Cosas extrañas suceden en Argentina. Se sabe, Argentina es el país donde los episodios propios de ficción se suceden uno tras otro, sin pausa. Esta Navidad, una novela diplomática irrumpió en las primeras horas del 25 de diciembre dejó a todos intrigados y sorprendidos en Buenos Aires.
El primer episodio ocurrió en el barrio porteño de Recoleta alrededor de las 10.45. Un conductor con auto diplomático de Rusia se negó a hacerse control de alcoholemia en el marco de los operativos especiales por las fiestas. Desde el comienzo, el conductor estuvo "atrincherado" en su vehículo y no quiso salir de él. Ante esa situación, el personal de Tránsito debió llamar a efectivos de la Policía de la Ciudad para que participe del operativo contra el conductor. Minutos después, un agente de la Policía Federal se presentó también en la inspección.
En medio de esa situación, según registraron las cámaras de varios canales, un runner que pasaba por el lugar, de origen ruso, intentó convencer al diplomático para que bajara del vehículo aunque no lo logró.
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Después de varias comunicaciones entre las autoridades nacionales y de la Embajada, desde el Ministerio de Seguridad le confirmaron a la Agencia Noticias Argentinas que, en conjunto con la Cancillería, “enviaron al departamento de Seguridad Diplomática de la PFA para hacerse cargo y cumplir con la convención de Viena y la leyes que rigen las relaciones diplomáticas”.
De este modo, a más de una hora del operativo, el hombre fue escoltado hasta la Embajada de Rusia donde se le realizará un acta y el respectivo examen. Allí las actuaciones seguirán por canales federales y se espera que se le realice el control de alcoholemia correspondiente y un acta contravencional.
El segundo episodio tuvo lugar una hora después, según medios porteños, muy cerca de donde ocurrió el primer episodio. El conductor de otro auto diplomático se negó, en el mismo control en Recoleta, a realizar el test de alcoholemia. Fuentes oficiales informaron a Infobae que también será trasladado a la embajada, pero todavía continuaba atrincherado en avenida Libertador en el puesto de control.
Vale destacar que el artículo 41 de la Convención de Viena, en el que se establece el marco para la creación, interpretación y aplicación de los tratados entre Estados, indica que todas las personas que gocen de privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del país receptor. En otras palabras, pese a ser diplomáticos los hombres tienen la obligación de someterse al control de alcoholemia establecido por las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires.