"Vivir en la calle es tan difícil en invierno como en verano", dice con sencillez Elena Medina, coordinadora del refugio para mujeres en situación de calle que funciona en la sede de Cáritas. En enero, las plazas disponibles en la casona de Balcarce al 1000 estuvieron siempre ocupadas, lo mismo que pasó con los dos dispositivos para varones, de Esmeralda al 3500 y de Felipe Moré al 900.
Por primera vez este verano, con días en los que el calor no dio tregua, el municipio decidió mantener el funcionamiento de los refugios para personas en situación de calle como parte de un programa integral de asistencia a esa población. En los 31 días del primer mes del año, el plan contabilizó unas 600 intervenciones y los albergues recibieron a unas 130 personas.
Cuando se piensa en los riesgos para la salud de las personas que vive en situación de calle, generalmente se los relaciona con el rigor del frío. Sin embargo, las temperaturas extremas de los meses de estío también son duras de llevar: la exposición constante al sol, la falta de acceso a agua potable o un lugar donde bañarse potencian la posibilidad de sufrir deshidratación o golpes de calor.
A fines de diciembre pasado, desde el municipio se lanzó el programa "Verano Solidario", del que participan la provincia y unas 30 organizaciones de la sociedad civil. Entre otras iniciativas, se decidió sostener los refugios abiertos, se armó una red de cien puntos de hidratación en toda la ciudad y se dispuso de un móvil sanitario que brinda atención médica, testeos de VIH y vacunación, entre otras prestaciones.
Enero con más de 600 abordajes
Al término del primer mes de 2025, se concretaron más de 600 abordajes a personas en situación de calle, entre los que se incluye la entrega de viandas de alimentos, hidratación, traslados para aseo o atención médica. En tanto, los albergues estuvieron completos durante todas las jornadas, recibiendo a más de 130 varones, mujeres, niñas y niños, de acuerdo a datos de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat del municipio.
"Este año, notamos que durante el verano no se replegó la demanda, sino que sigue habiendo una demanda tan alta como la del invierno", advirtió el titular de la secretaría municipal, Nicolás Gianelloni.
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Restar tiempo a la calle
El lunes pasado, a las 14.30, la temperatura en Rosario llegó a 39.4 grados, ubicándose muy cerca ser el día más caluroso de la historia de la ciudad al acercarse al 17 de febrero de 2023, cuando se produjo un pico inédito de 39,5 grados. Fue el punto máximo de una seguidilla de días bochornosos que, pese al alivio que trajo la lluvia de este martes, no promete aflojar: según los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional, entre el jueves y el lunes próximos, el termómetro no bajará de los 30 grados.
Ese día, como tantos otros, las 14 plazas del refugio de Cáritas estuvieron completas. El lugar comenzó a funcionar en 2021, después de la pandemia, y es el único que recibe a mujeres mayores de 18 años, muchas veces acompañadas de sus hijos. "Abordar la problemática de personas en situación de calle es un tema cada vez más complejo, está cruzado por temas de consumo, de violencia de género, de salud mental y de falta de vínculos", señala Medina, al frente de un equipo (de trabajadora social y operadoras de calle) que en todo el año pasado recibió a 140 mujeres y 40 niñas y niños.
Cada historia, cada caso, dice Medina, es un mundo y demanda intervenciones particulares. En general, "buscamos que el albergue no se sólo un lugar para pernoctar, que funcione de 18 a 8, y que ofrezca cena y desayuno; sino que trabajamos integralmente para que las mujeres estén en la calle el menor tiempo posible, ofrecerles la posibilidad de hacer talleres para fortalecerlas subjetivamente o articular con centros de salud para que tengan sus chequeos médicos. No es sólo un lugar para venir a pasar la noche", describe.
situacion de calle indigente
En 2017, el relevamiento arrojó casi 400 personas en situación de calle solo en el centro de Rosario.
Celina Mutti Lovera/La Capital
Refugios y demanda sostenida
Durante año pasado, el municipio notó un incremento de personas en situación de calle durante el verano, a partir del crecimiento de las llamadas de vecinos que avisaban de esa situación, lo que obligó a reforzar los operativos de asistencia
Entre diciembre y febrero de ese año, los pedidos de ayuda habían crecido un 15 por ciento. También se notó un cambio en el perfil de las personas en situación de calle, gente más joven, mujeres y varones, a veces con niños, con cuadros muchas veces asociados a problemáticas de salud mental y de consumo.
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Este año, señala Gianelloni, la demanda se sostuvo elevada. "Notamos que sigue habiendo una demanda tan alta como la del invierno. Obviamente, por eso decidimos armar este programa de verano solidario porque veíamos que la situación del verano iba a mantenerse con mucha demanda", asegura.
Esa realidad, asegura, no difiere de lo que puede apreciarse a simple vista caminando por Rosario. "Es algo que se ve en parte de las calles de la ciudad, donde no pasa inadvertida la cantidad de gente que hoy está en calle", dice y asegura que desde que se lanzó el programa Verano Solidario "tenemos los refugios completos en su capacidad, con mucha gente que nos pide espacios todas las noches".
Ante la detección de una persona en situación de calle que necesita ayuda, se puede llamar a la línea telefónica 147, también al servicio MuniBot (+54 9 3415 44-0147).