Una reciente encuesta a nivel nacional mostró cómo los tatuajes van ganando adeptos en la población. Sin embargo, no es sólo cuestión de sacar turno y presentarse ante el artista. Entrar a un estudio conlleva una preparación: buscar un diseño, decidirse, elegir un especialista y entregar la piel a la tinta que quedará marcada para toda la vida.
“El rosarino se tatúa un montón. Con piezas muy grandes o bien el cuerpo entero. Recorrí el mundo con mi profesión y te puedo asegurar que el valor que le da el público local no se ve en otro lado”, dijo a La Capital el tatuador Guillermo Serra, con más de 35 años en el rubro.
En primera instancia no le escapó a los motivos más importantes: “Te piden por las pasiones, por Central y Newell’s o imágenes de jugadores”. También advirtió una creciente en personajes públicos como cantantes. “La tendencia son tatuajes grandes. Ahora es muy común que los primeros tatuajes sean proyectos grandes”, reveló. Los proyectos se desarrollan con cada tatuador, se miden en etapas o sesiones generalmente son procesos largos.
Otra de las particularidades de época son los tatuajes en menores de edad. “Por ahí ya a los 16 o 17 vienen con los padres para firmar el permiso y se inician en el tatuaje”, detalló Serra.
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Para entrar en un estudio de tattoos, los clientes deben pensar en pagar unos 30 mil pesos por un tatuaje chico (de menos de 15 centímetros) en blanco y negro. En este sentido los artistas se acoplaron a la actualidad argentina y ofrecen diversos métodos de pago, hasta con tarjeta de crédito.
Detalles de los tatuajes
¿Un tatuaje grande? “Todo el brazo, pierna o la espalda completa. De ahí hasta llegar al cuerpo entero”, planteó Serra. En el otro extremo, un tatuaje “pequeño” mide entre 7 y 10 centímetros. No obstante, el artista expuso sesiones con “muchos tatuajes chicos donde tardas menos de media hora en cada uno” y se forman “colecciones” de tatuajes. Quizás el caso más llamativo de esta elección es Migue Granados, con un par de brazos con una palta, un imán, un ajo, un trébol de cuatro hojas y una pelota de básquet, entre otros.
Tatuajes migue granados.jpg
Las zonas del cuerpo para tatuajes pueden ser variadas, van desde el antebrazo o gemelos hasta la palma de la mano o arriba de la ceja. El trapero Duki con diversos tatuajes como dos pares de alas (una de ángel y otra de demonio), un símbolo de Batman o un “Love” es otro de los exponentes de esta moda.
Las piezas en negro son las más elegidas como un color único. Los trabajos en colores quedan relegados entonces por diseños oscuros.
En sesión
“La gente se sigue tatuando. Lo va a hacer toda la vida. Sin importar las condiciones”, remarcó Serra y destacó que la diversidad de artistas hace que los rosarinos busquen especialistas en blanco y negro, color o por estilos como sombras: “Antes los tatuadores hacíamos todos los diseños, pero hoy ya no es así”.
La encuesta apuntó a las mujeres como las más tatuadas. “Te puedo asegurar que las mujeres son más tolerantes al dolor, aguantan muchas horas de sesión”, afirmó Serra.