"Hace un año, mi hija, (entonces de 10 años) arrancó con lo del maquillaje. No era algo que le interesara para nada pero de golpe le gustaba todo, en especial las rutinas de skin care, como las de Emilia (cantante). Y empezó a estar muy atenta a lo que hace a la mañana, a la tarde, a la noche con en este tema. Primero comenzó con agua y después quiso el agua micelar, el agua de rosa. Con su plata se compraba cremas, ¡y estaba mucho frente al espejo! Consulté con la dermatóloga porque en un momento hasta se había brotado", contó Julieta, mamá de Alma.
La profesional con la que habló le explicó que esos productos no son aptos para pieles infantiles, "porque en general tienen alcohol y no es bueno". De a poco, Julieta intentó alejar a su hija de estos procedimientos cotidianos pero admite que "no es nada fácil" y que sigue "luchando".
Lo que esta mamá le contó a La Capital es habitual. Los dermatólogos reconocen que las consultas son frecuentes. Pero no es solo la piel la que sufre los efectos negativos: la psiquis también. Pueden aparecer ansiedad, tendencia a la perfección, grandes enojos, frustración. El skin care se transforma en una especie de obsesión para las nenas, y es necesario actuar a tiempo.
Estefanía González, psicóloga, especialista en Niñez, Adolescencia y Familia del Colegio de Psicólogas y Psicólogos de Rosario, respondió algunas preguntas clave sobre las causas y los riesgos de esta moda, fomentada en las redes sociales como Instagram y TikTok.
Mucho más que una experiencia lúdica
- ¿Qué diferencias hay entre el juego infantil en el que las niñas también se maquillaban o disfrazaban o les sacaban el lápiz de labio a la mamá y esta moda de copiar rutinas de cuidado de la piel de adultos?
-Es interesante la pregunta porque siempre hubo de parte de los niños una puesta en escena en sus juegos de la fantasía de ser grandes. Jugar a ser mayores, tomando como modelos a los adultos conocidos o admirados, es parte de la ficción que se construye en el juego infantil. Eso incluye por supuesto el uso de recursos como disfraces, maquillajes y otros elementos que estén al alcance. Así una niña puede maquillarse para jugar a que es la maestra y otra puede pintarse un bigote y hacer como si fuese el vendedor de libros, por ejemplo. Esto que llamamos juego simbólico o juego de roles es una invención cada vez diferente, aunque se repita el mismo guión, y es una acción creativa del niño que juega a ser un adulto pero no se confunde porque sabe perfectamente que no lo es. En cambio hablar de “rutinas”, por ejemplo de cuidado de la piel, hace dudar de que se trate realmente de un juego. Allí no hay acto creativo, es decir una expresión espontánea con lo que está a mano, produciendo una ficción solo o con otros sino que más bien se trata de una serie de pasos a seguir, establecidos de antemano, con productos específicos que son los que usan los adultos, lo que corresponde a una conducta de imitación sin que medie allí la experiencia lúdica y con el único objetivo de “lucir bien” y tener una “piel perfecta”, quedando capturadas por la imagen en el espejo.
-Muchas nenas hoy tienen acceso al celular a edades tempranas. ¿Cuán peligrosa puede ser una rutina de skincare más allá de lo dermatológico? ¿Pueden obsesionarse?
-La sobreexposición a imágenes con figuras que pretenden ser perfectas, a ideales de belleza que no son reales, supone un factor de riesgo para la construcción de la subjetividad de niñas, afectando su autoestima, produciendo estados de ansiedad, tristeza, inseguridad. Frente a estas figuras idealizadas siempre se estará en falta, lo cual refuerza una autopercepción negativa, de carencia. En las redes sociales los niños se convierten en consumidores, el mercado no discrimina y todos son objeto de la publicidad y la mercadotecnia. Lo hemos visto con una marca de cosmética española que lanzó una línea de cremas para niñas desde los 9 años, promocionada luego a través de niñas influencers. Por eso es responsabilidad de los adultos a cargo de la crianza y la educación enseñar a desarrollar un pensamiento crítico sobre estos temas, advertir que las niñas pueden quedar atrapadas en la lógica del algoritmo, en una posición vulnerable que en ciertos casos, en concurrencia con otros factores, puede ocasionar algún tipo de padecimiento psíquico.
"Está demasiado pendiente de su imagen"
Fabiana es otra de las mamás preocupadas por los cambios en las actitudes de Camila, su hija, a partir de que la nena sigue al pie de la letra las rutinas de skin care que vio en redes sociales. "Este año cumple 11 años y empezó con eso del skin care, hacerse mascarillas y esas cosas imitando, primero, tutoriales de Tik Tok. La verdad es que tiene más maquillajes que yo. Se los muestran entre las amigas: el agua de rosas, la vincha para hacerse el skin care... ahora está menos enganchada con lo de las cremas pero si va a otra casa se lleva su neceser", sostuvo.
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Foto: Marcelo Bustamante / La Capital
"Está demasiado pendiente de su imagen, de cómo tiene el cabello, se enoja si no le hago la colita bien recta, me hace desarmársela. El domingo jugaba al vóley y tuve que ir antes porque se quería peinar con gel, ¡lo que me parece un montón si va a practicar un deporte! Sí, es algo común entre las nenas de su edad", comentó Fabiana a este diario.
La psicóloga señaló que "es necesario estar muy atentos, especialmente cuando verbalizan comentarios negativos sobre sí mismas". Si bien este sentimiento de disconformidad con el propio cuerpo "es esperable en la etapa de la adolescencia al atravesar los cambios de la pubertad, es especialmente delicado cuando se trata de niñas pequeñas".
"Estar expuestas en forma constante a las imágenes que detentan los estándares de belleza hegemónica tiene como consecuencia que se imponga un modelo a aspirar y que esto sea entendido como sinónimo de éxito", alertó la especialista.
El problema preocupa a los dermatólogos
En general, las mamás o papás que se preocupan por este tema consultan al dermatólogo ante reacciones inesperadas en la piel de sus hijas. El impacto psicológico no es algo que se advierte con facilidad. Por eso, a los profesionales que tratan la piel les compete la tarea de trata el problema cutáneo pero también, en ocasiones, sugerir una derivación a un psicólogo infantil.
Laura Luna, dermatóloga pediatra del Sanatorio de Niños, dijo que las consultas por efectos indeseados por el uso de productos de adultos "han aumentado mucho, en especial en los últimos años posteriores a la pandemia". También comentó que "niñas de entre 8 a 10 años vienen a preguntar qué rutina de skin care pueden hacerse, y otras ya aparecen con una rutina de skin care armada".
"Es un momento muy importante que tenemos los dermatólogos para educar tanto a los padres como a los niñas, explicando que un niño de esta edad no necesita más que un limpiador suave, que respete el PH de la piel y un protector solar".
El uso excesivo o inadecuado de cosméticos o dermocosméticos "puede desencadenar dermatitis de contacto, irritación e incluso predisponer o empeorar un acné preexistente. Muchos dermocosméticos tienen como principio activo retinoides, acetil salicílico, que pueden provocar reacciones. Son principios activos que se indican en ciertas patologías y tienen que estar supervisados por un dermatólogo".
Luna comentó que "es un tema que se habla mucho entre los dermatólogos". Incluso la sociedad Argentina de Dermatología (SAD) emitió distintos comunicados "por la preocupación que genera este tema que también se va a abordar en el 15° Congreso Mundial de Dermatología pediátrica del 7 al 11 de abril".
Riesgos mayores
La dermatóloga comentó que hay riesgos aun mayores que una dermatitis. "Los productos cosméticos también pueden contener sustancias reconocidas como disruptores endocrinos, estas sustancias pueden imitar, bloquear o interferir con las hormonas del propio cuerpo, lo que podría causar trastorno en una etapa clave del desarrollo", explicó.
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Foto: Marcelo Bustamante / La Capital
"Mi recomendación para los padres es que consulten siempre con su dermatólogo de cabecera antes de invertir en productos muchas veces innecesarios para los niños e inadecuados para una piel adolescente. Es muy importante también hacer un trabajo conjunto de educación con los padres, fomentando la confianza en sus hijos para que no se sientan presionados a cumplir con estándares de belleza poco realistas", reflexionó Luna.
Autoridad cuidadosa
La psicóloga Estefanía González destacó que "es muy importante que los padres conozcan y se interioricen acerca de los contenidos a los que están expuestos los niños en las pantallas, y que restrinjan su uso en edades tempranas. Involucrarse y saber qué es lo que más les llama la atención así como también qué tipo de lazos sociales establecen los chicos en estos espacios, es un modo de implicarse en estas cuestiones, teniendo en cuenta que el algoritmo se impone una y otra vez. Como sucede muchas veces, es una tarea de los padres y madres ejercer una autoridad cuidadosa de los hijos en favor de su bienestar".
"Lo conveniente es entablar una comunicación abierta y sincera que no sea únicamente prohibitiva. Es fundamental escuchar, acompañar y poder transmitir la diferencia que existe entre los hábitos de cuidados de la salud y los que persiguen ideales estéticos, estereotipos de belleza imposibles de alcanzar", dijo.
González puso un ejemplo claro: "El hecho de que una práctica se ponga de moda, como la de celebrar un cumpleaños con un spa de niñas, no significa que esa tendencia deba reproducirse sin que medie una reflexión sobre el alcance de esta moda y los estereotipos normativos de belleza que promueven entre las niñas".