Tras permanecer cinco semanas internado en grave estado de salud, el papa Francisco fue dado de alta y hasta tuvo una breve presentación pública. La crítica situación que atravesó fue revelada por el médico que lo atendió, Sergio Alfieri, quien confirmó que estuvo dos veces al borde de la muerte.
El médico detalló que la peor de las noches fue la del 28 de febrero, cuando el Papa cumplía dos semanas internado en el centro de salud y comenzaba a sufrir por sus broncoespasmos. “La situación estaba perdida”, indicó en una entrevista con el diario Corriere della Sera. Alfieri, que ya había intervenido quirúrgicamente a Francisco.
“Incluso cuando su condición empeoró estaba completamente consciente. Aquella noche [la del 28 de febrero] fue terrible. Él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera a aquella noche. Vimos al hombre que estaba sufriendo. Pero desde el primer día nos pidió que le dijéramos la verdad sobre sus condiciones”, detalló el médico que estuvo a su lado durante los 38 días de hospitalización.
Papa Francisco y la crisis
“Por primera vez, vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Personas que, según pude entender durante este periodo de hospitalización, lo quieren sinceramente, como a un padre. Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos”, recordó Alfieri.
Luego reveló: “Hubo un momento en el que se tuvo que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto”. Fue entonces que el equipo médico tomó la decisión de ir por todos los tratamientos disponibles aunque el riesgo era “muy alto de dañar otros órganos”.
Según contó, el propio papa le dijo “inténtalo todo, no te rindas” y “nadie se rindió”. Probaron y el organismo respondió a los tratamientos y la infección pulmonar mejoró, pero la crisis no había terminado.
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Un empleado de una tienda de recuerdos de Roma coloca figuras del Papa Francisco para una fotografía el jueves 27 de febrero de 2025. (Foto AP/Kirsty Wigglesworth)
El segundo momento crítico
“Cuando estábamos saliendo de la instancia más dura, el Papa Francisco comió, tuvo una regurgitación y aspiró. Fue el segundo momento verdaderamente crítico porque en estos casos, si no se rescata con prontitud, existe el riesgo de muerte súbita además de complicaciones en los pulmones que ya eran los órganos más comprometidos”. “Fue terrible, realmente pensamos que no lo lograríamos”, dijo el médico.
“Hay una publicación científica según la cual las oraciones dan fuerza a los enfermos, en este caso todo el mundo empezó a orar. Puedo decir que dos veces se perdió la situación y luego ocurrió como un milagro. Por supuesto, era un paciente muy cooperativo. Se sometió a todas las terapias sin quejarse jamás”, finalizó.