El año pasado cerró con la menor cifra de muertes viales en la ciudad de Rosario en la última década. Las víctimas fatales en siniestros de tránsito fueron 24, mientras que en 2013 habían sido 92, y en 2017 ya habían bajado a 41, menos de la mitad. Entre las causas están el incremento de controles y sanciones, la ordenanza de alcohol cero y la creación de fiscalías especializadas.
La Capital accedió a cifras elaboradas por el área de estadística de la Secretaría de Salud Pública municipal, que contabilizan sólo los hechos ocurridos en Rosario (sin Circunvalación ni autopistas), de personas que fueron derivadas a efectores municipales y que fallecieron en un hospital, no en la vía publica.
Para tener un número 100% certero, puesto que se habla de vidas más allá de las cifras y cada una es importante en sí misma, hay que sumar los relevados por las unidades fiscales de homicidios culposos y dolosos. Pero la construcción de una aproximación permite observar una tendencia a la baja en la cantidad de muertes, e hilvanar algunas hipótesis sobre las causas del fenómeno.
Institución y territorio
Uno de los primeros factores que mencionan las autoridades es institucional, y tiene relación con la creación de la Secretaría de Control a finales de 2013, y de las unidades fiscales especializadas en delitos viales en 2014. A partir de allí, los datos que antes se manejaban de manera policial y estaban diseminados se empezaron a concentrar en la Secretaría de Salud para cruzarlos con Fiscalía, que tiene una jurisdicción muy amplia incluyendo Circunvalación y las autopistas a Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.
La elaboración de datos más precisos permitió elaborar políticas más certeras, y entre 2014 y 2017 la intensificación de los controles por parte del nuevo cuerpo de agentes municipales disminuyó un 48% la cantidad de fallecidos, que pasaron de 92 a 41.
"Así pudimos ver que entre los protagonistas de los siniestros siempre están primeras las motos, entre el 60% y el 70%, luego los autos, terceros los peatones con un porcentaje variable, y últimos los vehículos de gran porte, como camiones y colectivos", explicó Gustavo Adda, director de Tránsito municipal.
El segundo factor es entonces la presencia estatal en territorio, a través de Control, pero también del Ministerio de Seguridad y el apoyo de las fuerzas federales. Las distintas agencias se reparten por diferentes barrios, tanto de día como de noche, especialmente cuando se da la mayor circulación de motos. "Así logramos que la presencia de la utilización de casco esté más arraigada que antes. El promedio de uso en toda la ciudad subió de 40 a 70% de los controlados", apuntó el funcionario.
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Multas y sanciones
Pero no puede obviarse una tercera causa, que es normativa. En abril de 2021 entró en vigencia la ordenanza 10.182 de alcohol cero. "Aunque había controles, estaba el mito de que se podía tomar un poquito más o menos, y esto lo terminó. El dosaje de alcohol en sangre máximo detectado antes era de 1,5 gramo por litro de sangre, lo que significaba que en una noche agarrábamos a dos conductores con 4 o 5. Ahora cuando encontramos uno con más de 2, sale en los diarios", dijo Adda.
Pero para que el impacto sea el esperado, había que aumentar los controles para asegurar que surtiera efecto. Entre 2023 y 2024 se duplicaron los tests, que fueron 51 mil el año pasado. "Fue una política de seguridad vial que asumió el propio intendente Pablo Javkin en su primer discurso. El alcohol cero fue un hito, un antes y un después. Ya está instalado socialmente: el que maneja no toma. Hay casos, por supuesto, por eso están los controles. Pero no todo es a través del poder punitivo del Estado", reflejó.
Además, en agosto de 2021 se sancionó el nuevo Código de Convivencia Ciudadana, que estableció penas mucho más duras, no sólo a nivel económico o pecuniario, sino que incluso llega a la inhabilitación permanente, y prevé tareas comunitarias en caso de consumo de alcohol o exceso de velocidad, como la participación en talleres de concientización, que según el municipio han generado también un efecto de aprendizaje y disuasión.
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Seguridad y disuasión
A esto se sumó la entrada en vigencia del certificado nacional de accidentes de tránsito para sacar la licencia nacional de conducir, que generó que aparezcan las violaciones realizadas en todas las jurisdicciones cuando el usuario va a renovarla. "Esa es una muy buena herramienta para hacer un perfil del conductor, que también vino a contribuir mucho de 2015 a esta parte", marcó el director de Tránsito.
Según el Ejecutivo, otro de los factores principales de las mejoras en seguridad vial tiene relación con la instauración del sistema de videocontrol por intermedio de cámaras con sensores que detectan infracciones de tránsito. Ubicadas estratégicamente en la ciudad, no sólo colaboran con la detección de las violaciones del Código de Tránsito, sino también en la prevención: los números dan cuenta de que los rosarinos se cuidan más al conducir desde su colocación hace poco más de dos años.
"Cualquier usuario, no importa quien sea, se cuida más. El costo social que tienen los fallecidos en siniestros viales es altísimo, porque el que lo presencia no lo olvida más, es una interferencia en su vida. Sobre eso hay que entender lo que significa el costo económico para el Estado de atender una persona que fue herida en la vía publica, más si es una terapia intensiva. Son valores altísimos", apuntó.
Así, de 2017 a 2024 las muertes bajaron de de 41 a 24, aunque hubo tres más que fallecieron días después en el hospital, ya en 2025, y serán contabilizadas en el actual año. "Esto es el resultado del incremento del uso de dispositivos de seguridad, como casco, cinturón, luces y el respeto de los sentidos de circulación por una fuerte presencia de agencias del Estado en la vía pública, más la decisión política de avanzar con una normativa moderna y actualizada que atienda la problemática de hoy mirando para mañana, porque si no siempre estamos atrás", cerró Adda.