"Siempre cuento que lo sueño de grande, por eso jamás me voy a resignar a no encontrarlo". Quien habla es Marisa Olguín, mamá de Bruno Gentiletti, el niño que un día como hoy, hace 25 años, vino junto a su familia desde Las Rosas para pasar un día de playa en La Florida y nunca más se supo de él. En aquel entonces tenía casi 9 años y hoy tiene —así lo asegura su mamá— 33 años. A partir de un pedido de la Secretaría de Derechos Humanos provincial, desde 2019 el fiscal David Carizza del Ministerio Público de la Acusación reactivó la causa que estaba archivada en los Tribunales provinciales. "Nunca va a dejar de buscarlo", confió Ana Rosa Llobet, la presidenta de Missing Children Argentina, Asociación Civil que recibe cerca de 800 denuncias al año por desaparición de niños y niñas.
La desaparición de Bruno Gentiletti siempre fue un misterio y una de las más emblemáticas que se recuerden en la provincia. Ocurrió el domingo 2 de marzo de 1997 en el balneario La Florida cerca del mediodía y bajo un sol radiante. Estaba con su familia, pero misteriosamente desapareció. Prefectura lo buscó en el río, mientras su familia recorrió cada rincón de la ciudad de manera desesperada con la ayuda de vecinos de Las Rosas y no hubo caso. Pasaron los años y un reguero de pistas falsas y expectativas que se fueron consumiendo, pero Marisa jamás perdió las esperanzas de volver a verlo para poder abrazarlo, contemplarlo y darle todo ese amor que guarda y anhela compartir.
"Era un chico muy inteligente, curioso, vivaz, por eso dudo que pudiera haber salido solo del balneario por alguna cuestión", sostiene Marisa en diálogo con La Capital desde su casa en Las Rosas. Y confiesa: "Siempre cuento que lo sueño de grande, pero no sé si será algo parecido a como está hoy. Por eso, cuando se hacen las fotos, siempre resulta ser una ayuda aproximada porque tenía casi 9 años cuando desapareció y hoy es un adulto de 33".
En ese sentido, añade: "Viendo historias de gente que se reencuentra después de años me ayuda a no bajar los brazos y nunca perder las esperanzas, resignarse jamás, eso no es posible".
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Pasaron 25 años y Marisa recuerda aquel día como si fuera hoy. "Fue tremendo porque hicimos la denuncia antes de las 14 y no tuvimos ayuda ni respuestas de las autoridades hasta la noche; Prefectura lo buscó en el agua, pero es imposible que se haya ahogado porque ese día no quiso ni estar en el agua porque no le gustaba y le parecía que estaba sucia", asegura y reafirma: "Solo lo buscó Prefectura y descartó que pudiera haberse ahogado".
También recuerda que en un primer momento pensaron que alguien se lo había llevado. "Al pasar las horas y no encontrarlo la desesperación fue terrible. Al segundo día de acá de Las Rosas fueron a Rosario para ayudar a buscarlo y recorrimos barrio por barrio. Es por eso que pienso que después de muchos años buscar a un niño por una foto no es suficiente porque aquel que busca no sabe cómo actuaría esa persona, qué haría, cuáles son sus gustos, su personalidad... por eso es tan difícil".
Durante todos estos años, los padres de Bruno Gentiletti han viajado desde San Justo (Santa Fe) hasta Mendoza, han recibido pistas presuntamente falsas de Europa y hasta la propia mamá contó que la Justicia la tomó por "loca" ante posibles hipótesis presentadas a lo largo del derrotero de búsqueda.
Marisa señaló que desde junio de 2019 la causa "salió de Tribunales, donde estaba archivada, y pasó a manos del fiscal David Cariza del MPA para revisar hoja por hoja desde el día que ingresó la primera denuncia. Ahora está revisando la causa paso por paso para ir viendo baches que pueden haber quedado".
En tal sentido, explica que "son cosas que quedaron a medias, datos sumados a algunas cosas que fueron surgiendo". Y cuenta que meses atrás se le practicó un estudio de ADN a un joven que dudaba de su identidad, pero ese cotejo dio negativo. También comentó que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) le tomó muestras directas a toda la familia.
Marisa apunta que desde 2016 mantiene un diálogo permanente con Leticia Risco del Sistema Federal de Búsqueda de personas desaparecidas y extraviadas (Sifebu), que aporta nuevas formas de búsqueda de paradero. "Es gente muy amable y atenta, pero lamentablemente en la desaparición de niños y personas mayores sigue habiendo muchos baches. Es por eso que las primeras horas son decisivas a la hora de encabezar la búsqueda", sostiene la mamá de Bruno Gentiletti.
Seguir adelante y no bajar los brazos
"No va a dejar de buscarlo nunca", le asegura a este medio la presidenta de Missing Children Argentina, Ana Rosa Llobet, quien asegura que nunca bajarán los brazos para seguir buscando niños y niñas, incluso cuando hayan cumplido la mayoría de edad y sean adultos.
"En casos como estos que no han sido resueltos, uno pensaría que tiene que bajar los brazos, pero por todos estos casos que se resuelven no podemos bajar los brazos", sostiene Llobet, quien forma parte de la Asociación Civil sin fines de lucro fundada en 1999 bajo la misión de ayudar a las familias a encontrar a sus hijos perdidos.
"Nunca nos vamos a resignar a que no se llegue a ninguna conclusión. Cada vez que un chico aparece y un padre y/o madre nos agradece, decimos que hay que seguir adelante con todas las herramientas que tenemos", destaca.
Respecto al móvil de la desaparición de Bruno Gentiletti, Llobet asume que "es muy difícil saberlo, hicimos una foto proyectada a los 19 años, ya que nuestra única causa es seguir para que la imagen de Bruno no se pierda; es muy desgarrador para los padres el hecho de no saber qué pasó con su hijo".
También comenta que hay muchos más chicos que se pierden, de acuerdo a las denuncias diarias que recibe Missing Children. "Son entre tres y cuatro denuncias diarias, lo que hacen unas 800". Sin embargo, destaca que "el 98% de esas búsquedas son resueltas de manera positiva".
Para aportar datos de chicos que figuran en la página de Missing Children Argentina pueden comunicarse al WhatsApp 1141573101 o al 0800 333 5500.