Con el objetivo de revisar la organización territorial de la provincia, especialistas en arquitectura y urbanismo instaron a una planificación interjurisdiccional
Cientos de rosarinos y baigorrienses transitan entre ciudades con el Puente Rosario-Victoria como testigo
La Legislatura de Santa Fe tiene decidido dar inicio a un proceso de reforma constitucional para actualizar la vigente Carta Magna provincial, que data de 1962. Ante la atenta mirada de diferentes actores, referentes de la arquitectura, la planificación y el urbanismo buscan potenciar el "metropolitanismo" en el nuevo texto de la Constitución.
Bajo el nombre “Aportes para una gestión equilibrada del territorio”, referentes en la materia se presentaron y dieron su punto de vista con un pedido especial: “Promover el estatus constitucional para la planificación integral del territorio provincial, contribuyendo al cuidado del ambiente, la mejora de la capacidad productiva, la equidad socio-espacial, la preservación del patrimonio natural y cultural, y la calidad paisajística”. Esta solicitud, manifiestan, se ampara en el Artículo 41 de la Constitución nacional, que establece el derecho a un ambiente sano y equilibrado y la obligación de preservarlo.
Además del punto en la carta magna argentina, los especialistas se basan en los delineamientos generados a partir de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), un acuerdo entre los países para contrarrestar el cambio climático y sus incidencias teniendo en cuenta los territorios, explicó Javier Fedele, director del Centro Universitario Rosario de Investigaciones Urbanas y Regionales (Curdiur), a La Capital.
Como entidad académica, el Curdiur, dependiente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), fue uno de los firmantes del documento entregado a los legisladores y que tiene como propósito poner en debate la administración del territorio provincial. Además de Fedele, lleva la rúbrica del decano de la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño de la UNR, Pedro Ferrazini, del decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Nacional del Litoral, Sergio Cosentino, y del decano de la Facultad de Arquitectura y diseño de la Universidad Católica de Santa Fe, Gabriel Biagioni. Además, cuenta con el apoyo de referentes del Colegio de Arquitectura y Urbanismo de la Provincia de Santa Fe.
Entre las líneas expuestas, los arquitectos y especialistas instan a la “colaboración interjurisdiccional” para lograr un trabajo mancomunado en urbanismo entre las administraciones municipales y comunales.
“El territorio se divide como una unidad operativa de administración y hay temas que deben estar articulados más allá de esa segmentación, porque lo que pasa en un territorio tiene impacto en el otro”, subrayó Fedele. El ejemplo más concreto en la provincia se podría obtener por los más de 600 kilómetros de costa del río Paraná, compartidos por siete departamentos e infinidades de ciudades.
Pero el texto también apunta a cuestiones de la cotidianidad, como la recolección de basura o cuestiones laborales. “Se juntan residuos en un lugar y se deposita en otra localidad, o bien mucha gente trabaja en Rosario, pero vive en Funes. Los límites del suelo también están interrelacionados más allá de esos límites administrativos”, detalló el titular del Curdiur.
Los expertos apuestan por poner el foco en la planificación y organización de los territorios en temas transversales entre distintas jurisdicciones: “Es importante que esas administraciones tengan un enfoque común y articulen acciones”.
A partir de allí nace el espíritu metropolitano, donde los gobierno locales se articulan como una entidad administrativa mayor para unificar criterios en diversos temas.
Las metrópolis se caracterizan por un alto grado de interacción. En este punto, el especialista pidió desligar el concepto de “entidad administrativa”, es decir, el Ejecutivo, con los límites de jurisdicciones y actividades humanas.
La expansión de la urbanización y el crecimiento de las ciudades hacen que los límites o efectos choquen entre sí, una situación evidenciada por la movilidad, en muchos casos, a partir de colectivos o las pocas vías y sus trenes. “Las metrópolis no son sólo una ciudad grande, sino son distintas entidades administrativas, municipales, con articulación de normativas, políticas y servicios” como el servicio de recolección de residuos o el curso del agua, señaló Fedele. El Aeropuerto Internacional de Rosario (AIR), interjurisdiccional entre Rosario y Funes, es otro ejemplo de relevancia en la región.
“Muchos lo ven como una pérdida de autonomía, pero en realidad es inevitable porque hoy la funcionalidad de los territorios tiene estas características”, apuntó.
Si bien los “territorios ordenados también tienen sus particularidades”, suscribió el experto, el texto presentado por los especialistas en urbanismo resaltó la importancia del “ordenamiento territorial” a pesar de no poder contrarrestar las dificultades de un crecimiento de las ciudades.
Rosario tiene una gran tradición en planificación. El primer tren urbano del país, en 1935, fue rosarino. Y la primera cátedra de Urbanismo partió de la sede rosarina de la Universidad Nacional del Litoral (hoy UNR). “Hubo mecanismo, indicaciones y planes, pero el problema es que no se tuvieron en cuenta desde las administraciones”, afirmó Fedele y reivindicó la asistencia de los grupos académicos y de investigación para aportar a un crecimiento territorial ordenado.
“A la luz de algunos resultados, son elocuentes algunos errores. El caso del aeropuerto es un claro ejemplo porque hay que resolver todavía el acceso y nos estamos quedando sin terreno para ello. Vamos a terminar ingresando por una calle lateral”, planteó, y explicó que un lugar como el AIR y los objetivos que se trazan “requiere un acceso desde autopista fácil”.
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La propuesta de los expertos, solicitando también un abordaje medioambiental sobre el territorio, apunta a incorporar mayores y mejores mecanismos de planificación y el acompañamiento de la gestión pública.
Rosario está rodeado de grandes ciudades como Villa Gobernador Gálvez, Pérez, Funes y Granadero Baigorria, ya cimentadas. Por la ruta provincial 34, la comuna de Ybarlucea no detiene su expansión y mirando hacia el sudoeste, sobre la ruta provincial 18, aún es incipiente la progresión de pequeñas localidades como Las Carolinas. “En algunas zonas puede haber errores. No obstante, todavía hay margen para poder mejorar”, se esperanzó Fedele.
Para ello, el experto reiteró la necesidad de miradas gubernamentales dinámicas y en conjunto.
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