El teatro se enfrenta a una posible bancarrota. Los okupas dicen ser menores de 18 años, por lo que tendrían derecho a alojamiento y apoyo gubernamental
Un teatro de la capital francesa, París, se enfrenta a una posible bancarrota luego de que invitara hace cinco semanas a cerca de 250 inmigrantes africanos a una conferencia gratuita, tras lo cual los refugiados resolvieron ocupar la sala y desde entonces no pudieron desalojarlos.
El teatro Gaîté Lyrique, ubicado en el muy céntrico II Distrito de París, invitó el pasado 10 de diciembre a más de dos centenares de inmigrantes a presenciar la conferencia "Reinventar la acogida de los refugiados en Francia". Pero, una vez finalizado el evento, el colectivo Jeunes du Parc de Belleville llamó a ocupar el teatro. Y lo hicieron de manera ininterrumpida durante los últimos 40 días.
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Los okupas afirmaron ser menores de 18 años, lo que legalmente les daría derecho a alojamiento y apoyo por parte de las autoridades locales, además de no tener documentos legales de residencia en Europa y de encontrarse en situación de no acompañamiento. Pero se negaron a someterse a pruebas para determinar su edad porque, según el colectivo Jeunes du Parc de Belleville, es una actitud "racista".
El teatro se vio obligado a suspender toda su programación, por lo que no vende entradas y no tiene ingresos monetarios. Aún así, en un comunicado en redes sociales aseguraron que no tienen intenciones de expulsarlos en pleno invierno, pero alertan de la posibilidad de ir a la quiebra y condenan la ocupación.
Comerciantes de la cuadra también se quejaron por lo que ocurre en el teatro y aseguraron que se ven afectados directamente. Desde el Bistrot de la Gaîté, que funciona a pocos metros por la calle Papin, frente a la plaza Émile-Chautemps, aseguran que perdieron unos 30.000 euros desde que comenzó la ocupación. "Están arruinando mi negocio. Se quedan afuera de mi terraza fumando porros y peleándose entre ellos". dijo el gerente del restaurante, Elia, hijo de inmigrantes argelinos.
La falta de entrega de mercadería de Nación tiene en jaque a los servicios de asistencia alimentaria. "Es duro decirle a la gente que no tenemos qué dar".
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