En algunas calles de Rosario, sobre todo en pasajes y cortadas, se pueden observar hileras de autos con sus limpiaparabrisas levantados. La escena no pasa desapercibida por quienes pasan por allí y hay distintas teorías que intentan explicar por qué los cuidacoches llevan adelante esta práctica considerada por muchos rosarinos como "otro abuso" por parte de los trapitos.
En la cortada Ricardone, en pleno centro rosarino, el paisaje llama la atención. Los autos estacionados a 45 grados tienen los limpiaparabrisas en forma vertical. Exceptuando dos o tres, la mayoría se encuentran así, sin razón aparente. La misma postal se encuentra en el pasaje Poeta Fabricio Simeoni, en calle Mitre y Tucumán.
Lo cierto es que este hecho no pasa desapercibido por los rosarinos y circulan muchas teorías al respecto. En algunos lugares de Europa, el limpiaparabrisas levantado es una forma de hacer saber que el vehículo se encuentra mal estacionado.
Esta señal, sin embargo, no se traduce de la misma manera en Rosario. Lo más escuchado es que los limpiaparabrisas se encuentran posicionados de esa forma para poner de manifiesto que el auto fue o será lavado.
En la Secretaría de Control aseguran que por lo general "hacen eso cuando el propietario del vehículo accedió a que lo laven: lo dejan así para saber que lo tienen que lavar o, si ya lo hicieron, lo dejan levantado para cobrarle al dueño cuando regrese".
"Por lo menos esa situación es la que nosotros hemos detectado muchas veces en la calle. En realidad, está prohibido el lavado en la vía pública. Así que cuando vemos este tipo de cosas hacemos secuestro de los baldes y un acta de infracción al cuidacoche", sostiene el secretario del área municipal, Diego Herrera, en diálogo con La Capital.
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La actividad no está regulada y suma polémica.
Sin embargo, son muchos los que consideran que allí hay un código: quienes suelen estacionar diariamente en esas calles pueden llegar a tener un arreglo con los cuidacoches. El limpiaparabrisas alto sería una señal de a quién cobrarle y a quién no ya sea porque es habitué de la zona o porque ya pagó.
Lo cierto es que hay vehículos en las calles céntricas que suelen estacionar diariamente en los mismos lugares por cuestiones laborales y, por lo tanto, no sorprendería un "convenio" particular entre quienes prefieren pactar con los cuidacoches, si se tiene en cuenta, por ejemplo, el valor de un estacionamiento por ocho horas.
Las teorías y suposiciones no terminan ahí. Circula la idea de que este accionar esconde razones más oscuras. No son pocos los que creen que si hay un solo auto con el limpiaparabrisas arriba es porque el vehículo "está marcado" y es el objetivo de un posible robo.
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Las opiniones de quienes pasan y ven el espectáculo de los limpiaparabrisas se complementan con la declaración de un cuidacoche del centro de la ciudad, quien aseguró a este medio que no es un acuerdo con los dueños de los autos, sino con los inspectores encargados del estacionamiento medido.
De esta manera, las hileras de limpiaparabrisas levantados buscan marcar zonas "liberadas": al ser "territorio" de determinados cuidacoches, el personal no se acerca a revisar a los autos allí estacionados. "Sabe que estoy yo acá, me conoce, entonces no pasa", afirma.
Entre los ciudadanos hay criterios divididos. La mayoría ve esta práctica con cierta indiferencia. Otros, sin embargo, la encuentran como algo escandaloso. "Es un abuso, ¿por qué tienen que andar tocando mi auto?", dicen algunos.
Los cuidacoches permanecen en el ojo de la tormenta y despiertan una fuerte indignación en algunos que no dudan volcar sus opiniones enardecidas en las redes sociales. El debate sobre si prohibir su trabajo o regularlo de alguna manera sigue vigente en Rosario.