El Concejo comenzó a debatir la habilitación para un nuevo proyecto de desarrollo inmobiliario sobre avenida Jorge Newbery, A. J. Paz y Schweitzer, que montará un nuevo barrio en la curva que lleva al Aeropuerto Internacional Islas Malvinas. Se trata de un emprendimiento que plantea la generación de un frente urbano integrado por áreas de servicios, centros comerciales y residencia.
La propuesta, que se encuentra en tratamiento en la comisión de Planeamiento, contempla una extensión de 16 hectáreas, divididas en 8 manzanas, que irán creciendo en diferentes etapas. La idea es desarrollar allí iniciativas de vivienda, tanto en su modalidad individual como colectiva, oficinas, y edificios de usos comerciales y recreativos.
El proyecto urbanístico se denomina «Fisherton AER» y está a cargo del desarrollador Juan Félix Rosetti, uno de los impulsores del barrio cerrado Kentucky y quien llevó adelante la secuencia de los tres barrios que componen Funes Hills (Cadaques, San Marino y Miraflores).
La normativa vigente establece que en esa zona puede construirse hasta una altura de 18 metros (planta baja y cinco niveles), pero en el caso de que la napa subterránea imposibilite la construcción de los subsuelos de cocheras enterrados en su totalidad, se aceptará un incremento en la altura máxima admitida de 19,50 metros.
En los objetivos del documento, se establece que habrá un sector para viviendas individuales, y otro en los frentes de Newbery y A.J. Paz donde se generarán residencias colectivas del tipo condominios, con locales en planta baja y amenidades de uso común. Además, propone resolver el borde adyacente al aeropuerto mediante la conformación de un área de espacios verdes que genere un paseo recreativo forestado y con equipamiento urbano de alto valor paisajístico.
>>Leer más: Gol suma dos nuevos destinos desde el aeropuerto de Rosario: a dónde se puede viajar
Desarrollos inmobiliarios
"Es un desarrollo para nosotros estratégico, porque es en el borde noroeste de la ciudad, una zona potenciada ahora con la obra que culmina en Newbery, en el entorno del aeropuerto. Tiene usos mixtos, con lo cual nosotros prevemos que genere actividad, ya que no solo es vivienda. El desarrollador tiene previsto espacios de oficinas, que puede ser un lugar con actividad todo el día, toda la semana, con mucho movimiento", explicó el secretario de Gobierno del municipio, Sebastián Chale.
El 5 de mayo, la circulación en ambos sentidos de la avenida Jorge Newbery tendrá una habilitación parcial en el marco de la licitación para ampliar y jerarquizar este tramo vial, y así darle mayor conectividad a la terminal aérea local con Circunvalación. La obra, que está ejecutada en un 38 por ciento, había comenzado a la altura del aeropuerto y siguen a buen ritmo hacia la zona del autódromo.
Los trabajos arrancaron el año pasado y tienen fecha de finalización para julio del 2026. Ese día ya quedará habilitado el tráfico desde el puente, y no habría desvíos: solo la reducción de la mano norte y en la zona del puente a la altura de García del Cossio.
>>Leer más: Boom en Roldán: desde 2010, la ciudad triplicó su población
Usos mixtos
Lo que el Ejecutivo ve con buenos ojos es que el proyecto inmobiliario incorpora también alguna posibilidad de locales comerciales. "No va a ser un shopping, ni mucho menos, pero está planteado con esa idea. Y obviamente, como tienen todos los desarrollos de este tipo, las compensaciones también generan un equilibrio y la posibilidad de hacer obra pública empujada por la inversión privada, de un inversor que fue uno de los desarrolladores más importantes de Funes en su inicio", explicó Chale.
"La puesta en valor y generación de nuevos nodos urbanos y la promoción de nuevos equipamientos son los pilares para el desarrollo de un sector con características estratégicas como lo es el del Aeropuerto Internacional de Rosario. En este sentido, el proyecto urbanístico Fisherton AER se presenta como un importante factor de transformación del área, asumiendo un rol activo y vitalizador como referente cualificador y motor inductor de otras intervenciones", dice la memoria descriptiva del proyecto.
De ese modo, define que el desarrollo "se basa en una propuesta de usos de usos mixtos, residencial y de servicios, con la premisa de introducir y resolver adecuadamente la inserción de la modalidad residencial colectiva en un área de escala barrial con tejido individual, que a la vez es frentista a un sector de la ciudad de escala metropolitana, como lo es el área del aeropuerto".
>>Leer más: "El desarrollo de Funes fue exponencial y acompañado por algunos factores importantes"
Compensaciones
Entre las compensaciones, el desarrollador tiene que donar una serie de calles (8) para el dominio publico municipal, y el 15 % del terreno para espacio público: plazas, parque, centros de salud, pavimento, entre otros. Puede donar un terreno o el equivalente en dinero, que se calcula en 3.600 millones de pesos. Además, debe hacerse cargo de construir los desagües cloacales, pluviales, el abastecimiento de agua potable y energía eléctrica, el alumbrado público y los pavimentos.
Por ejemplo, la empresa Obring, como compensación de ese 15% en un desarrollo también en el noroeste de la ciudad, en lugar de donar un terreno que equivalga a esa fracción, construyó el centro de salud de Vía Onda, bautizado con el nombre «Hermes Binner». Esto significa que el sistema tiene varias modalidades, pero siempre se trata de un aporte que hace un desarrollador en beneficio del uso público.
La elección depende del perfil del desarrollador. En el caso de una constructora, incluso le resulta más conveniente y directo devolverlo en forma de obra. En este caso se verá, y quedará después sujeto a efectivizarse en un acuerdo nuevo entre el Ejecutivo y el privado. Pero ya de antemano, el inversor acepta esa condición. Por lo pronto, la iniciativa sigue en debate en la comisión de Planeamiento del Concejo.