El gobierno nacional ordenó derrumbar el monumento al escritor santafesino Osvaldo Bayer, ubicado en la ruta nacional N°3 en el ingreso a la ciudad de Río Gallegos, Santa Cruz. La decisión llega 24 horas después del Día por la Memoria, Verdad y Justicia sobre un sitio que recordaba la brutalidad policial en la Patagonia.
La estructura, que fue inaugurada el 24 de marzo de 2023, recordaba al historiador y periodista autor del libro "La Patagonia Rebelde", la obra que cuenta sobre la represión policial sobre trabajadores rurales de Santa Cruz entre 1921 y 1922.
La decisión del gobierno se dio en el Día del Trabajador de Prensa y forma parte del proceso de la “memoria completa”. Según expresó Vialidad Nacional, la estructura “entorpecía la visual y complicaba el drenaje del agua”, sin embargo, no está en carpeta volver a colocarlo en otro sitio.
Desde el gobierno de Santa Cruz desconocieron el accionar de Vialidad Nacional al momento del retiro. La estructura se encontraba en el Paseo de la Memoria, dentro de los jardines del Complejo Cultural de Río Gallegos.
“Bienvenidx, usted está ingresando a la tierra de la Patagonia Rebelde”, suscribía el monumento adosado al nombre del santafesino y su fecha de nacimiento y fallecimiento. Desde este martes, solo queda el esqueleto de un homenaje al historiador.
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Quién era Osvaldo Bayer
Nacido en Santa Fe el 18 de febrero de 1927, la familia de Osvaldo Bayer pasó por Concepción del Uruguay, Tucumán y finalmente se asentó en el barrio Belgrano de Buenos Aires.
Reconocido hincha de Central, Bayer tuvo en "La Patagonia Rebelde" su obra cumbre, tanto que llegó a los cines en la década de 1970. Si bien la película llegó a estrenarse en el último gobierno de Perón, durante el mandato de María Estela Martínez fue amenazado y perseguido por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) de López Rega.
Antes de esta obra, Bayer había escrito Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia (1970), donde narra la vida de un anarquista italiano que luchó contra el régimen fascista de Benito Mussolini y fue fusilado en la década del 30, durante la dictadura argentina encabezada por José Félix Uriburu.
Pese al dolor que a Bayer le causaron las prohibiciones de sus libros, en una entrevista en 2016, confesó que los hostigamientos lo habían fortalecido: "Todas esas persecuciones me sirvieron para darme fuerza y sobre todo me ayudó mi familia. Mi mujer jamás me reprochó nada, cuando me quedé sin empleo ella salió a trabajar en una feria, fue una gran compañera, con la que estuve casado 63 años".
Los años de exilio
La persecución de la Triple A lo llevó a exiliarse a Alemania en 1975 donde se dedicó a escribir y denunciar las desapariciones de personas, torturas y asesinatos cometidos por grupos paramilitares de la última dictadura militar.
Sobre ese período de la historia, su pensamiento crítico quedó plasmado en títulos como Ventana a Plaza de Mayo y Exilio que escribió junto a Juan Gelman.
Lo político también formó parte de su única obra de ficción: Rainer y Minou (2001), una novela de amor, en la que aborda la relación entre una joven judía que viaja a Alemania para recuperar la historia de sus antepasados y un funcionario del gobierno alemán que carga con el estigma de ser hijo de un genocida nazi.
Luego de la restauración democrática, Bayer escribió además el ensayo Rebeldía y esperanza. Debates, discusiones y documentos (1993), en el que aborda la historia de la violencia política en Argentina.
Su pasión por Central
Bayer era confeso hincha de Rosario Central, por eso la biblioteca del club lleva su nombre desde 2011. "Que la biblioteca del club del equipo del que soy hincha tenga mi nombre es como tocar el cielo con las manos. Este reconocimiento es algo hermoso", había dicho en el reconocimiento el escritor. La biblioteca del club lleva su nombre, y su retrato está junto a los del Che Guevara, Roberto Fontanarrosa y el Negro Olmedo.
Nacido en Santa Fe sus primeros años simpatizó por Colón de aquella ciudad, pero con el paso del tiempo se enamoró de Central: “Los había visto jugar y me gustaba ver a los jugadores de Central porque lo hacían caminando. Uno fútbol especial. Desde chico, desde los 7 años, era hincha de Central. Mi padre me llevaba a verlo cuando venían acá a River, porque antes la cancha estaba en Palermo".
El día de su muerte, un 24 de diciembre de 2018, el Canalla despidió al periodista destacando su “lucidez y coherencia” y lo elevó a la "tercer bandeja" del Gigante de Arroyito.