Tras una misa en la Plaza de San Pedro a la que asistieron unos 50 líderes mundiales y una multitud de fieles, el Papa Francisco fue sepultado en la basílica de Santa María la Mayor. A la ceremonia asistió el presidente Javier Milei, quien estuvo acompañado por la comitiva argentina.
El Papa Francisco fue sepultado en una ceremonia privada en la basílica de Santa María la Mayor, su basílica preferida. La tumba se encuentra detrás de una barrera de madera, que él mismo eligió para estar cerca de la imagen de la Virgen María que veneraba y ante la que solía rezar.
El pontífice argentino había expresado su deseo de no ser enterrado ni en la Basílica de San Pedro ni en sus grutas. Y a la ceremonia del entierro asistieron los principales cardenales y algunas personas cercanas a Bergoglio, quien falleció el lunes a los 88 años de edad.
Una multitud en el funeral
Ante una multitud congregada en la Plaza San Pedro, este sábado se realizó la misa exequial, el último rito antes de la inhumación de los restos del Papa Francisco. A la ceremonia asistió el presidente argentino Javier Milei, quien estuvo sentado en primera fila junto a la premier italiana Giorgia Meloni. La ubicación respondió a la representación de las dos nacionalidades más significativas en la vida del Papa Francisco: la argentina, como su país de origen, y la italiana, como la de su ascendencia y sede de su pontificado.
El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, fue el encargado de presidir la misa funeral y dedicó una emotiva homilía que sintetizó el legado espiritual y humano del pontífice argentino.
"Estamos reunidos en torno a sus restos mortales con el corazón triste, pero sostenidos por las certezas de la fe", expresó Re, y destacó la masiva manifestación de afecto que acompañó los días de duelo en Roma.
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El Papa Francisco y los pobres
El cardenal recordó que Francisco, aun con su salud deteriorada, impartió su última bendición el Domingo de Pascua y saludó a los fieles desde el papamóvil. “Eligió recorrer el camino de la entrega hasta el último día de su vida terrenal”, subrayó Re desde el Vaticano.
Re también repasó los ejes del pontificado: su opción por los pobres, los migrantes, las personas vulnerables y su firme compromiso con la paz y la fraternidad. “Fue un Papa en medio de la gente, con el corazón abierto hacia todos”, resumió.
Citando sus encíclicas Evangelii Gaudium, Laudato si' y Fratelli Tutti, remarcó su mensaje constante: "Nadie se salva solo", e insistió en su llamado a "construir puentes y no muros".
Al concluir, Re evocó una de las frases recurrentes de Francisco: “No se olviden de rezar por mí”. Y cerró: “Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma y al mundo entero”.