El presidente Javier Milei participó este sábado de la ceremonia de despedida del Papa Francisco en el Vaticano. Con rostro serio, Milei escuchó la homilía del cardenal Giovanni Battista Re, que repasó el legado de fe, solidaridad y fraternidad del pontífice argentino.
El mandatario estuvo acompañado en primera fila por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Detrás de ambos se encontraba la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, como parte de la comitiva oficial argentina.
La imagen de Milei, con gesto adusto y en respetuoso silencio, fue captada durante el momento más emotivo del funeral, cuando el cardenal Re recordó la frase que el propio Francisco había convertido en lema: "Nadie se salva solo".
Javier Milei y el Papa Francisco
El presidente argentino viajó especialmente a Roma para participar de la misa exequial y rendir homenaje a quien definió en los últimos días como "el argentino más importante de la historia".
Durante la ceremonia, Milei fue ubicado en la primera fila, junto a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, en reconocimiento a las nacionalidades que marcaron la vida del Sumo Pontífice, nacido como Jorge Bergoglio en Buenos Aires. Siguiendo el protocolo establecido, todos los miembros de la delegación vistieron de luto para participar en la despedida del Santo Pontífice.
La misa exequial, que se llevó a cabo frente al atrio de la Basílica de San Pedro, comenzó a las 10 (hora local). Este es el último rito antes de la inhumación de los restos del Papa Francisco. De acuerdo con lo solicitado por el propio pontífice en vida, sus restos serán trasladados posteriormente a la Basílica de Santa María Maggiore, ubicada frente a la embajada argentina en Roma, donde descansarán de manera definitiva.
El protocolo establecido por el Vaticano para esta ceremonia fue especialmente riguroso. La ubicación de Javier Milei y Giorgia Meloni en la primera fila respondió a su representación de las dos nacionalidades más significativas en la vida del Papa Francisco: la argentina, como su país de origen, y la italiana, como la de su ascendencia y sede de su pontificado.