Cada 6 de enero, miles de niños en Argentina despiertan con la ilusión de encontrar regalos junto a sus zapatillas. La celebración la llegada de los Reyes Magos es una de las tradiciones más arraigadas en el país, donde la magia y la fantasía se mezclan con valores culturales y familiares que se transmiten de generación en generación.
La costumbre tiene su origen en el relato bíblico del Evangelio de San Mateo, que cuenta la historia de tres sabios del Oriente –Melchor, Gaspar y Baltasar– guiados por una estrella hasta el pesebre de Belén, donde ofrecieron oro, incienso y mirra al recién nacido Jesús. En Argentina, la tradición se adaptó con matices únicos, transformándose en una fecha clave dentro del calendario festivo.
La noche anterior al 6 de enero es especialmente mágica. Los niños colocan sus zapatillas en un lugar visible y dejan agua y pasto para los camellos, un gesto que simboliza hospitalidad hacia los viajeros que traen obsequios. En muchas localidades, especialmente del interior del país, esta fecha es motivo de celebraciones comunitarias, con desfiles, representaciones y actividades para las familias.
En algunas provincias argentinas, la llegada de los Reyes Magos incluye cabalgatas populares, donde figuras de Melchor, Gaspar y Baltasar recorren las calles repartiendo caramelos y regalos. En otras regiones, como el norte, la tradición se mezcla con elementos de las culturas originarias, dando un toque especial a las festividades.
Aunque en la actualidad la tradición enfrenta los desafíos del tiempo y las influencias de otras festividades, como la Navidad, el Día de Reyes mantiene su esencia. Más allá de los regalos, la fecha invita a recordar el valor de los pequeños gestos y la importancia de mantener viva la magia de la infancia.
La llegada de los Reyes Magos, con sus camellos y regalos simbólicos, sigue siendo un puente que conecta el pasado con el presente, y un recordatorio de que la ilusión y la fe en algo más grande pueden ser el mejor regalo de todos.
Por qué se le dejan zapatos a los Reyes Magos
La tradición de dejar los zapatos en la noche de Reyes tiene raíces culturales y religiosas que se remontan a siglos atrás. Se cree que simboliza la humildad y el reconocimiento hacia los Reyes Magos, quienes llevaron regalos al Niño Jesús. Según la historia, los Reyes depositaban los obsequios cerca de los pies de las personas, y con el tiempo, los zapatos se convirtieron en el lugar elegido para recibir esos presentes.
En muchas culturas, especialmente en América Latina y España, los niños colocan sus zapatos junto a hierba y agua para los camellos de los Reyes, como muestra de agradecimiento y preparación para su llegada. Este gesto refuerza la magia y la conexión con una tradición que, año tras año, sigue llenando de ilusión a los más pequeños.