Leandro Meiners no había cumplido todavía 50 años cuando fue electo gobernador de la provincia de Santa Fe en febrero en 1946. Su triunfo fue aplastante: ganó con el 55,91% de los votos. Pocos días antes de asumir su cargo, escribió una carta de despedida y decidió quitarse la vida.
El político y abogado santafesino formaba parte del Partido Laborista, el antecedente al Partido Justicialista. Se presentó en las elecciones celebradas el 24 de febrero de 1946 y la fórmula Meiners-Pardal dio un fuerte batacazo.
El 11 de mayo el Colegio Electoral confirmó el triunfo. Meiners viajó a Buenos Aires cinco días después y debía asumir sus funciones el 24 de ese mismo mes. Junto a su mujer y su hijito de 5 años, se alojó en el segundo piso del edificio de la calle Arenales 1299 de la ciudad porteña. Allí iba a dedicarse a la redacción del discurso en el que esbozaría su programa de acción para la provincia de Santa Fe.
El día 17 de mayo se levantó, desayunó y se vistió. Le comunicó a su esposa que quería quedarse trabajando en su escritorio pero se encerró en el dormitorio de su hijo, que no se encontraba en aquel lugar, y se descerrajó un balazo en la cabeza. Meiners falleció en el acto y sólo dejó una carta que fue objeto de múltiples teorías.
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La publicación de La Capital un día después del terrible hecho
“No se culpe a nadie de mi muerte. No encontrándome en condiciones físicas para poder desempeñar el cargo de gobernador electo de Santa Fe y no queriendo defraudar al electorado, pongo fin a mi vida”, escribió el gobernador electo.
La noticia de su muerte recorrió rápidamente la ciudad porteña y el resto del país. A la calle Arenales llegaron distintos integrantes del Partido Laborista. Alrededor de las 11 de la mañana, el presidente electo, Juan Domingo Perón, se hizo presente para darle el pésame a la reciente viuda.
La muerte de Meiners generó distintas especulaciones. Se dijeron muchas cosas: que tenía una enfermedad incurable, que no quería ser gobernador porque la política ya no le interesaba, que tenía diferencias con el partido al que pertenecía, que sus enemigos políticos lo asesinaron e hicieron pasar su muerte como un suicidio.
Un amigo de Meiners charló con los periodistas agolpados en la puerta del domicilio de la víctima. Allí les confesó que al gobernador electo no le atraía la política y que había aceptado la candidatura contra su voluntad. Según su amigo, no había encontrado ningún entusiasmo tras el triunfo electoral.
Otros detalles fueron abordados en la nota del diario La Capital el sábado 18 de mayo de 1946. Según lo publicado, algunos testimonios habían reconocido que Meiners había dejados dos cartas: una, para el juez, donde manifestaba que tenía absoluta certeza de que se encontraba en inferioridad de condiciones físicas para afrontar las tareas gubernamentales. La otra versión, sin embargo, sostenía que las razones que lo llevaron a tomar aquella determinación fueron los fuertes disgustos de carácter político.
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Las elecciones se celebraron el 24 de febrero de 1946
Quién era Leandro Meiners
Entre los archivos de la década de 1940 algunas veces se menciona que había nacido en la localidad santafesina de Esperanza, a 200 kilómetros de Rosario. Pero lo cierto es que la mayoría de los registros nombran que su ciudad natal fue Rafaela y que nació el 7 de junio de 1896.
Meiners se había recibido de doctor en abogacía por la Universidad de Buenos Aires y tuvo, a lo largo de su vida, idas y vueltas en el mundo de la política bajo la Unión Cívica Radical. Bajo la gobernación de Enrique Mosca en Santa Fe, fue designado miembro de la comisión que tuvo a su cargo la reforma de la constitución santafesina en 1921.
Sin embargo, con la revolución de 1943 y la aparición de Juan Domingo Perón en la escena política, Meiners formó parte de la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, un desprendimiento del espacio político original, que apoyó la candidatura de Perón y formó parte del Partido Laborista, el antecedente del Partido Justicialista.
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Finalmente, en las elecciones que llevaron a Perón al poder, Meiners fue candidato para la gobernación de Santa Fe. Para ocupar este puesto tuvo que renunciar a su religión: era protestante y no podía presentarse si no profesaba la fe católica.
Su candidatura y elección fueron un éxito y ganó por amplio margen con el 55,91% de los votos. Lejos, en segundo lugar, quedó el candidato del Partido Demócrata Progresista, Luciano Molinas con el 21,78%.
Sin embargo, su drástica decisión de quitarse la vida dejó un problema político ya que no se sabía quién ocuparía su lugar. Perón decidió correrse del inconveniente y se declaró prescindente. El Colegio Electoral eligió, finalmente, a Waldino Suárez, también del Partido Laborista. El nuevo gobernador juró el día previsto, el 24 de mayo, pero su mandato no terminó bien: fue apartado del poder tras una intervención federal pocos años después.