¿Tendrá Franco Colapinto la posibilidad de seguir en la Fórmula 1 en el 2025? Después del golpazo en Las Vegas del sábado se podía pensar que sus chances mermaron, pero la carrera y las señales que entregó el propio piloto, con su entorno y otras cuestiones, perfilan que se debe ser optimista
Ese viernes en Brasil, se había hecho como una especie de silenzio stampa alrededor de Franco Colapinto. Después de que el jueves declarara que Williams debería dejarlo ir si no le aseguraba una butaca para el año siguiente, el fallecimiento de su abuelo y la versión que dio un periodista argentino sobre que estaba confirmado que sería el compañero de Max Verstappen para el 2025, construyó alrededor del argentino una celosa muralla.
Desde ahí, el chico sufrió, no se mostró tal cual es y encima se pegó bajo la lluvia el domingo. Pero ya en Las Vegas, y pese al golpazo del sábado en la clasificación, el semblante cambió y se vio a un piloto confiado, de nuevo alegre y con varias razones que hacen pensar que podrá tener butaca para el próximo campeonato.
Franco Colapinto, ningún loquito
Señales apenas, pero que son las que se suelen tener en cuenta. Todo después de la tremenda piña en la clasificación donde Colapinto, que no es ningún loquito sino que advierte de las situaciones a su equipo, se estrelló cuando venia siendo el mejor de todos en el último parcial que le hubiera dado el pase a la Q3 después de una Q1 espectacular.
Claro, para entrar a esa última vuelta de la Q3, delante suyo Pierre Gasly lo ralentizó tanto con el cronómetro casi llegando a cero, que de empezarla a casi 4 segundos del francés, lo hizo a 8 décimas. Además, como venía a ritmo lento, debió abrirse para permitir que Oscar Piastri cierre su intento rápido.
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Todo lo que explicó del accidente
Por eso, en el primer parcial Colapinto le preguntó a su ingeniero Gaetan Jego si abortaba la vuelta, recibiendo un contundente “no” como respuesta. Como en Brasil, cuando el argentino vio que era imposible andar bajo el diluvio, pidió gomas de lluvia extrema y le colocaron de nuevo intermedias.
Así, en Las Vegas, en ese giro que venía increíble, y tras perder 2 décimas en el primer parcial, hizo su mejor segundo sector y en el tercero la venía rompiendo para recuperar lo perdido al principio. Y pasó lo que pasó cuando solo le faltaban dos curvas.
No habló Colapinto del incidente porque tenía conmoción cerebral y lo mandaron a descansar al hotel. Y recién lo hizo después de completar el exigente gran premio partiendo desde el pit lane y arribando 14º, no muy lejos de los puntos cerca del final.
Mirar a los mecánicos a los ojos
Colapinto confesó que lo más duro que vivió el fin de semana fue mirar a los ojos a los mecánicos cuando volvió a los boxes antes de la carrera, pero ahí ya tuvo gestos que lo distinguen.
No solo posteó un “¿Qué haría sin ustedes?”, sino que después de la carrera abrazó a cada uno de los mecánicos con gestos cariñosos. Los mismos que llevaron a decir a Jego que “es imposible no querer a Franco”.
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Y es que esa humanidad, esa frescura y naturalidad en todo lo que hace, lo distingue del resto y lo hacen un piloto apetecible para cualquier equipo, como el mismo Flavio Briatore lo expresó en Las Vegas, asegurando que Alpine es uno de los interesados en él.
Por supuesto, debe seguir respondiendo en pista y evitando golpes como los de la clasificación. Pero aún en esas circunstancias se encuentran cosas positivas. Primero, el hecho de que se golpeó