Durante décadas, fue mucho más que un restaurante: fue el punto de encuentro de generaciones, una postal viva frente al mar y un rincón con sabor a historia. El Espigón de Pescadores, ese tradicional restaurante enclavado en el Club de Pesca Mar del Plata, bajó la persiana. La noticia generó tristeza entre los argentinos, que lo consideraban parte del paisaje afectivo de la ciudad y de sus vacaciones.
Con sus ventanales abiertos al Atlántico y su carta centrada en pescados frescos, el Espigón supo ganarse un lugar especial entre los locales. No solo ofrecía platos típicos y buena atención: allí se celebraron cumpleaños, reuniones familiares, cenas de amigos y citas románticas, todo con el mar de fondo.
En enero de 2025, cumplió 100 años de historia y este 21 de abril, comunicaron su despedida. Según trascendió, la decisión estuvo atravesada por dificultades económicas y desacuerdos contractuales, aunque el hermetismo rodea los detalles.
"Queremos contarles que nos vamos... Gracias por tantos momentos inolvidables. Nos llevamos muchos recuerdos lindos. Gracias por todo", indicaron en su cuenta de Instagram. En el posteo, muchas personas se lamentaron por esta situación y una trabajadora del lugar reveló: "Estamos viendo nuevos lugares para seguir ofreciendo nuestros servicios".
100 años de historia en Mar del Plata
Fundado en 1925 y perteneciente al Club de Pesca, este histórico enclave cumplió 100 años de historia frente al mar, convertido en testigo silencioso de generaciones de marplatenses y turistas que lo eligieron como refugio, paseo y lugar de encuentro. Su estructura, que se adentra en el océano como un brazo tendido hacia el horizonte, guarda en sus maderas y adoquines un siglo de relatos.
En sus inicios fue pensado como un lugar exclusivo para la pesca deportiva, pero con el tiempo se transformó en un espacio abierto a la comunidad. Desde aficionados que pasaban horas con la caña en mano hasta niños que daban sus primeros pasos entre redes y gaviotas, el Espigón fue escenario de escenas entrañables. El restaurante, sumado años después, le dio vida propia al muelle, y se convirtió en una de las postales más queridas de la ciudad.
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Hoy, en su centenario, el Espigón enfrenta un cambio de ciclo. Mientras se multiplican los homenajes y los recuerdos compartidos por quienes lo visitaron alguna vez, también se cierne sobre él la incertidumbre. El cierre del restaurante que funcionó durante décadas suma una cuota de melancolía a esta fecha redonda. Sin embargo, el legado del Espigón sigue en pie, sostenido por la memoria viva de una ciudad que lo adoptó como uno de sus rincones más entrañables.