que nuestros hábitats sigan siendo viables para la existencia de la raza humana. No es una moda de un grupo que algunos llaman “ideología woke”, no es ni debiera ser una lucha entre la extrema izquierda y la derecha. El péndulo político no puede destruir los consensos y políticas de Estado logrados como una evolución de la civilización. Esta historia ya es conocida, esperemos que no se lleve puesta a instituciones de la democracia y la república y organismos internacionales, que con todos sus defectos y su lentitud, nos permiten seguir evolucionando hacia un mundo con mayor desarrollo y a dimensión de escala humana.