“La venganza del Fitito” se llama la primera serie televisiva filmada en Funes con 15 actores de la Clínica de Cine y dirigida por su titular, el actor y director Cristian Cabruja, quien vive hace 15 años en la ciudad.
El actor y director Cristian Cabruja anticipa “La venganza del Fitito”, rodada en Funes. Su película “La Fiesta” llegará el 15 de noviembre a El Cairo
Por Miguel Pisano
“La venganza del Fitito” se llama la primera serie televisiva filmada en Funes con 15 actores de la Clínica de Cine y dirigida por su titular, el actor y director Cristian Cabruja, quien vive hace 15 años en la ciudad.
Camisa azul con flores blancas, anteojos de ver, barba rala, vaquero, zapatillas blancas y varios kilos menos “para cuidarme”, el Kiti Cabruja, de 56 años, habla con gusto sobre su pasión por el cine y el teatro, en una extensa entrevista con La Capital, luego de haber dirigido “La Fiesta”, la primera película escrita, filmada y producida en Funes, tambien con actores locales.
–El título de la película, “La venganza del Fitito”, me recuerda a una producción argentina de la década del 70 llamada “La venganza de Beto Sánchez”, que cuenta la historia de un tipo que un día se da cuenta de que para triunfar en la vida hay que ser malo y se venga con su primera maestra, con el catequista, con el cura y con todos los que lo llevaron por el camino del bien, como contaba el extinto profesor de la Escuela Crisol, joyero y pintor Juan Carlos Mastromauro. ¿Hay alguna relación?
–No, porque no la tengo a esa película, pero la voy a buscar. Siempre me enseñaron que para que una película policial o de ficción funcione bien, el malo tiene que ser bien malo. La película se construye alrededor del malo.
–¿Cómo es el malo de “La venganza del Fitito”?
–Construimos un personaje muy malo, que estafa a una familia con un Fitito, en Funes.
–¿Con un Fitito? ¡Hay que ser muy malo!
–¡Hay que ser muy malo! Otro personaje es alguien que tiene que vender el auto para pagar una deuda familiar.
–¿Cuándo transcurre?
–La estafa fue en el 97, cuando el Fitito era un auto que todavía estaba en circulación.
–¿Cómo sigue la historia?
–La historia se traslada a la actualidad cuando Tina, la nieta de , la exdueña del auto, cuenta que vio al Fitito circulando, que era manejado por el que la había estafado, y el auto ya estaba más viejo. Ella de chiquita había visto cómo la estafaron a la abuela y le quedó grabada la cara de La Morsa, le pusimos La Morsa porque era un viejo, canoso, de bigotes. Tina ve el auto ahora y queda espantada.
–¿Cómo reacciona Tina?
–Acude a un grupo de autoayuda porque son casos en los que no sabés adónde ir: “No estoy enferma, no estoy loca, no me pasa nada, veo el auto y me quedo pasmada”. Y se encuentra con una fauna de gente. enfermos psiquiátricos, tipos que tienen problemas con la Justicia, gente con comportamientos obsesivos compulsivos. Entonces decimos: ¿quién, adentro de un auto, no sufrió una crisis como reaccionar a los gritos peleándose con otro automovilista y dijo: “Che, estoy loco”. O al contrario: estás en el auto y ves cómo dos personas se pelean en un estacionamiento porque uno estacionó y le robó el lugar a otro, y decís: “Qué locos están estos tipos”. Eso trasladado a un grupo de autoayuda, que decide ayudarla a recuperar ese auto.
–¿Cómo hacen?
–Arman una farsa, componen personajes y le hacen creer a La Morsa que hay una mujer con mucha plata interesada en comprar el Fiat 600. Entonces la idea es tratar de meter a ese tipo dentro de esa farsa para recuperar el auto. Esa es la idea de la serie.
–¿La idea para hacer la serie surgió de una forma similar a la de la película “La Fiesta”?
–Similar. Estábamos tomando ideas porque en un grupo de 15 personas necesitamos cierto protagonismo generalizado: historias grupales, historias corales, con muchos personajes, y cuento la experiencia de que cuando estábamos haciendo “La Fiesta” yo tenía un amigo que tenía una Renoleta verde y saltó una que dijo: “Ah, yo tengo un Fiat 600 blanco”. Y nos quedamos todos callados. Trajimos una idea que ya veníamos trabajando en la escuela de cine, en la clínica anterior, de un grupo de autoayuda y dijimos: Fiat 600, estafa, grupo de autoayuda, ahí tenemos el germen de una serie. Entonces empezamos a escribir, a desarrollar las historias y a componer los personajes.
–¿Quiénes son los personajes?
–Uno es Brian González, un barrabrava; otra es la poeta Enriqueta Dorrego Ocampo, que quiere leer poesía, no tiene problemas, pero va de vez en cuando va a la esquina y: “Porque esta es mi esquina”, ella quiere leer poesía con sus espectadores; el otro que hace una serie de Instagram pero cuando le salen mal las palabras en inglés, como le pasa a mucha gente, tira el celular y lo rompe; la Rubi, que era exbailarina del Show de AJ y que tiene una causa judicial viene a que la doctora le firme el certificado. La Rubi tiene 50 años, ya no es aquella bailarina del Show de AJ, entonces hace presentaciones y tuvo un problema con el novio, que era otro barrabrava, y tuvo una causa judicial en la que necesita el certificado. Y ahí pegamos en la historia que Brian, nuestro barra brava, no se banca ser pelado, entonces usa peluca, pero en medio de la serie se descubre que es pelado.
–Fontanarrosa decía que el hombre inventó la penicilina, llegó a la Luna y viaja al espacio, pero no puede resolver la calvicie: el gran problema de la humanidad.
–Claro. Entre la gente que se queda pelada hay mucha que se siente afectada. Yo he conocido gente que se dejaba el mechón y cuando se bañaban tenían el mechón largo al costado.
–¿Entonces de alguna manera el Fitito blanco es pariente de la Renoleta verde del Flaco Cirilli, en “La Fiesta”?
–Sí. Totalmente. De algún modo, hay una línea entre “La Fiesta” y “La venganza del Fitito”, que son los autos antiguos, de colección.
–En su nota el Flaco Cirilli negó que sea dibujante, como lo definiste, y dijo que él es un animador digital. ¿Quién tiene razón?
–Es dibujante, lo que pasa es que no sé por qué lo niega. Yo lo he visto dibujar y dibuja bien. La que es dibujante es la mujer, pero él dibuja y cuando lo lleva al digital hace toda una transformación, pero está dibujando. Es como el que adapta guiones: es escritor, no es adaptador de guiones.
–¿Qué parecidos y diferencias tiene “La venganza del Fitito” con “La Fiesta”?
–Primero, que arranca de un grupo de actores no profesionales de la primera escuela de cine de Funes, y después que la idea era trabajar con la locura, pero desde el punto de vista de la comedia: reirnos de todo lo loco que somos porque rascás un poquito que te encontrás con gente a la que le decís: “No me contés más” porque son, como se dice, locos de encierro. Y por otro lado el tema de la estafa. Vos decís: ¿Alguna vez te estafaron? Y la encontrás como loco. El del aire acondicionado, con la casa, con el auto, con una llamada. Ahora mismo hay gente que está siendo estafada con el Instagram o con el Whatsapp, con lo de la vacuna. ¿Quién no ha entregado mil dólares a un amigo pensando que era él? Entonces juntamos esas tres cosas: la cuestión de los autos antiguos, la estafa y la locura.
–¿Y cómo salió?
–Para nosotros es un combo divino por la cantidad de situaciones que se dan: tenés gente que es loca para un sistema de vida corriente en el que trabaja, circula y hace cosas, pero después hay cosas que no puede manejar. Hay locos a los que no podés tener en la calle, o sí, pero después les va a costar un poco. No les podés dar un auto o podés tener problemas.
>> Leer más: Cómo se gestó la primera película filmada en Funes
–¿Cómo surgió la idea de La Clínica de Cine?
–La Clínica de Cine arrancó el año pasado cuando (la actriz y directora) Viviana Trasierra me dijo: “¿Por qué no empiezo yo a dar la parte de teatro y vos continuás con la parte de cine?”. Y a partir de ahí empezamos a componer la escenas, a filmar, vimos las primeras tomas y dijimos: “Che, esto es una película, e hicimos “La Fiesta”, que se va a estrenar ahora, el 15 de noviembre, en (el Cine) El Cairo. Hicimos todo el recorrido: estrenamos la película con una presentación en Funes en marzo y abril, descansamos un poquito, y en junio arrancamos con el segundo año de La Clínica de Cine. Venimos trabajando mucho más aceleradamente en todos los procesos, por eso queríamos hacer un inicio de rodaje el domingo pasado para el 15 de noviembre presentar tres o cinco minutos en El Cairo como para decir: “Acá estamos. ¿Vieron que pudimos hacer una película? Ahora estamos haciendo una serie.
–¿La serie se rueda totalmente en Funes?
– La serie se rueda totalmente en Funes. Puede haber algo de Rosario como decir que el Fiat vaya por todos los caminos internos del Parque Independencia, que me parece un paseo divino, pero la idea es rodarla en su totalidad en Funes: actores funenses, han venido algunos técnicos de Rosario porque necesitamos profesionalidad y la tecnología que nos da filmar con las mismas cámaras con las que se filman las películas en Rosario. En términos tecnológicos estamos empatados con cualquier película que hoy se esté filmando, después tenés muchísimos menos recursos.
–¿Cómo la financian?
–Saqué un crédito y arrancamos como para el primer y segundo día de rodaje. Los actores están participando también con un sistema que se llama crowdfunding (micromecenzago): la gente va poniendo plata y a partir de eso vas armando un soporte económico para empezar a filmar. Cada actor compra 10 entradas para el estreno del año que viene, esa plata se vuelva a la producción y se pagan el alquiler de las cámaras y de las luces, la comida y todo lo necesario. Y la idea es empezar a seducir empresas: todavía no salimos y ya hay gene que nos dice: “Che, nos interesa”.
–¿Gente de Funes, a priori?
–Sí, hoy estuve hablando con una mueblería muy importante, que le interesa participar porque también está esto: “Che, estamos en Funes, yo te compro los muebles, te compro la grifería, voy al médico acá, tirame un centro. Porque después está esto de decir: “Estoy participando”.
–¿Una empresa que apoye la cultura de Funes logra una buena imagen?
–Totalmente. Hace una devolución porque vos le decís: “Mirá, hicimos una publicidad, una actuación, una performance en la mueblería, eso se vio en la película, es ganan-ganan”. Nos está costando, pero no es imposible.
–¿Hicieron la primera película y la primera serie en Funes?
–Tal cual: la primera película y la primera serie filmadas en Funes, y además la primera escuela de cine y la primera escuela de teatro, con Viviana Trasierra y Mariana Hall, que funciona en la Casa Zulú, de Funes.
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