Con el calor aumentan los casos de gastroenterocolitis. El tema estuvo en la agenda de los medios por un brote en playas del sur de Brasil donde están de vacaciones muchos argentinos. Pero no solo el vecino país sufre un incremento de pacientes con síntomas de náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y malestar general. En el Centro de Emergencias y Trauma Rosario (CER) del Sanatorio Parque atienden desde las fiestas un número creciente de personas con estos cuadros. La gastroenterocolitis ya se encuentra entre las tres primeras causas de consulta en ese centro de salud de referencia de Rosario y la región.
¿Hay riesgos severos para la salud? ¿Cuáles son las principales causas de esta dolencia que está afectando a los rosarinos?
Gustavo Ruiz, director del CER, habló con La Capital sobre la gastroenterocolitis, cómo puede afectar a las personas más vulnerables, las causas que la provocan y los cuidados imprescindibles para evitar esta afección tan molesta, que puede ser peligrosa en algunos casos.
El médico explicó que "es un proceso infeccioso e inflamatorio a nivel gastrointestinal que puede provocar náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea y fiebre". Como consecuencia, "el paciente pierde líquidos y electrolitos y se puede deshidratar".
El profesional dijo que "justamente, los médicos debemos evaluar esa deshidratación para que no se produzca una baja de presión y el paciente se pueda descompensar, tener lipotimias o síncopes (desmayo) o que se vea afectada su función renal, lo que nosotros llamamos insuficiencia renal aguda, que se da cuando el paciente se deshidrata, pierde líquidos y termina repercutiendo en el riñón". En algunos casos puntuales se requiere internación pero "en general con una buena dieta, adecuada hidratación, sales de rehidratación o productos con iones, o tomando agua hervida, y algún antidiarreico que le indicamos, mejoran".
La mayoría de las gastroenterocolitis de verano son producidas por las siguientes bacterias: escherichia colli, salmonella, shigella, campylobacter, entre otras. "El año pasado tuvimos numerosos casos por shighella, y ahora estamos viendo más salmonella que produce bastante deshidratación", detalló Ruiz.
"Si logramos tener una muestra de materia fecal y hacer un cultivo, que en ciertos casos lo pedimos, vamos a poder indicar el antibiótico adecuado", destacó el médico.
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Las causas
Los motivos que llevan a una gastroenterocolitis son variables, explicó Ruiz. "Teniendo en cuenta la etapa del año, con altas temperaturas, se producen más casos, en especial debido al consumo de alimentos que no guardan la cadena de frío. Cuando hay una alteración en la conservación puede darse un sobrecrecimiento de las bacterias, que es lo que más vemos en verano: gastrenterocolitis infecciosa de origen bacteriano".
Las gastroenterocolitis pueden tener diversos orígenes: viral, bacteriano o parasitario, explicó el médico, pero "en verano vemos más las bacterianas".
"Hay riesgo de sobrecrecimiento de bacterias al abrir o cerrar la heladera muy seguido. Que un alimento esté en la heladera no significa que haya buena conservación del frío", advirtió, y agregó que hay productos más susceptibles como los lácteos, las mayonesas, las salsas, las cremas, carnes, fiambres y embutidos en general.
Ojo con la manipulación de comida
El lavado frecuente de manos con agua segura y jabón, que es fundamental después de ir al baño y antes de manipular cada alimento, es otra causa de contaminación cuando no se realiza. Puede terminar en una gastroenterocolitis.
El manejo de comida cruda debe hacerse con mucho cuidado. Puede contaminarse el alimento a través del uso de cucharas, tenedores, cuchillos o tablas que se utilizan al mismo tiempo para alimentos cocidos. La contaminación cruzada es otro motivo de infección muy común.
"El lavado de verduras y frutas debe ser el adecuado. Si las comemos sin lavar puede producir este cuadro", señaló el médico.
Cuándo ir a la consulta médica
En general, señaló Ruiz, las personas se sienten mal y consultan. "Al principio, si el paciente tiene náuseas o pocos síntomas, quizá lo considera una indigestión, que le cayó mal la comida y no va al médico, pero si persisten los síntomas se acerca al sanatorio".
¿Cuándo hay que llamar al médico o asistir a un centro de salud? "Cuando los síntomas no se van, cuando hay intolerancia total y la persona no puede asimilar ni siquiera agua (esto es un llamado de atención), cuando hay mareos y presión baja producto de la deshidratación, cuando hay falta de fuerza y cuando la diarrea no para. Incluso pueden presentarse deposiciones con sangre y eso está diciendo que es enteroinvasiva, que está invadiendo la mucosa". En rigor, "si hay dudas siempre es mejor no quedarse y consultar".
Las edades de afectación son amplias. "Los extremos son los más vulnerables: los más chiquitos y los ancianos" , detalló el profesional a cargo del CER. "La persona mayor toma menos líquido, porque suele perder la capacidad de tener sed, por eso hay que estar atentos a los más grandes con este cuadro porque hay más riesgo de deshidratación".