Un brote de sarampión en Buenos Aires alertó a Santa Fe, que rápidamente inició una campaña para reforzar la vacunación contra este virus. En este contexto, se vuelve a poner en valor la importancia de completar el calendario de dosis establecido por ley para evitar la propagación de ésta y otras enfermedades. Son 12 vacunas y, según las últimas cifras, la provincia está por encima del promedio nacional. “Más allá de ese dato, no estamos bien. Tenemos que seguir redoblando esfuerzos”, dijo Andrea Uboldi, secretaria de Salud santafesina y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones, a La Capital.
Respecto al sarampión el objetivo es similar al resto de las vacunaciones: llegar a más del 90% de la población para contrarrestar el avance del virus. En Santa Fe la primera dosis, aplicada a los 12 meses, alcanza ese número, pero apenas supera el 60% en el refuerzo a los 5 años de vida, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación que refieren a 2023.
A nivel federal, según el informe de Nación, la aplicación de la primera dosis cubre al 81% de las personas y el refuerzo sólo alcanza al 54,80% de la población y sólo hay dos provincias Neuquén (89,41%) y San Luis (87,77%) rozando los valores necesarios para considerar buena a una campaña. En el fondo de la tabla se encuentran la provincia de Buenos Aires (41,94%) y la Ciudad de Buenos Aires (52,10%). Uboldi, de todas formas, remarcó que el brote de sarampión se está dando a nivel mundial y analizó: “Pasa en Europa y Estados Unidos, no necesariamente estar en el primer mundo es igual a gente bien vacunada”. Al viajar sin protección, se contagia y, puntualmente el sarampión, es altamente contagioso porque no se trata de contagio persona a persona sino de que el virus queda en el ambiente y puede afectar a nueve de cada 10 personas.
La diferencia entre la primera dosis y la segunda o refuerzo entre las vacunas marca un porcentaje de deserción. Sobre este punto, Uboldi aseguró que el Ministerio de Salud trabaja en mejorar esas cifras ya que “la gente no volvió porque no le reclamamos un regreso o no conseguía ingresar al sistema”. Allí aparece el Sicap (Sistema de Atención Primaria), un programa provincial para el seguimiento en salud. “A partir de allí vemos quiénes faltan y los convocamos”, detalló la funcionaria.
Cómo está Santa Fe ante el calendario de vacuna
En total son 12 las vacunas que integran el calendario oficial (una de ellas la de la fiebre amarilla solo aplicada en el norte del país), algunas con más de una dosis otras con refuerzos correspondientes. Entre todas se llega a 33 dosis y Santa Fe alcanza en 20 de ellas más del 75% de cobertura, en el resto oscila entre el 60 y 70%, con la salvedad de la segunda dosis de la vacuna del virus del papiloma humano (VPH), fijada para los 11 años, con un alcance del 36,30% para mujeres y 28,55% para varones.
Entre las coberturas más destacadas se encuentra la primera dosis triple viral y el refuerzo de la vacuna contra el neumococo con un 90,28%, mientras que el promedio nacional se ubica en 76,44%. Más atrás, aparece la BCG (contra la tuberculosis) con el 88,08% contra un promedio nacional del 73,81%. La vacunación contra la hepatitis A con 89,4% y la hepatitis B con 84,91% también muestra altos valores en comparación con el promedio del país, 78,61% y 68,10%, respectivamente.
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A medida de que la población crece se va perdiendo el hilo de vacunación y la tasa de deserción sube a nivel nacional, mientras que el porcentaje de vacunación baja. En ese sentido, Santa Fe muestra números en rojo, pero por encima del promedio entre las 24 jurisdicciones del país. “Más allá de ese dato, no estamos bien. Tenemos que redoblar el esfuerzos. Estamos muy comprometidos para este año con trabajar entre distintos sectores para mejorar el acceso a las vacunas”, expresó Uboldi.
Por qué Santa Fe supera el promedio nacional
La provincia desarrolló en 2021 un proceso de nominalizaciones para dejar atrás el formato papel donde se registraban las vacunaciones para pasar a un sistema digital, mediante el Sicap y un trabajo de los profesionales de enfermería.
“Gracias a ese importante trabajo, Santa Fe tiene identificada una persona con nombre y apellido, con número de DNI, con las vacunas aplicadas”, dijo la secretaria de Salud. Con este registro se puede comenzar con la búsqueda activa de la población sin la triple viral para que sea inmunizada “sacando los vacunatorios a la calle”.
Vacunación en adultos
La vacunación en edades tempranas es habitual, no obstante, que los mayores de edad pasen por vacunatorios es todo un desafío. “Siempre es más difícil, porque la gente piensa que las vacunas son para los chicos y no es así”, dijo Uboldi.
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Esta apreciación no sólo se basa en adolescentes y adultos en general, también busca concientizar a las personas gestantes porque hay vacunas tanto para la madre como para el bebé, como la de la gripe, Covid, o tos convulsa, entre otras. Justamente la irrupción de la vacunación contra la tos convulsa significó un cambio importante para evitar la muerte o la hospitalización de bebés recién nacidos con esta enfermedad o coqueluche, en este sentido, Santa Fe incorporó en 2024 la vacuna del Virus Sincicial Respiratorio (VSR), que provoca bonquiolitis en menores de seis meses, y así bajó un 70% las internaciones de este tipo.
Por fuera de eso, Uboldi recordó la importancia de la antitetánica cada 10 años para estar protegida por cirugías o cortes. También la vacuna de la hepatitis B, la triple viral en mayor de 60 años o la antigripal en mayores de 65 años.
Los grupos antivacunas
La pandemia por coronavirus trajo un aislamiento social, medidas de cuidados sanitarios, virtualidad y mucho contacto con las pantallas. En este contexto, fueron varios los mensajes que emergieron en contra de la vacunación contra el Covid y los grupos antivacunas salieron de las sombras para instalar una infodemia, es decir, abundancia de información sobre un tema concreto.
Sin embargo, manifestó Uboldi, esos discursos no fueron significativos en las cifras de niños vacunados: “Los datos venían bajando desde 2009 en todo el país. La población con más descrédito está entre los 15 y los 30 años”. La secretaria de Salud dio como ejemplo la complejidad para vacunar a esa población contra el dengue.
En contrapartida, “pasó lo diferente de cuarenta o más” por eso “hay un tema de trabajar con confianza en vacunas, con los mensajes con la comunicación”. Ante esta realidad, Uboldi reconoció estar trabajando con los profesionales para contener o responder las preguntas frecuentes de los pacientes que llegan al vacunatorio.