El último reporte en materia de dengue en Santa Fe muestra una foto diametralmente distinta al año anterior. En lo que va de la actual temporada hubo 43 casos (39 autóctonos y 4 con antecedentes de viaje). Un brusco descenso en comparación a la temporada pasada, donde los casos fueron 30 veces superiores a los datos del último boletín epidemiológico y donde la reducción de los casos autóctonos fue del 97 por ciento.
“Los datos comparativos son alentadores, pero no resultan oportunas las estimaciones. Ahora estamos en una fase de alerta temprana, con casos en los distritos norte, oeste y noroeste y es previsible que vayamos hacia un brote, cuando en general el pico se da en los meses de marzo y abril”, advirtió la directora provincial de prevención de la salud santafesina Analía Chumpitaz.
Datos para comparar
Para medir en un comparativo entre la actualidad y la temporada pasada hay que recordar que los casos explotaron a nivel continental y en el país.
En Santa Fe, la temporada anterior (desde los primeros días de agosto de 2023 a comienzos de febrero de 2024) se registraron 1.741 casos, de los cuales 1.275 habían sido autóctonos.
Para el mismo período de la temporada actual la provincia contabilizó solo 43 casos; de los cuales 39 fueron autóctonos.
Es decir los contagios producidos sin antecedentes de viaje disminuyeron un 97 por ciento entre temporadas. Y como dato adicional, durante esta última etapa no se registraron casos confirmados de Chikungunya en todo el territorio provincial.
“Los números del boletín claramente son mucho menores, incluso para la misma semana epidemiológica en la actualidad son 33 veces menos que la anterior. Pero en dengue hablar de proyección no es lo más adecuado porque se puede disparar en cualquier momento”, mencionó Chumpitaz para advertir que se encendieron alertas tempranas (estadio de aumento de casos, previo a un brote) en los distritos noroeste, oeste y norte de Rosario.
“La gran diferencia es que en la actualidad, a través de la creación del programa Objetivo Dengue, estamos mucho más preparados, capacitados y con la provisión de insumos suficientes para hacerle frente”, subrayó.
En relación con la distribución de los serotipos de dengue, se observa en la actualidad una mayor prevalencia de DEN-1, en un 63 por ciento sobre el total de los casos confirmados “autóctonos” e “importados”.
Casos a nivel nacional
A lo largo del año, y de acuerdo a la Dirección de Epidemiología de Argentina, a nivel nacional se confirmaron 404 casos (384 sin antecedente de viaje). En las primeras semanas de enero se registraron la mayor cantidad de casos confirmados por semana.
Con la guardia en alto
Chumpitaz explicó las razones por las cuales hay que seguir con la guardia en alto frente a la llegada “inesperada” de un brote, pese a que hasta el momento los números estadísticos y comparativos resultan alentadores.
“Hay una multiplicidad de factores, modos de vida, factores climáticos, culturales en cómo la gente reserva y acumula agua ante una sequía, pero Santa Fe no es endémica. No hay mosquito todo el año, y durante 4 meses no tuvimos el vector (Aedes Aegypti). Puede desatarse por acumulación, por enfermedad del viajero pero notamos más conciencia ciudadana porque el año pasado llegamos a 61 mil casos en Santa Fe y es obvio que luego de un pico así, haya más cuidados y se revisen los patios y se haga descacharrado”, enumeró.
Además, Objetivo Dengue cuenta con un presupuesto de 8 mil millones de pesos que se aportaron en cada localidad y en 160 comunas se hicieron planes locales de trabajo para enfrentarlo, se planificaron estrategias y se distribuyeron insumos de prevención. Fondos que además se aportaron para prepararse durante el invierno. Se compraron termonieblas (máquinas) para la fumigación, 44 mil litros de insecticidas, larvicidas y se quintuplicó la producción de repelente desde el Estado.
En la actualidad la provincia de Formosa está comprometida con varios casos, pero no así Chaco que tiene mucha migración de la población santafesina. “Esto no significa que no tengamos un brote particularmente en Rosario donde existe una población de un millón de habitantes”, apuntó Chumpitaz. Hasta el momento, los estudios de laboratorio sobre pacientes con dengue indican que circulan los serotipos 1 y 2, pero en el resto del continente comenzó una fuerte circulación del serotipo 3. Un facto que debe encender alertas en aquellos que puedan recontagiarse y desarrollar la enfermedad con mayores complicaciones.
El estado de vigilancia se profundizará de cara al otoño donde aumenta la reproducción del Aedes Aegypti, y previo a ello se dan condiciones climáticas para el crecimiento de las larvas con una temperatura entre 24 a 30 grados. “Estas olas de calor extremo no son ideales en sus ciclos reproductivos”, reveló Chumpitaz para repasar que los grupos vulnerables son embarazadas y ancianos. “Vómitos, fiebre, obnubilación, diarrea son pautas para ir a una guardia”, insistió la infectóloga.
Por el momento nos acercamos a la semana 6 del 2025, cuando la comparativa de la temporada pasada se reportaron 2.600 casos. “Son fases, estamos yendo a un escenario de brote pero la situación en relación al 2023 y 2024 tiene mucho más que ver con la preparación, la conciencia en la población y la provisión de insumos. Es totalmente distinta”, puntualizó la referente del programa Objetivo Dengue.