La posible conformación de una cancha de golf en un sector del predio de 300 hectáreas del Bosque de los Constituyentes abrió el debate sobre las últimas ocasiones en las que se cedieron terrenos de uno de los pulmones verdes más importantes de la ciudad, que cuenta con 40 mil árboles pero que contemplaba más del doble de lo que abarca actualmente.
El Bosque de los Constituyentes, denominación que tuvo a partir de 1991, contaba con más de 800 hectáreas a principios del siglo XX, cuando fue concebido, que conformaban el área delimitada, aproximadamente, por calle Juan B. Justo, el extremo oeste del barrio Casiano Casas, calle Baigorria y el límite del municipio con Funes. Actualmente, en el área mencionada hay varios barrios como Emaús, La Bombacha, Stella Maris, Aldea, Hostal del Sol, San Eduardo y una porción del 7 de Septiembre.
En poco menos de medio siglo, el bosque perdió más de la mitad de su conformación original (hoy tiene cerca de 300 hectáreas de superficie) y su preservación tal como está es clave para enfrentar situaciones actuales y futuras respecto al clima, con fenómenos más intensos que van desde tormentas fuertes hasta olas de calor prolongadas y temperaturas récord.
Los registros en la plataforma Argentinat, dedicada a las observaciones de fauna y flora por parte de aficionados, respaldan la importancia que representa el bosque para la conservación de ejemplares: hay más de 500 especies de aves, insectos, árboles y plantas cargadas en el sitio, que es referencia a nivel nacional.
Lo cierto es que el Bosque de los Constituyentes empezó a tener mayor cantidad de actividades a partir de la revalorización que los trabajadores municipales de distintos períodos destinaron para conformar un espacio que hoy tiene visitas periódicas y es una referencia para la ciudad.
Suelo pobre y posible cambio de suelo
Para el proyecto de la cancha de golf, que tiene fines sociales según indicaron desde la Municipalidad, se destinaría una porción del bosque que se encuentra en la zona de la calle Schweitzer, a apenas 10 cuadras de la cancha de golf del Rosario Golf Club y a sólo 20 cuadras de la cancha de golf del Jockey Club.
"La zona que quieren ceder son, más o menos, 16 hectáreas. Cuando se empezó con el bosque lo primero que se hizo fueron perforaciones y estudios geomorfológicos para ver qué se iba a plantar. Los resultados indicaron que el suelo es tan pobre que sólo puede crecer pasto duro, por lo que para hacer una cancha de golf deberían hacer una «tapa» de entre 40 y 50 centímetros para sembrar pasto para golf”, explicó a La Capital René Marconi, quien trabajó como guardaparques en el bosque desde los inicios, en agosto de 1991, hasta su jubilación, en 2020. Y agregó que “toda la zona que bordea el Ludueña es salitrosa y el agua con salitre no permite crecer el pasto”.
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Hay un proyecto en puerta para hacer una cancha de golf en una zona del Bosque de los Constituyentes.
Por su parte, señaló que “todas las edificaciones que se hicieron” en la zona del bosque se establecen en lugares que son para que el suelo absorba posible excesos de agua ante las lluvias: “El bosque se hizo para garantizar que no se haga ninguna construcción ahí porque afloja el agua cuando hay lluvias y previene desbordes”.
Cuando un suelo natural absorbente se impermeabiliza, esa agua que antes quedaba allí (y que, naturalmente, cumple esa función ecosistémica de una suerte de esponja) pasa a escurrirse y a afectar a otro territorio.
Historia del Bosque de los Constituyentes
El origen del bosque se remonta a principios del siglo XX. La superficie original era de entre 800 y 850 hectáreas propiedad de la familia del alemán Otto Bemberg, creador de la cerveza Quilmes. Tras un juicio por parte del Estado nacional sobre su herencia y luego de varios años, la Municipalidad de Rosario tomó posesión de esas tierras en 1939, año del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
“La madera era un material estratégico, usadas para los durmientes del ferrocarril que era el principal medio de movilidad, con lo cual deciden hacer un emprendimiento en donde se plantaran árboles. Se iba a incluir una universidad que dicte Ingeniería Forestal y una escuela técnica forestal, pero no se concretó”, contó Marconi.
El Bosque de los Constituyentes fue uno de los bastiones del primer plan regulador de la ciudad presentado por la Municipalidad en 1935 y que fuera confeccionado por Ángel Guido, el creador del Monumento a la Bandera.
Al respecto, Marconi dijo: “Con esto se planeó una ciudad avanzada incluso para la actualidad, con corredores verdes. Guido lo diseñó con tres grandes espacios verdes: el parque Independencia, que ya estaba, otro que estaba conformando, que era el que estaba frente al Monumento, y el Bosque de los Constituyentes”.
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El Bosque de los Constituyentes fue revalorizado en el pasado reciente.
Foto: Marcelo Bustamante / Archivo La Capital
Pasaron los años y hubo un intento de lotear toda la superficie, que siempre se supo que era inundable. En la década del 70, durante las últimas sesiones del Concejo previas a la dictadura cívico militar de 1976, se autorizan los loteos de algunas fracciones, como las zonas donde actualmente están los barrios Aldea y San Eduardo, con la condición de que se hiciera la presa retardadora del arroyo Ludueña (que terminó inaugurándose en 1995).
Tras el Golpe de Estado, los loteos quedaron paralizados y su fraccionamiento y venta se dio hacia el final de la dictadura en pequeñas porciones. En ese entonces, recordó Marconi, también se cedieron tierras para que se construyera el Autódromo Juan Manuel Fangio.
Durante el gobierno del intendente de facto Alberto Natale, entre abril de 1981 y febrero de 1983, Marconi explicó que se decidió fraccionar “en un montón de pedacitos distintas áreas del bosque porque no se sabía qué hacer con semejante terreno. Se los dieron a distintas federaciones deportivas de la ciudad que los terminaron devolviendo porque eran inundables”.
Cesiones pequeñas pero constantes
A esos fraccionamientos, recordó Marconi, se suman otros durante la Intendencia de Horacio Usandizaga que, consideró, se hicieron de manera precaria.
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Otros pequeños sectores se cedieron a los clubes Olympia y El Torito, además de a la Asociación de Residentes Peruanos y a la Asociación de Empleados del Concejo que, finalmente y tras muchos años de abandono, hoy son utilizados por el destacamento destinado para Gendarmería desde principios del 2023. También, otra porción de territorio para un proyecto de equinoterapia social.
“Cada gobierno fue repartiendo tierras como si fuera una entidad de beneficencia”, sintetizó Marconi.