Hace 38 años, el 16 de abril de 1987, el país entero se vio sacudido por un levantamiento militar conocido como "carapintada". Bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, la reciente democracia tambaleó. Sin embargo, el rechazo de los argentinos fue rotundo. En Rosario, el Concejo Municipal reaccionó rápidamente en defensa de la estabilidad democrática.
El 16 de abril de 1987, un levantamiento armado protagonizado por un grupo de militares del Ejército, en Córdoba y Buenos Aires, sacudió a la Argentina. Ante esta amenaza a las instituciones democráticas, los bloques políticos del Concejo Municipal se convocaron en sesiones extraordinarias para proclamarse y autoconvocarse para defender la democracia.
El escenario principal de las fuerzas sublevadas fue la Escuela de Infantería de Campo de Mayo (localidad del partido de San Miguel, provincia de Buenos Aires), al mando del teniente coronel Aldo Rico, donde un grupo de militares aparecieron ante las cámaras de televisión portando sus armas y con los rostros pintados con betún, como si fueran a la guerra. Ese fue el origen de la denominación “Carapintadas”.
Una investigación realizada desde el Concejo remarcó que, el entonces gobernador de la provincia de Santa Fe, José María Vernet, decidió trasladarse a Rosario junto a todo su gabinete para seguir de cerca los hechos. Instalados en el Concejo, en Córdoba 501, en vigilia y sesión permanente, el Palacio Vasallo se transformó, durante aquellos días, en el epicentro de aquel acontecimiento histórico.
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Los rosarinos defendiendo la democracia en abril de 1987. Foto: gentileza Concejo Municipal
En aquella Semana Santa, el Concejo Municipal no sólo se convirtió en el refugio del gobierno provincial para proteger el estado de derecho, sino también en punto de encuentro para organizaciones partidarias, estudiantiles, de derechos humanos y gremiales que respaldaron la resistencia encabezada por el entonces presidente Raúl Alfonsín.
El cuerpo de concejales de la ciudad declaró el estado de sesión permanente hasta que cesara el conflicto interno y se instó a la ciudadanía a adherirse al compromiso democrático. El repudio de la sociedad fue masivo y ello quedó demostrado en las calles de la ciudad.
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En medio de esta crisis que sacudió a la Argentina durante el alzamiento carapintada, el Concejo Municipal de Rosario se convirtió en bastión de resistencia y compromiso con la democracia. Desde el Palacio Vasallo, fueron firmes las voces que se alzaron defendiendo el orden constitucional y reafirmando el derecho del pueblo argentino a vivir en libertad y bajo el imperio de la ley.
El rol que asumió, no sólo fue de valor simbólico, sino un testimonio concreto y real de la voluntad ciudadana, plasmado en la histórica Acta de Compromiso Democrático y rubricado por aquella masiva convocatoria popular, de no ceder ante las presiones de facciones discordantes que amenazaban la estabilidad del país.
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Militares sublevados. Foto: gentileza Concejo Municipal
El pueblo ganó las calles
El viernes 17 de abril unas 25.000 personas se movilizaron desde la plaza 25 de Mayo (Buenos Aires y Córdoba) hasta el patio cívico del Monumento Nacional a la Bandera en defensa de las instituciones de la democracia y en apoyo al Estado de derecho recuperado en el año 1983.
La participación de la población que salió masivamente a las calles a repudiar el accionar antidemocrático por parte de un grupo minúsculo de militares jugó un rol protagónico. Acompañados por concejales de todas las fuerzas políticas, instituciones y organizaciones de la sociedad civil se manifestaron por la democracia y en respaldo de ella.
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Además, participaron partidos políticos como el Radical, Intransigente, Justicialista, Demócrata Progresista, Humanista, Socialista, Frente del Pueblo (Comunista y MAS-Movimiento al Socialismo-); instituciones de la ciudad como la Asociación Empresaria, Federación Gremial del Comercio e Industria; organizaciones como el Sindicato de Luz y Fuerza, Federación Gremial de la Industria de la Carne, Confederación General del Trabajo (CGT) departamental Rosario, Sindicato de Prensa; la Iglesia Católica, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (Medh), organismos de derechos humanos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el colectivo de Familiares de Detenidos y Desaparecidos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Servicio de Paz y Justicia, entre otros. También, los centros de estudiantes de escuelas secundarias y universitarias y demás organizaciones de la sociedad civil que apoyaron al Ejecutivo nacional y a todas las instituciones democráticas.
La movilización popular que se generó de forma espontánea contó con la presencia del intendente de Rosario, Horacio Daniel Usandizaga, concejales, legisladores nacionales y provinciales, representantes de las fuerzas vivas, trabajadores y representantes de las organizaciones.
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Alfonsín junto a Vernet . Foto: gentileza Concejo Municipal
El Concejo Municipal durante el levantamiento
En una primera reunión extraordinaria ocurrida en horas de la tarde, los bloques políticos del Concejo Municipal acordaron votar y aprobar una declaración con tres puntos.
En ella, se expresaba “su repudio a todo intento de quebrantar la vigencia de las instituciones democráticas poniendo en peligro la pacífica y plural convivencia entre los argentinos»; reafirmar su compromiso con el respeto y defensa de la Constitución nacional y el veredicto de la voluntad popular y tercero, convocar a la ciudadanía de Rosario para que, con su activa participación, se transforme en custodia permanente del orden constitucional”.
Los concejales firmantes de la declaración fueron- en nombre de cada uno de los bloques políticos- Leopoldo Declerq, de la bancada Unión Cívica Radical; Luis Lizondo, del bloque Justicialista; Elbio Martínez del Partido Demócrata Progresista; Héctor Cavallero, del Bloque Socialista; Vladimiro Escauriza del Justicialismo y Miguel Ángel Augsburger, del bloque Intransigente, y fue aprobada por unanimidad.
“El pueblo argentino ha demostrado que sabe preocuparse cuando la democracia está en peligro, y así es que hoy estamos todos dispuestos a trabajar por la paz. No estamos en contra de nadie, estamos con la democracia, estamos con la paz”, declaró Emeterio Pastor al abrir aquella histórica sesión extraordinaria del 16 de abril de 1987.
El 19 de abril, el presidente del Concejo Municipal, Emeterio Pastor, dio inicio a la segunda sesión extraordinaria en el Palacio Vasallo. Durante la sesión, se aprobó una resolución clave, el “Acta Compromiso Democrático”.
Este documento, firmado por dirigentes políticos y sociales de todo el país, reafirmó el apoyo a la vigencia irrestricta de la Constitución, condenó cualquier amenaza o presión que pudiera desviar el cumplimiento de la ley y promovió la reconciliación nacional bajo los principios de justicia.
El fin del levantamiento
Finalmente ese domingo 19 de abril se produjo la rendición del teniente coronel Rico y el alzamiento carapintada llegó a su fin. El entonces presidente Raúl Ricardo Alfonsín, en su condición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, encabezó de manera personal las negociaciones con el grupo de militares rebeldes y los exhortó a cesar su despliegue.
Luego de esto, el mandatario habló para todo el país:“Compatriotas, ¡Felices Pascuas! Los hombres amotinados han depuesto su actitud y como corresponde, serán detenidos y sometidos a la Justicia. Se trata de un conjunto de hombres, algunos de ellos héroes de la guerra de las Malvinas, que tomaron esta posición equivocada y que han reiterado que su intención no era la de provocar un golpe de Estado. Pero de todas formas, han llevado al país a esta conmoción, a esta tensión, y han provocado estas circunstancias que todos hemos vivido y de la que ha sido protagonista fundamental el pueblo argentino en su conjunto”.
En su discurso enfatizó: “Para evitar derramamiento de sangre, di instrucciones a los mandos del Ejército para que no se procediera a la represión y hoy podemos todos dar gracias a Dios: La casa está en orden y no hay sangre en la Argentina. Le pido al pueblo que ha ingresado a Campo de Mayo que se retire. Es necesario que así se haga. Les pido a todos ustedes que vuelvan a sus casas a besar a sus hijos, a celebrar las pascuas en paz de la Argentina”.