Las personas suelen llevar a sus perros a todos los lugares a donde vayan, dejarlos solos en casa no siempre es una opción ideal. Esto a veces implica transportarlos en un vehículo. En este contexto, uno de los mayores errores que cometen los dueños de perros es dejar a sus mascotas dentro del vehículo mientras realizan algún trámite. Aunque pueda parecer una breve espera, las consecuencias pueden ser fatales.
No importa el clima o si las ventanas del vehículo están abiertas, esta práctica puede ser extremadamente peligrosa para el bienestar de la mascota. A menudo, las personas subestiman lo rápido que la temperatura dentro de un auto puede elevarse, incluso si el día no parece tan caluroso.
Además, hay que tener en cuenta que durante el verano los perros son más vulnerables a las altas temperaturas debido a que sus cuerpos tienen métodos limitados de regulación térmica.
Según el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, es importante tener en cuenta que la sensación de calor de un animal no solo depende de la temperatura ambiente, sino de una combinación de factores como la humedad, la ventilación y la radiación solar, los cuales influyen en la llamada "temperatura efectiva" que sienten.
¿Por qué no se debe dejar a un perro dentro del auto?
Una de las principales razones por las que nunca se debe dejar a un perro dentro de un auto es el aumento vertiginoso de la temperatura interior.
A pesar de que la temperatura externa puede ser moderada, los autos siempre suelen estar a mayores temperaturas debido a que las estructuras metálicas del vehículo pueden funcionar como colectores solares que elevan la temperatura. Además, el hecho de dejar las ventanas entreabiertas o estacionar el coche en la sombra no garantiza que la temperatura dentro del vehículo se mantenga moderada ya que el vehículo actúa como una especie de horno que atrapa el calor y lo retiene, creando un microclima letal para las mascotas que estan dentro.
En una temperatura exterior de 21°C , en cuestión de minutos un auto puede alcanzar hasta 32°C en su interior y hasta puede llegar a una temperatura de 42°C. En estas temperaturas los perros comienzan a sufrir los primeros efectos de un golpe de calor que, si no se trata a tiempo, puede llevar a un daño cerebral irreversible e incluso la muerte.
¿Qué saber si el perro sufre un golpe de calor?
Los perros, a diferencia de los humanos, no cuentan con glándulas sudoríparas distribuidas por todo su cuerpo, lo que dificulta la regulación de su temperatura. En su lugar, jadean y eliminan algo de sudor a través de las almohadillas de sus patas cuando están en contacto con superficies frías, pero este proceso es mucho más lento que el sudor humano. Cuando la temperatura corporal de un perro o gato supera los 39.5°C puede producirse un golpe de calor, que es necesario detectar de inmediato.
Los signos de un golpe de calor en perros incluyen:
- Jadeo excesivo
- Encías oscuras
- Vómitos
- Mareos
- Dificultad para respirar
- Ojos vidriosos.
¿Qué hacer si un perro sufre un golpe de calor?
Ante cualquier síntoma de golpe de calor, es esencial llevar al animal de inmediato al veterinario.
También se recomienda llevar a la mascota a un lugar fresco, preferiblemente con aire acondicionado y ofrecerle agua fresca o cubitos de hielo. Se deben aplicar toallas frías sobre su cabeza, cuello o pecho para ayudar a bajar su temperatura.
>>Leer más: Consejos para evitar el golpe de calor en las mascotas
¿Cómo proteger a un perro del calor?
El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires (CVPBA) recomienda ciertas maneras de proteger a nuestra mascota para que no sufra un golpe de calor:
- Peinar: El pelo de los perros los protege del sol, por lo que cortarles el pelaje puede dejarlas vulnerables a quemaduras solares. Lo ideal es peinarlos con frecuencia para eliminar el subpelo, ayudándolos a mantenerse frescas durante las altas temperaturas.
- Agua fría y hielo: Asegúrate de que tu mascota tenga siempre agua fresca. Cambiar el agua más veces de lo habitual y añadirle cubos de hielo puede ayudar a mantenerla a una temperatura adecuada por más tiempo.
- Juguetes refrescantes: Existen juguetes diseñados para aliviar el calor, como pelotas que expulsan agua al ser mordidas, huesos que se pueden meter en la heladera o piscinas para refrescar las patas.
- Protector solar: Al igual que los humanos, los perros y gatos, especialmente aquellos con pieles despigmentadas, también pueden sufrir quemaduras solares. Si no se posee protector solar especializado para mascotas, se pueden usar protectores solares hipoalergénicos para humanos en áreas sensibles como la nariz, las orejas y el abdomen.
- Regla de los 5 segundos: El asfalto y el cemento alcanzan temperturas peligrosas que pueden llegar a los 50° y 60°C, cuando la temperatura ambiente es de 30°C. Siempre es recomendable pasear a tu mascota en horas más frescas y en lugares con sombra y césped. En caso de caminar por el asfalto, el cuidador debe colocar previamente su mano sobre el mismo, si no aguanta más de 5 segundos entonces el animal tampoco lo hará.