La icónica empresa téxtil Benetton, también conocida como United Colors of Benetton, anunció el cierre de 400 sucursales en todo el mundo tras declararse en quiebra. Las pérdidas de la firma en los últimos años rondan los 1.600 millones de euros y son varias las causas que desataron la crisis financiera de uno de los gigantes de la moda.
La empresa italiana fundada por Luciano Benetton marcó un antes y un después en la moda mundial tras darle mayor relevancia a los colores en la ropa luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando la tendencia eran las prendas monocromáticas. El quiebre fue la elaboración, en conjunto con su hermana Giuliana, de un jersey amarillo fluor. Sería la primera pieza fabricada por la firma.
Esa época de gloria quedó atrás y ahora, la decisión es cerrar unas 400 sucursales en todo el mundo para, por lo menos, tratar de salvar la marca.
Por qué se declaró en quiebra Benetton
Las pérdidas financieras de Benetton en los últimos años ascienden a unos 1.600 millones de euros y las causas de su declaración de quiebra son varias.
En primer lugar, surgieron diversos competidores directos que pusieron en jaque la hegemonía de Benetton. Algunas de ellas fueron Zara, H&M y Uniqlo. Especialistas también señalaron que la falta de adaptación al comercio electrónico por parte de la empresa propició su caída en desgracia.
El cierre de locales no será la única medida que adoptarán desde Benetton para la reestructuración global. También se espera que se reduzcan los costos operativos y se revisen todos los contratos con diversos proveedores para intentar salir adelante.
Campañas disruptivas
A lo largo de la historia, Benetton se destacó por lanzar campañas publicitarias que siempre iban más allá de los límites establecidos. Las últimas fueron en 2020 y resonaron en todo el mundo.
La primera de ellas, en plena pandemia de coronavirus, buscaba al "desempleado del año", en clara burla a la figura que suele premiar a trabajadores en diversas empresas.
La campaña premiaría a 100 desempleados alrededor del mundo que serían recompensados con 5.000 euros cada uno por sus proyectos. Los participantes tenían que ser de entre 18 y 30 años y estar desempleados.
Pero la movida más polémica de ese año fue, sin dudas, la campaña "Unhate" ("no odiar", traducido literalmente del inglés) que trucó fotos de líderes mundiales besándose en la boca. En las imágenes se podía ver al ex Papa Benedicto XVI y al imán sunnita de la universidad egipcia de Al-Azhar, Ahmed el Tayyeb, dándose un beso en la boca. También, se observó a Barack Obama besando a Hugo Chávez y al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
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El escándalo fue tal que hubo protestas en el Vaticano, por lo que Benetton tuvo que retirar una gigantografía instalada a escasos metros de la plaza San Pedro.