La humedad que abraza a Rosario desde hace varios días es uno de los componentes que genera las lluvias y tormentas que contribuyeron a que febrero cierre con más de 200 milímetros (mm) de precipitaciones acumuladas, algo que no ocurría desde hace varios años, y que marzo arranque en la misma sintonía.
Históricamente, febrero es uno de los meses más lluviosos en Rosario y hasta popularmente se lo conoce como un período que suele estar "pasado por agua", pero los datos históricos marcan a otro mes como el líder en el ránking de lluvias, teniendo en cuenta los valores medios de las últimas seis décadas.
Este año, Rosario y la región terminaron febrero completamente pasados por agua. Los cuatro veranos seguidos con sequías, desde 2020 a 2023, quedaron lejos en la memoria luego de que cayeran sobre la ciudad 234 mm en apenas 28 días. Hay una percepción popular que indica que febrero es el mes más lluvioso en Rosario. Sin embargo, los datos históricos marcan otra cosa, aunque la tendencia se revirtió momentáneamente para dar lugar a otros fenómenos recientes.
Febrero con lluvias
La observadora meteorológica Vanessa Balchunas indicó a La Capital que febrero concluyó con 234 mm de lluvias acumuladas en Rosario. El evento más intenso fue el 5 de febrero, cuando cayeron 120 mm en pocas horas. A eso hay que sumar las temperaturas, que fueron muy elevadas e igualaron el récord de cifras máximas para febrero en la ciudad. Se registraron 39,5º el martes 11, casualmente el mismo registro que estableció la marca máxima el 11 de febrero del 2023 y que se repitió un día después.
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Las lluvias del 5 de febrero dejaron calles anegadas y árboles caídos en buena parte de Rosario.
Foto: Marcelo Bustamante / La Capital
"Tuvimos un febrero caluroso y húmedo", consideró la especialista, para explicar que este año hubo vientos con más humedad en enero y que en marzo se va a prolongar la estación estival, a pesar de que está cerca la llegada del otoño: "Tenemos patrones que indican que las temperaturas elevadas continuarían hasta tanto las primeras masas de aire del sur no sean más duraderas. Llegarán en tiempo y forma, pero en principio siguen siendo bastante efímeras y cortas".
Febrero y marzo, parecidos
"Febrero y marzo tienen una relación muy vinculante respecto a temperaturas y lluvias porque ambos meses reciben bastante humedad residual de lo que son las lluvias esporádicas y el calor de enero", explicó Balchunas.
Con datos aportados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), La Capital elaboró una progresión con los valores medios de precipitaciones desde la década de 1960 hacia la actualidad. Durante febrero hay grandes aportes de lluvias, pero el mes más gravitante, históricamente, es marzo con la única excepción de la década pasada.
Consultada al respecto, la especialista dijo: "Normalmente, febrero es un mes que se anticipa al período lluvioso de marzo y mediados de abril. Cuando esta condición se presenta, se intensifica la tendencia a la lluvia intercalada con períodos de aumento de humedad y de ingreso de viento norte".
"Si bien los patrones pueden variar en algunas semanas, la realidad es que, en años muy secos o con una Niña muy acentuada, hemos tenido escasez de precipitaciones tanto en enero como en febrero, que han reaparecido a finales de marzo. Y en años con una humedad excedente, las tuvimos como está ocurriendo ahora o como pasó en el verano 2006-2007 o en el 2015-2016", agregó.
"Tormentas de masa de aire"
Los fenómenos intensos son una postal que se repite con mayor recurrencia en los últimos años. En ese sentido Balchunas recordó "valores acumulados con tormentas muy importantes" en distintos febreros, como los de 2009 (256 mm), 2014 (247 mm) y 2016 (378,3 mm), y en marzo del año pasado (329,4 mm).
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En marzo del 2024, los vecinos de Nuevo Alberdi padecieron las intensas lluvias por el desborde del canal Ybarlucea, uno de los aportantes al arroyo Ludueña.
Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Y explicó que si bien en los períodos en los que la zona está bajo influencia de El Niño hay más propensión a tener este tipo de eventos, los momentos de "Niña debil o moderada", como en la actualidad, también pueden desencadenar lluvias intensas "porque permite el ingreso de vientos del norte, que humidifican la región y generan estas tormentas de masa de aire, que difieren de las tormentas por avances de frentes fríos".
"Estas tormentas de masa de aire son las que se generan por aumento de humedad, baja presión, calor y energía residual, que suceden a pesar de que no se esperaban en previsiones a largo plazo", completó.
Marzo con más lluvias
La observadora meteorológica indicó que la situación para el arranque de marzo será con una "humedad residual muy importante y con precipitaciones que se pueden dar en la primera quincena".
Esta situación se debe, explicó, a un diciembre que fue "frío a fresco, porque las temperaturas de las mañanas eran notoriamente inferiores a 17º", un enero sin lluvias y un febrero con mucha humedad y precipitaciones.
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"Se espera que marzo arranque con la misma probabilidad de precipitaciones intercaladas, con períodos húmedos, porque todavía la masa de aire no ha cambiado. Y también se prevé que, progresivamente, las tormentas de masa de aire sean reemplazadas por ingresos de frentes fríos que nos van a traer tormentas un poco más duraderas y previsibles, y no tan esporádicas o espontáneas como las de febrero", detalló.