En Santa Fe, nueve de cada diez maestros siguen estudiando después de recibirse. Si bien la mayoría cuenta únicamente con el título de profesor _es decir, son pocos los que tienen diplomaturas, maestrías o doctorados_ el 93% realizó capacitaciones de perfeccionamiento en los últimos dos años. Entre las problemáticas más elegidas aparecen educación inclusiva y discapacidad, junto con uso pedagógico de las nuevas tecnologías.
Los datos surgen del último informe de Argentinos por la Educación, una ONG que tiene como propósito mejorar el sistema educativo en el país. El trabajo lleva como título “Formación continua de los maestros de grado” y toma como base los resultados de las Pruebas Aprender 2023, que completaron todos los sextos grados de la primaria.
La evaluación incluía un cuestionario a los docentes del nivel primario que, entre otros puntos, indagaba sobre la formación académica y continua de los docentes de grado de Argentina. En base a eso, el documento se centra en tres puntos: la formación académica luego de su título de profesorado, las temáticas en las que se capacitaron los docentes en los últimos dos años junto con las motivaciones para realizarlas y, finalmente, las temáticas o disciplinas en las que a los docentes les gustaría recibir formación para su desempeño profesional.
La formación continua de los docentes está reconocida como un derecho y una obligación en la Ley de Educación Nacional. Pero, sobre todo, aparece como una herramienta clave para fortalecer la calidad educativa y responder a los desafíos del sistema educativo actual.
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Lo que dicen las Pruebas Aprender
En el país, el 92,6% de los maestros de grado cuenta con un profesorado como su formación inicial. El 58% posee exclusivamente el título de profesor, es decir que no realizó formaciones adicionales en institutos de formación docente o en universidades.
No obstante, los cuestionarios completados por los docentes muestran que la participación en capacitaciones de perfeccionamiento docente es alta, con leves diferencias en los contextos de cada provincia. En todo el país, apenas el 3 % de los maestros indicaron que no realizaron ninguna actividad de formación en los últimos dos años.
En Santa Fe, este porcentaje es algo mayor: el 7 % reconoce que no asistió a cursos o talleres. Es uno de los porcentajes más elevados en el conjunto de las provincias de la región centro. En la provincia de Buenos Aires, el 4% de los maestros no participó de ninguna capacitación, en la ciudad de Buenos Aires fueron el 5 % y en las provincias de Córdoba y Entre Ríos, los docentes que no se sumaron a instancias de formación representaron el 4% y el 1 %, respectivamente.
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Los docentes participaron en capacitaciones para usar "Expedición Humedales" en el aula.
También se evidencian importantes diferencias entre provincias en las motivaciones para realizar capacitaciones de perfeccionamiento docente. En la provincia, los maestros explicaron que la principal intención fue recibir actualización en didácticas contemporáneas (58 %), recibir formación en contenidos transversales novedosos (51%) o fortalecer el trabajo colectivo (44%) y el trabajo del grupo de clase (30%).
En cuanto a las temáticas de capacitaciones realizadas, los docentes con 5 años o menos de antigüedad priorizan: pedagogía general (71%), prácticas del lenguaje (62%) y problemáticas socioeducativas (58%). Los docentes con entre 6 y 20 años de antigüedad y con más de 20 años de antigüedad eligen en mayor proporción las mismas temáticas: pedagogía general (78% ambos), prácticas del lenguaje (69% ambos) y matemática (61% y 63% respectivamente).
Y en relación a las temáticas o disciplinas en las que a los docentes les gustaría recibir formación para mejorar su desempeño profesional, las más recurrentes en casi todas las provincias son "Educación inclusiva y discapacidad", "Enseñanza de temas transversales" (Derechos Humanos, ESI o ambiente, entre las más frecuentes) y "Uso pedagógico de las TICs".
En cuanto a las prácticas menos mencionadas en las que muestran interés los docentes de grado en las áreas evaluadas en Aprender, en los tres grupos de antigüedad destacan "Educación Física", "Educación Artística" y "Educación Intercultural Bilingüe".
En Santa Fe, las prioridades fueron: educación inclusiva (64%), temas transversales (61%) y en tercer lugar se ubicó la enseñanza de lectura, escritura y alfabetización inicial (59%).
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Auditar la capacitación, un desafío
El informe fue elaborado por por Emmanuel Lista, licenciado en Ciencias de la Educación (Universidad de San Andrés) y experto en formación docente, y Eugenia Orlicki y Leyre Sáenz Guillén, del observatorio de Argentinos por la Educación.
Lista destacó que "es muy alto el porcentaje de participación, casi la totalidad, de los maestros en la oferta de capacitaciones". A diferencia de las propuestas relacionadas con posgrados o postítulos, dijo, "hay una mayor elección de cursos de duración más corta y enfocados en temas puntuales que procesos de formación más sostenidos en el tiempo".
Aún así, destacó, los índices de formación de posgrados entre los docentes son más altos que en otras profesiones. "El informe da cuenta de que hay voluntad de los docentes por formarse, esto sucede aún entre los de mayor antigüedad", una realidad que refuta la demanda social que existe sobre la profesión. "Pedimos a los docentes que se capaciten, pero no hacemos eso con otros profesionales, o al menos no con el rigor con que se exige a la docencia", consideró Lista.
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Aula de la Universidad Austral de Rosario.
El desafío de las políticas educativas, dijo, pasa por poder medir la calidad de las ofertas formativas. "Los posgrados son dictados por instituciones reconocidas oficialmente, sean institutos superiores o universidades, hay una normativa general que regula los posgrados y mecanismos de supervisión respecto a la calidad. Pero, en el caso de los cursos, pueden tener múltiples oferentes (como fundaciones, gremios o institutos) y los ministerios de Educación de las provincias lo que hacen es evaluar el plan de estudios y determinar si otorga o no puntajes. No hay un mecanismo de supervisión de la calidad de esas propuestas", apuntó.
Después de egresar de los profesorados, la carrera de un docente puede extenderse unos 30 años. Por eso, y por el acelerado cambio que vive la sociedad, la formación docente continua es importante no sólo en términos de actualización, sino en relación a otras realidades. Por ejemplo, las oportunidades laborales de ingreso y promoción en la carrera docente.
Por otro lado, una política de formación continua permite acompañar a los docentes desde sus primeros pasos en las escuelas así como en procesos de mejora, especialización o reorientación de sus funciones. Finalmente, si bien no es una realidad específica de la formación continua, también cumple un rol en atender déficits y vacancias que pueda haber en la formación docente inicial, hasta tanto se mejoren las ofertas que otorgan títulos docentes.
El pasado 11 de diciembre, en coincidencia con el Día del Maestro, Argentinos por la Educación presentó un compromiso de diez puntos destinado a lograr una educación de calidad en Argentina. El “Acuerdo por la Educación” fue elaborado con la colaboración de más de 200 referentes educativos y aborda aspectos claves del sistema educativo. Uno de esos puntos remarca la necesidad de potenciar la formación, la carrera y el salario de los docentes, reconociendo su papel central en la mejora de los aprendizajes y la reducción de desigualdades educativas.