No hay dónde correr ni dónde escaparse. El peligro, del que nada se conoce, se percibe. De poco sirven los ocho ojos que tiene uno de los tantos ejemplares de arañas saltarinas que habitan las islas porque todo el entorno se volvió gris. Está inmóvil y ni siquiera atina a usar una de sus principales virtudes, la de desplazarse rápidamente y con grandes saltos. Pero aparece una mano enorme, la de una fotógrafa que la carga en su brazo, donde se queda quieta, y la desplaza unos 300 metros fuera del desastre. Quien registró la escena cruzó junto a un grupo de ambientalistas de Granadero Baigorria a la Isla de los Mástiles para capturar lo que quedó tras el paso del incendio que avanzó sobre más de 400 hectáreas en menos de una semana.
La fauna isleña vio alterado por completo su hábitat la semana pasada, cuando se desarrolló un incendio que tuvo a más de 50 brigadistas trabajando durante varios días para sofocar el primero de los incendios importantes de la temporada.
La primera cifra que suele reportarse cuando se incendian las islas es la cantidad de hectáreas que consume el fuego. En este caso, fueron unas 414 hectáreas entre el 2 y el 4 de enero, según estimaciones del Centro de Estudios Territoriales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR en base a análisis satelitales. Pero hay un dato que es casi imposible de magnificar: la pérdida de fauna.
Panorama desolador
Tras el paso de las llamas, la organización Ambientalistas de Baigorria cruzó al territorio para hacer una recorrida como las que hacen mensualmente con quienes quieran conocer una de las islas del Delta del Paraná que pertenece a Santa Fe. Aunque no fue un viaje cotidiano porque el cruce, en esta oportunidad, fue para ver de primera mano lo que el fuego dejó.
La secuencia de la fotógrafa Julieta Ameglio con la araña saltarina todavía emociona a Evelyn, docente e integrante de la organización Ambientalistas de Baigorria, que en diálogo con La Capital habla de un panorama “totalmente desolador”.
image - 2025-01-07T135026.417.png
Ejemplar de culebra tras el incendio en la Isla de los Mástiles.
Foto: gentileza Julieta Ameglio
Es una de las mujeres que más conoce la Isla de los Mástiles y que colaboró, como parte de la organización y en conjunto con la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y las municipalidades de Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez (comparten la administración del área), para confeccionar un plan de manejo del territorio que ya posee estatus de área natural para el primer municipio. El proyecto fue presentado al Concejo Municipal de Granadero Baigorria en diciembre y continúa en análisis.
Escena gris
Julieta hace kayak y, mientras navega, fotografía la naturaleza. Una vez por semana recorre las islas y registra imágenes y videos de la flora y la fauna. No es la primera vez que captura con su cámara la degradación del ecosistema en la Isla de los Mástiles: en 2020, durante el último gran incendio, también hizo fotos tras el paso de las llamas.
>> Leer más: El paso de los incendios por la Isla de los Mástiles, en imágenes
"La sensación es de tristeza e impotencia porque una está acostumbrada a ver todo en su máximo esplendor, siempre verde, con su flora y su fauna interactuando. Y de repente te encontrás con una escena gris, con el olor que se suma, y con especies que habitan el humedal calcinadas. Es un escenario bastante desolador", contó la fotógrafa a La Capital.
image - 2025-01-07T135114.509.png
Ranas calcinadas, una postal que quedó en la Isla de los Mástiles.
Foto: gentileza Julieta Ameglio
Con ese contraste presente, piensa en "el tiempo que le lleva recuperarse a la naturaleza" y por eso remarca: "Así como disfrutamos de los paisajes de las islas, del río Paraná y del humedal sano, es importante y una responsabilidad de todos hacer énfasis en el cuidado y la protección de ese humedal que tenemos frente a la ciudad".
A eso, Evelyn suma: “Si alguien ve un foco o, como nos ha pasado que nos encontramos durante una recorrida con cazadores, hay que dar aviso al 911. Todos somos cuidadores de la reserva”.
image - 2025-01-07T135059.759.png
Los insectos también sufrieron las consecuencias del fuego. En este caso, una oruga.
Foto: gentileza Julieta Ameglio
Ellas hicieron dos cruces la semana pasada, uno durante el viernes en el que los focos todavía estaban activos, para hacer un reconocimiento del terreno. La recorrida fue incompleta porque, asegura Evelyn, “el panorama era terrible, con muchos troncos que todavía estaban humeantes”.
Con la situación controlada, volvieron a la isla y registraron las imágenes que dan cuenta de los estragos que causa el fuego sobre la fauna de los humedales.
Conocer y cuidar la reserva
Ambientalistas de Baigorria tiene como objetivo que se conozca la reserva y que todos puedan cuidarla, contó la docente.
Hacen un recorrido por mes sobre el que se puede consultar en el perfil de la organización en Instagram (@ambientalistasdebaigorria) “con la idea de que se conozca la flora y la fauna de la isla, y que todas las personas que caminen la reserva sepan que son cuidadores de ella”.
image - 2025-01-07T135044.704.png
Un roedor que no pudo escapar de las llamas.
Foto: gentileza Julieta Ameglio
Según registros de la plataforma ArgentiNat, que contiene observaciones de plantas y animales por parte de naturalistas de todo el país, en la Isla de los Mástiles se avistaron 128 especies diferentes de aves, entre las que se encuentran, por citar algunos ejemplos, cardenales, caranchos, cigüeñas, garzas, biguás, zorzales y carpinteros reales. El área es usada por muchas de ellas para descansar y continuar vuelo.
Además, se pueden encontrar yacarés, víboras yarará, tortugas, culebras, lagartos overos y varias especies de ranas.
Manejo del fuego
Las posibilidades de que un simple fuego pueda desatar un incendio en zonas naturales no suele ser motivo de preocupación para los visitantes. Es importante remarcar que particularmente la Isla de los Mástiles tiene zonas específicas para hacer asados.
“Nadie tiene manejo del fuego y en la reserva está prohibido hacerlo fuera de los paradores, que están habilitados porque hay un cuidado y hay una distancia considerable entre el lugar donde se puede y donde no para que no se prenda fuego”, explicó Evelyn, para sumar: “Si no lo hacemos en un parque nacional, ¿por qué lo hacemos acá, en la reserva natural?”.
>> Leer más: Incendios en las islas: investigadores advierten por una "segunda pandemia de fuego"
A su vez, resaltó que cualquier persona que vea un fuego en cualquier parte de la isla debe llamar al 911 y localizar el lugar en Google Maps para tener una referencia clara y poder aportar el dato. “Todos cuidamos las islas y con llamar al 911, se activa el protocolo”, explicó.