Es casi un mito o leyenda, pero se venía cumpliendo todos los años. La maldición que pesaba sobre la Fiesta de Colectividades, y que el folklore rosarino atribuyó a los gitanos, obligó a suspender al menos una jornada por evento desde 2013 a la fecha. La edición 2024, que cierra este lunes feriado, fue la primera en 11 años que no debe cancelar ni un solo día. Además, con 11 noches, se rompió el récord histórico de longitud.
El repaso arroja que esta fue la primera vez en la historia, desde 1985 cuando comenzó a celebrarse la tradicional fiesta, que se realizan 11 jornadas completas. Además, en la última década no había ni una edición en la que no debiera suspenderse al menos una sola jornada por lluvia.
Año por año
En el 2023 la fiesta se extendió por 9 noches. Se suspendió el inicio del viernes 3 de noviembre y la jornada del viernes 10 por intensas lluvias y fuertes vientos. Solo se recuperó el lunes 13 de noviembre, posterior al cierre que estaba programado.
En tanto, en el 2022 duró 9 noches. A causa de un temporal con mucha agua, hubo que cancelar los dos domingos por inconvenientes en el estado del suelo del predio. Solo se extendió al lunes.
El año 2021 fue en medio de la pandemia, y solo se pudo concurrir a las sedes de cada colectividad para comer o pasar a buscar platos típicos. Hubo un gran cierre presencial el día 22 de noviembre con un festival de danzas en el predio del Parque Nacional de la Bandera.
En el año 2020, en pleno auge del Covid-19, solo hubo envío de alimentos por delivery. Durante dos fines de semana, las ofertas gastronómicas pudieron comprarse a través del abandonado sitio Vidrieras en Red.
>>Leer más: La Fiesta de Colectividades, la lluvia y la antigua maldición gitana
colectividades-lluvia-rosariopng.webp
Paros
En el 2019 la duración fue de 10 días. Hubo paro de trabajadores municipales el primer martes, y se canceló la fecha al no haber personal que trabaje en ella. La jornada se recuperó el lunes 18 de noviembre, feriado posterior al cierre.
En el 2018, el más corto de la década, solo hubo 8 noches de celebración. Debido a las condiciones climáticas, el evento debió levantarse durante 4 días consecutivos en los que hubo alerta meteorológica, dos tormentas seguidas con muchísimas precipitaciones y ráfagas de viento de más de 90 kilómetros por hora. Se recuperó lunes y martes, pero se perdió un sábado y un domingo, días que suelen tener alta convocatoria.
Por otra parte, en 2017 duró 10 noches. Se suspendió el inicio por el atentado en el que fueron victimas cinco rosarinos en Nueva York. Luego del día perdido por el duelo municipal anunciado tras el atentado terrorista en Manhattan, en el que murieron atropellados Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi, fue un año en el que no hubo lluvias y el cierre se extendió hasta el lunes.
En el año 2016 la propuesta se alargó 10 noches, pero debió suspenderse durante dos jornadas nuevamente por paro municipal. Se recuperó lunes y martes posteriores al cierre que estaba estipulado. Al no haber presencia de inspectores municipales y agentes de la GUM, el evento no iba a poder desarrollarse con normalidad y para preservar la seguridad de los concurrentes se optó por suspender las dos jornadas. En cuanto al clima hubo alertas, pero no lluvia.
>>Leer más: Colectividades 2024: todos los stands deberán contar con pago electrónico
Lluvias
El archivo dicta que en 2015 Colectividades estuvo compuesta por 9 noches. Se suspendió un lunes y un jueves por cuestiones climáticas: por las persistentes lluvias, hubo una importante acumulación de agua en varios sectores del predio del Parque Nacional a la Bandera afectado a la fiesta. Se recuperó el lunes siguiente al domingo de cierre.
En 2014 tuvo 9 noches. Se suspendió el primer domingo por inclemencias climáticas y dos jornadas tuvieron que terminar anticipadamente por el mal tiempo.
2013 fue la última edición en la que no hay registro de suspensión durante las 10 noches que duró la celebración.
En 2012 hubo 9 noches, pero debió suspenderse el viernes inicial y el domingo de clausura por lluvias. Se recuperó el lunes.
Finalmente en 2011, cuando se extendió por 9 noches, debió suspenderse el martes por un tremendo temporal que provocó importantes voladuras, la rotura de 9 stands y 25 heridos. El viento, que alcanzó los 101 kilómetros por hora, derrumbó carpas en momentos en que el predio estaba bastante concurrido a pesar de que se había lanzado el alerta metereológico.
>>Leer más: El secreto del éxito de 40 años de Colectividades: de un encuentro pequeño al evento más popular de Rosario
El origen del mito
Si bien Colectividades empezó en 1985, hay reportes de quejas sobre el clima que datan de finales de la década del noventa. Cabe destacar que muchos rosarinos se mantuvieron escépticos ante la creencia popular y remarcaron un hecho concreto: noviembre acostumbra a comenzar con lluvias en esta zona del país. En ese marco, que llueva en Colectividades es algo lógico.
Uno de los hechos que acrecentó el mito fue cuando, en la edición 2004, la inauguración de la feria fue corrida una semana para que no coincidiera con el III Congreso de la Lengua Española. ¿Qué sucedió entonces? Para sorpresa de muchos, al momento de realizar la Feria de Colectividades llovió de todos modos. De hecho, hubo un fuerte temporal que voló techos y causó todo tipo de daños.
A fines de ese año, en el archivo de La Capital figura un elemento de prueba que sirve para quienes juegan con la teoría del conjuro. En una nota fechada el 4 de diciembre del año 2004, Ana María Rolando, una de las más antiguas organizadoras del evento, contó que varios años antes una pareja de gitanos había pedido tener un stand y no se lo permitieron.
"Hay que respetar el estatuto que solo refiere a la participación de colectividades, ellos forman una comunidad", argumentó. Creer o reventar, tras la negativa por parte de la organización, comenzaron las lluvias y las tormentas que se convirtieron en una tradición que se hace presente en cada nueva edición de la Fiesta de Colectividades.
El mito se extendió a lo largo de los años, sostenido por el hecho de que la fiesta se vio repetidamente afectada por el paso del agua y complicó tanto a los organizadores como a los espectadores.