La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, estaría lista para iniciar una batalla legal contra Google. La decisión de la empresa estadounidense de renombrar en su plataforma de mapas como Golfo de América el cuerpo de agua conocido por siglos como Golfo de México provocaría una respuesta en tribunales si el gigante tecnológico mantiene su postura.
Google accedió a cambiar el nombre de la zona marítima después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, firmara el 20 de enero una orden ejecutiva requiriendo a la secretaría de Interior la actualización del nombre en su Sistema de Información de Nombres Geográficos de Estados Unidos (GNIS, por sus siglas en inglés).
La disputa por la denominación del Golfo —iniciada en enero, tras el regreso de Trump a la Casa Blanca— se intensifica y podría acabar en una demanda si el pedido de México no es respondido por Google de manera satisfactoria para el gobierno de Sheinbaum, la primera mujer electa presidenta del país y que tomó posesión del cargo en octubre del año pasado.
La empresa estadounidense justificó su decisión afirmando que es una "práctica de larga data" la actualización de designación de datos geográficos basándose en fuentes oficiales.
Aún así, Google optó por modificar el nombre de la zona marítima únicamente para usuarios en Estados Unidos, permitiendo que los usuarios en México puedan continuar viendo el nombre de 'golfo de México' en sus mapas. Los usuarios en el resto del mundo podrán ver ambas denominaciones, tal como ocurre al ingresar a Google Maps desde Argentina, ya que puede leerse "Golfo de México (Golfo de América)".
Pero esta salida no resolvió el asunto de fondo.
El gobierno de México presentó, en un intercambio de mensajes dirigidos a los jefes de Google, una serie de argumentos que incluyen que la designación de la zona marítima compartida por México, Estados Unidos y Cuba es parte de un proceso histórico y del consenso.
Sheinbaum, que en principio respondió al anuncio de Trump con jocosidad y alguna que otra provocación —dijo que pediría a Google renombrar a Estados Unidos como América Mexicana— exhibió mapas históricos que datan del siglo XVII en el que se nombra toda el área como Golfo de México.
Esta vez, la mandataria tomó una postura más firme sobre la controversia: "Si es necesario presentaremos una demanda civil", afirmó Sheinbaum en la tradicional conferencia de prensa de los lunes. Y añadió: "Nuestra área jurídica ya está estudiando qué significaría eso, pero esperamos que se reconsidere".
El historiador y escritor mexicano Alejandro Rosas minimizó la decisión de Trump y el impacto en el ámbito internacional. "Si Donald Trump quiere llamarlo Golfo Donald Trump, o Golfo Mickey Mouse, pues es un asunto de él. En términos internacionales, en términos de la cartografía internacional, en términos de Naciones Unidas, de la OEA, el golfo se llama Golfo de México y eso no va a cambiar absolutamente nada. No hay riesgo de que, de ahora en adelante, en los mapas aparezca Golfo de Vuelve América Grande Otra Vez o Viva los Estados Unidos. Simplemente me parece una ocurrencia", dijo.