En la Argentina de 1997, Carlos Menem transitaba su segunda presidencia. El año había empezado con el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, los docentes nacionalizaban su lucha con la instalación de la llamada Carpa Blanca frente al Congreso y el Frepaso obtenía un aluvión de votos en las elecciones legislativas. Ese mismo año, veinte mujeres conocidas en la escena pública local se animaron a contar por primera vez, en primera persona, la experiencia íntima de atravesar un aborto. Una de esas mujeres fue Beatriz Sarlo, quien falleció este martes.
La revista fue "Tres Puntos", la nota se publicó en la edición de diciembre y se tituló con sólo dos palabras: "Yo aborté". La publicación había empezado a circular por los quioscos de todo el país en enero de ese mismo año y se presentaba como un medio con una agenda que aspiraba a incidir en el debate político y cultura de ese tiempo.
Su primer director fue Héctor Timerman, sucedido poco después por Román Lejtman. La publicación dejó de editarse en 2003. Pero la imagen de su tapa de diciembre de 1997, ya amarillenta, aún puede encontrarse en la web. Allí se reunía la imagen de diez de las veinte mujeres que se eligieron para testimoniar: Sarlo, las periodistas Silvina Walger y María Moreno, la por entonces legisladora Dora Barrancos, la actriz Graciela Duffau y la escritora Tununa Mercado, entre otras.
No fue la única vez que la intelectual, docente, ensayista y crítica literaria puso el cuerpo para hablar de la interrupción voluntaria del embarazo ni del derecho a las mujeres a decidir sobre su maternidad. En 2018, cuando por primera vez el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo llegó al debate parlamentario fue convocada para participar del debate.
En 2020, mientras en la Cámara de Diputados volvía a abrirse el debate sobre la legalización, Sarlo volvió a contar su experiencia en forma pública. Dijo que contó que durante su juventud decidió abortar en más de una ocasión y que siempre que lo hizo “fue un alivio”.
Lo hizo en una entrevista en el programa Animales Sueltos, del canal América, convocada por el periodista Luis Novaresio. “No fue solo una vez, creo que fueron tres veces. Era una época en la que los anticonceptivos, las famosas pastillitas o diafragma, a veces no se conseguían. Solo estaban en una farmacia de la calle Florida, que estaba a la vuelta de la Facultad de Filosofía y Letras, pero a veces no se conseguían y podía pasar que alguien que no deseaba en absoluto un embarazo lo obtuviera”, explicó.
La intelectual volvió a destacar la importancia del derecho a decidir de las mujeres. “A los 17 años ya sabía que no quería tener hijos”, dijo y explicó: “No me sentía con una vocación maternal y por otra parte veía a mi alrededor... Era otra época, estamos hablando de la década del 60, cuando tener un hijo a una mujer le planteaba problemas que hoy no podemos soñar: dejaba tres años la facultad, se atrasaba cuatro años respecto de cómo venía siendo. De hecho, en mi generación les costó mucho y supongo que habrán tenido grandes satisfacciones después, pero en esa época era realmente complicado”.