La Municipalidad también secuestró el auto de un conductor particular tras un examen positivo en Pellegrini y Oroño
Foto: Policía de Santa Fe.
Un patrullaje policial concluyó este miércoles con un taxista fuera de servicio por un control de alcoholemia. Según la versión preliminar, el conductor se quedó dormido a la madrugada en la calle y el procedimiento de rutina no terminó como planeaban las autoridades.
El operativo de la Municipalidad se activó cerca de las 2 de la mañana, cuando las fuerzas de seguridad provinciales encontraron un Chevrolet Corsa mal estacionado en San Luis y Dorrego. Los uniformados constataron que el coche bloqueaba el tránsito e intentaron liberar la circulación, pero el chofer no respondía.
Cuando los efectivos fueron a entrevistar al taxista detenido a la altura de la parada de colectivos, notaron que tenía un fuerte olor a alcohol. Ante este indicio, el personal de la Brigada Motorizada llamó a los agentes de la Secretaría de Control y Convivencia para evaluar la situación.
El inspector que se presentó en la zona de San Luis al 1900 no pudo realizar el examen de rutina. La policía denunció que Marcelo M. se negó a hacer el test para verificar si estaba en condiciones de manejar en ese momento.
De acuerdo a la normativa vigente, la Municipalidad secuestró el taxi a la madrugada. El auto fue remitido al corralón y el acta de infracción quedó en manos del Tribunal de Faltas.
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Minutos más tarde, la policía reportó un test de alcoholemia positivo en avenida Pellegrini y bulevar Oroño. En este caso, las autoridades se llevaron un vehículo particular debido a la infracción del conductor.
La remisión fue el resultado de un procedimiento de la Brigada Motorizada para identifica a un automovilista de 60 años oriundo de Alvear. Según fuentes oficiales, Jorge S. tenía 1,78 gramos de alcohol por litro de sangre, de modo que no pudo continuar su viaje. Al igual que en el caso del chofer del Corsa, el Audi A6 Allroad fue a parar al corralón municipal pasadas las 3 de la mañana.
Por Tomás Barrandeguy