El Papa es la máxima autoridad de la Iglesia Católica por lo que no es raro que su elección y su desempeño cobren especial relevancia alrededor del mundo. Mientras se elevan las plegarias para que mejore la salud del Papa Francisco, quien está internado en estado crítico, muchos recuerdan cómo fue su llegada al cargo y cuáles son los procedimientos que se desarrollan a la hora de elegir al sumo pontífice.
El Papa no es solamente el jefe de Estado del Vaticano, sino que se consagra como líder espiritual de millones de católicos alrededor del mundo. En este sentido, Francisco desde su asunción se encargó de esparcir un mensaje de amor y respeto con el que consiguió destacarse por sobre todos sus predecesores.
Pero su llegada al cargo mayor de la Iglesia no fue una tarea sencilla. Este evento es el resultado de un largo y arduo proceso de elección que se encuentra cautelosamente detallado y se mantiene vigente como parte de una tradición imborrable. Y si la figura del papa conlleva tanto poder y responsabilidad, es preciso preguntarse quiénes y cómo lo eligen.
Cómo fue elegido el Papa Francisco
El 13 de marzo de 2013 la Iglesia católica dio a conocer un mensaje trascendental: ya se había elegido un nuevo papa. Tras la sorpresiva renuncia del papa Benedicto XVI en febrero de ese año (fue el primer papa en dimitir en 600 años) se convocó a un cónclave el 12 de marzo.
El cónclave es la reunión que celebra el Colegio Cardenalicio de la Iglesia católica para elegir a un nuevo papa. En marzo de 2013 la junta en la Capilla Sixtina del Vaticano contó con la participación de 115 cardenales electores menores de 80 años.
Aunque las expectativas apuntaban a un cardenal europeo, Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires fue elegido tras la quinta votación. Su actual nombre, Francisco, lo adoptó en honor a San Francisco de Asís, considerado un símbolo de humildad y servicio a los pobres.
Desde su lugar de romano pontífice, Francisco llevó a la iglesia reformas revolucionarias que incluyeron la apertura de puertas a grupos anteriormente discriminados (como el colectivo LGTBQ+) y la adopción de un estilo de vida mucho más humilde que el que se acostumbra en dicho cargo.
Su compromiso y cercanía con los sectores marginados le valió el cariño y respeto de una amplia cantidad de personas. Por eso se espera que su recuperación sea pronta y que se pueda mantener en su cargo como líder católico.
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Cuándo se debe elegir un nuevo Papa
En la Iglesia Católica, solo se puede elegir un nuevo papa cuando el cargo está vacante. Es decir, el proceso de selección solo puede comenzar después de haberse desocupado concretamente el puesto, no puede anticiparse. Esto ocurre únicamente en dos casos: cuando el papa fallece o cuando el papa renuncia. En cada variante, el proceso de sucesión es diferente.
Cuando un papa muere, se sigue un protocolo estricto. En primer lugar, el Camarlengo, autoridad encargada de administrar la Sede Apostólica en ausencia del papa, verifica oficialmente la muerte. Una vez confirmada la muerte, comienzan los preparativos para el funeral.
Durante nueve días, se realizan las exequias papales, que son misas y ceremonias de luto. Asimismo, los cardenales del Colegio Cardenalicio se reúnen para discutir el estado de la iglesia y los preparativos del cónclave.
El proceso de cónclave se lleva a cabo de 15 a 20 días después de la muerte del papa, pero en el caso de que todos los cardenales electores se encuentren en Roma, la fecha podría adelantarse en tanto se trata de llenar un puesto esencial para la religión.
Por el contrario, si el puesto queda vacante con motivo de una renuncia por voluntad propia, toda la etapa que corresponde al proceso de luto se saltea. En estos casos, la convocación al cónclave se da de forma inmediata.
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Cómo se elige un nuevo Papa
Según explica el medio Excelsior, existen toda una serie de pasos para la elección de un nuevo Sumo Pontífice. Este proceso puede extenderse tantos días como sean necesarios para llegar a un acuerdo. No obstante, después de 3 días de debate, se hace una pausa de un día de oración y reflexión para después retomar las votaciones.
El proceso se desarrolla de la siguiente manera:
- Se realiza la convocatoria al cónclave y llegan los cardenales electores a Roma.
- Ingreso a la Capilla Sixtina y juramento de confidencialidad sobre todo lo que sucede en el cónclave.
- Se hace una primera votación preliminar, donde los cardenales escriben el nombre de su candidato en una boleta, la cual doblan y colocan en una urna.
Lo más común es que ningún candidato logre la mayoría en este primer intento, en realidad, sirve más para conocer a los candidatos más fuertes. A saber, para ser elegido, un papa necesita dos tercios de los votos.
- Si en la primera votación no se alcanza la mayoría requerida, se realizan hasta cuatro votaciones por día (dos en la mañana y dos en la noche).
Después de cada ronda, los papeles con los candidatos son quemados en una estufa especial que informa a la gente si hay o no un nuevo papa a través de un código: humo negro cuando no hubo acuerdo, y humo blanco cuando se ha elegido el nuevo papa.
- Cuando un candidato recibe los votos necesarios, el decano del Colegio Cardenalicio le pregunta: "¿Aceptas tu elección canónica como sumo pontífice?". De hacerlo, elige el nombre con el que será conocido.
- Tras la eleccion del nuevo papa, el cardenal protodiácono sale al balcón de la Basílica de San Pedro y pronuncia la frase: "Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!" (“Les anuncio una gran alegría: ¡tenemos papa!”).
- Minutos después, el nuevo papa aparece y da su primera bendición a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
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Quiénes pueden ser elegidos como papas
Para ser papa hay algunas características de las cuales se debe gozar. En primer lugar, el papa siempre debe ser un hombre, bautizado en la Iglesia Católica y que no haya contraído jamás matrimonio.
Se llega a ser sumo pontífice normalmente después de haberse desempeñado como Obispo, Cardenal, Sacerdote, Diácono o incluso un laico católico. Además, se deben tener al menos 35 años y haber estudiado en la Universidad los cursos de Sagrada Escritura, Teología o Derecho Canónico.
Por supuesto este tipo de características permite que un hombre pueda postularse, pero luego su elección se definirá en el cónclave. Allí, entrarán a jugar cuestiones como su trayectoria dentro de la Iglesia, su influencia en el liderazgo y su conocimiento en teología, que serán valorados por los electores.