La decisión del gobierno nacional de cerrar las coordinaciones nacionales de Hepatitis Virales generó ruido en el ámbito de la salud y también en el político. "Es increíblemente triste, y lo digo haciendo un gran esfuerzo para que no se me quiebre la voz, porque no se entiende por qué se interrumpe una lucha que viene dando sus frutos", dijo a La Capital Edith Michelotti, coordinadora del grupo Hepatitis Rosario y una referente a nivel nacional.
En el último día del 2024 se conoció la decisión del Ministerio de Salud de la Nación de "eliminar las coordinaciones nacionales de Tuberculosis, Lepra y Hepatitis Virales, un hecho que pone en riesgo la continuidad de políticas públicas que son fundamentales para el diagnóstico, tratamiento y prevención de estas enfermedades", señaló la mujer que desde hace décadas lucha por los derechos de los pacientes.
Distintas entidades que trabajan con estas temáticas solicitaron una audiencia urgente con el ministro Mario Lugones y realizaron un abrazo simbólico en el Ministerio, en Buenos Aires. Las acciones de protesta se repetirán en todo el país de no tener respuestas.
La historia de Edith
Edith tuvo hepatitis C durante 30 años y la pasó muy mal hasta que logró curarse gracias a los avances científicos. Los tratamientos estuvieron disponibles en el país gracias a la lucha de las ONGs que visibilizaron la situación de miles de personas en la Argentina, y hasta fueron artífices de una ley nacional con el apoyo de funcionarios, legisladores, médicos, y toda la comunidad.
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"El trabajo que hacen las organizaciones de pacientes junto a las sociedades científicas y a las áreas de Salud es una tarea enorme. En Rosario hemos hecho muchas campañas muy exitosas, logramos diagnósticos en personas que no sabían que tenían hepatitis, hacemos acompañamiento, acercamos tratamiento cuando son necesarios. No es fácil conseguir los recursos...Y todo eso se concentra en la coordinaciones nacionales, que han sido cerradas", dijo la rosarina. La incertidumbre reina por estas horas entre toda la comunidad de pacientes, médicos y funcionarios vinculados a Salud.
La coordinadora de Hepatitis Rosario señaló que la "inexplicable" decisión del gobierno de Javier Milei se toma en momentos en que "es imprescindible diagnosticar a la mayor cantidad de pacientes con hepatitis C para que puedan ser tratados", y darles acompañamiento en sus terapias, para que "pueden mejorar en forma notable su calidad de vida y su tiempo de vida".
Rechazo político
El diputado nacional (por Santa Fe) Eduardo Toniolli, elevó un Proyecto de Resolución a la Cámara en el que expresa "absoluto rechazo al cierre" de las coordinaciones nacionales. En ese documento se expresa además que "este cuerpo legislativo exige el inmediato restablecimiento de las coordinaciones eliminadas, la reincorporación de los trabajadores despedidos y el inmediato cumplimiento de la Ley 27.675".
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"En el caso de la hepatitis, representa un desafío continuo para nuestro sistema de salud por el impacto en términos de mortalidad y morbilidad. En 2023 hubo 32 casos confirmados de hepatitis A en la Argentina, 7 casos de hepatitis E, 751 de hepatitis B y 1481 de hepatitis C", señaló el diputado.
La detección es crucial ya que el 50% de las personas con hepatitis crónica desconoce su diagnóstico. Realizarse el test para las hepatitis A, B y C es importante porque permite iniciar un tratamiento oportuno y evitar la transmisión. Actualmente, la A y B son prevenibles con vacunas. Los tratamiento para la hepatitis B crónica y para curar la C son seguros y altamente efectivos. Detectar la enfermedad con tiempo es fundamental.
Qué son las hepatitis
La hepatitis B es una infección hepática grave causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Para algunas personas, la infección de la hepatitis B se vuelve crónica, lo que significa que dura más de seis meses. Tener hepatitis B crónica aumenta el riesgo de contraer insuficiencia hepática, cáncer de hígado o cirrosis, enfermedad que causa cicatrices permanentes en el hígado.
En el caso de la hepatitis C, tal como el virus de la hepatitis B, se transmite por sangre, fluidos de la sangre por transfusiones o hemoderivados (décadas atrás no se tomaban las actuales precauciones de bioseguridad), por compartir agujas o “equipos” para inyectarse drogas, por lesiones con objetos punzantes durante el trabajo o por relaciones sexuales sin la protección adecuada.
La Coordinación de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud de la Nación tiene como objetivos la prevención y la promoción del acceso al diagnóstico y tratamiento de las hepatitis virales.
Dentro de sus principales actividades provee de insumos y reactivos de serologías para hepatitis A, B y C a las 24 jurisdicciones del país. Garantiza la biología molecular a través de una red para la confirmación de diagnóstico formada por cuatro laboratorios de referencia, así como también, provee los tratamientos antivirales para hepatitis B y C.
Rosario ha sido durante años una ciudad referente por las exitosas campañas masivas para brindar información, diagnóstico y asesorar a los ciudadanos sobre los tratamientos disponibles. Y porque las terapias son accesibles para toda la sociedad, en efectores públicos y privados. A la cabeza de esos movimientos siempre está el Grupo Hepatitis Rosario, que coordina Edith Michelotti.