Un cruce de ruta peligroso, por el que transitan cientos de escolares, y un profesor y un grupo de alumnos que pusieron cabeza para resolver el problema. Ese es el espíritu del proyecto "Semáforo Inteligente" surgido en la escuela Técnica Nº 464 (ex Técnica 2) y que representará a la provincia en la Feria Nacional de Ciencias, en Buenos Aires.
Pero eso no es todo, la fabricación del aparato será más económico que el precio de mercado y los alumnos protagonizan la resolución de un problema. Apenas una muestra de lo que a diario pasa en las escuelas.
Por estos días, en los talleres de la escuela de Tucumán y Pueyrredón se hacen cálculos, se mide, se pesa y se pone a punto la programación del prototipo del semáforo para peatones que se proyecta instalar en la comuna de Alvarez, para el inicio del próximo ciclo lectivo.
La localidad, de unos 6 mil habitantes, está a media hora en auto de Rosario, si se transita por la ruta provincial 14. De lunes a viernes, Gustavo Mora hace todas las tardes ese camino para cursar el cuarto año de la secundaria con especialidad en electrónica. La Técnica Nº 464 es una de las pocas que ofrece la posibilidad de cursar la escuela media en turno vespertino, una alternativa para los estudiantes que trabajan y quieren completar su educación.
Una idea para la escuela técnica
Justamente, fue Gustavo quien llevó la preocupación de los alvarenses a los laboratorios de la escuela rosarina. Como en muchas comunas de la provincia, Álvarez está partida en dos por la ruta, que en el radio urbano se llama avenida Belgrano. En la esquina con Necochea, además, está la escuela Santa Justina, por lo que los chicos tienen que cruzar a diario en medio de un mar de autos que circulan a alta velocidad.
Gustavo los veía todos los días, cuando esperaba el colectivo: un enjambre de autos, motos y bicicletas y un uniformado de la Guardia Urbana Municipal intentando ordenar el tránsito, muchas veces exponiéndose a un accidente.
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"Acá hay que poner un semáforo inteligente, que permita a los chicos activar el rojo cuando van a cruzar", pensó Gustavo, mientras comentaba el tema con sus compañeros y docente de la materia Laboratorio de Ensayos y Mediciones" del cuarto año de la tecnicatura en electrónica. En marzo, cuando comience el ciclo escolar 2025, el semáforo diseñado y construido en la clase será el primero que se instale en la comuna.
Saber para resolver problemas
El proyecto de semáforo inteligente desarrollado en la Técnica 464 fue uno de los 800 que se presentaron a una convocatoria lanzada por el Ministerio de Educación de la provincia, a través de la Red de Comunidades de Aprendizaje. En total se seleccionaron 15 iniciativas que representarán a la provincia en distintas ferias nacionales. Además de la propuesta de Rosario, hay otras de Las Palmeras, Bernardino Rivadavia, Vera y Pintado, Reconquista, Humberto Primo, Rafaela, Cañada de Ucle, Chañar Ladeado, Colonia Dolores, San Vicente y Rosario.
En noviembre, el trabajo se presentará en la feria nacional de ciencia que se realizará en Buenos Aires. Para eso tuvieron que pasar distintas instancias regionales y provinciales de selección. El programa destaca el valor de la enseñanza y el aprendizaje articulados en proyectos situados e interdisciplinarios que puedan resolver problemas planteados en la comunidad.
Germán Díaz se recibió de ingeniero electrónico, pero encontró en la docencia su verdadera vocación. Lo intuyó ya de estudiante cuando ayudaba a sus compañeros de cursos, lo puso en práctica cuando empezó a dar clases particulares para pagar la carrera en la universidad y lo confirmó cuando estudió el profesorado y empezó a trabajar en escuelas, hace más de 20 años.
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"Es un desafío enorme ser docente, porque de una manera o otra afectamos a diario los caminos de nuestros alumnos", dice y se entusiasma contando el afecto que recibe cuando se encuentra con sus ex alumnos en la calle. Trabaja en varias escuelas y en distintos turnos, pero destaca la calidad humana de sus alumnos de la vespertina.
No es la primera vez que el curso desarrolla este tipo de proyectos, amparados por la dirección de la institución, el año pasado tomaron el tema de la accesibilidad de personas con discapacidad visual y diseñaron un vaso que tiene un sensor que suena cuando el recipiente se está llenando para evitar que el líquido se derrame.
Este tipo de proyectos, dice, enriquecen la experiencia de los estudiantes. "El semáforo que estamos construyendo ya estaba inventado, lo interesante es que los chicos pasan de una actitud comprometida, participativa, donde ellos toman la responsabilidad de proyectar, diseñar, calcular, replantear. Y dejamos de vivir tanto con las cosas compradas ya hechas, empezar un poco a ser protagonistas a construir las propias soluciones", dice.
En ambos casos, "los alumnos tuvieron que plantear un problema, encontrar una respuesta y llevarla a cabo para favorecer la vida de otras personas", enumera y agrega que "a nivel técnico uno puede aprender a hacer muchas cosas. Fabricar pólvora, por ejemplo, sirve para hacer caminos o bombas, por eso es importante que la escuela no sólo dé los conocimientos sino también pistas sobre qué hacer con ellos y destacar los valores de la comunidad, la solidaridad y la empatía".
El primer semáforo
El prototipo que se desarrolla en los talleres de la Técnica 464 es el de un semáforo inteligente manejado por un módulo denominado Arduino que los estudiantes están programando. La máquina cuenta también con un pulsador para que los peatones puedan accionarlo. La comuna de Álvarez ya garantizó los fondos para la fabricación que, si bien no tiene un presupuesto cerrado, será más económica que que la del mercado donde, tienen un costo de entre 2 mil y 5 mil dólares, según publican en la web sitios especializados.
"Álvarez no tiene semáforos, el nuestro será el primero", destaca Gustavo mientras cuenta los pormenores del proyecto. "Es un orgullo que podamos desarrollarlo en la escuela", concluye. Su compañero, César Galeano, también habla de orgullo, sin arrogancias. Dice que su familia reconoce con afecto el esfuerzo que le significa trabajar y cursar la secundaria al mismo tiempo.
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"Ya estamos en cuarto año, nos quedan dos para recibirnos. Estoy trabajando en un taller mecánico de inyección electrónica, trabajo mañana y tarde, y curso la escuela en el turno noche. Pero más que el título voy por los conocimientos porque me lo demanda el trabajo, en un futuro todos los vehículos serán eléctricos y electrónicos y hay que incursionar en esto temas", cuenta y destaca la predisposición de los profesores y el enriquecimiento que supone el paso por la escuela. "Cuando uno es más joven no se da cuenta, pero hay que aprovechar cada momento que uno está ahí para aprender. Disfrutar de cada momento, porque pasan cosas muy interesantes".