La provincia estudia la posibilidad de implementar un sistema sueco para terminar con los accidentes frontales en las rutas santafesinas, que se cobra gran cantidad de víctimas año tras año. El proyecto sería inédito en Latinoamérica y supone la instalación de una barrera física en lugar de la doble línea amarilla para evitar los choques frontales, que representan el 60 por ciento de las muertes en el país.
Así lo indicó el subsecretario de Seguridad Vial, Osvaldo Aymo, quien participó de una conferencia virtual con especialistas de Barcelona junto al senador provincial por el departamento Rosario, Marcelo Lewandowski y la ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat, Silvina Frana. Es justamente en la ciudad condal donde se llevó a cabo el proyecto ideado por los suecos y que les dio resultados sorprendentes.
“Rutas amistosas está inspirada en el proyecto sueco denominado rutas amigables, en el que se plantea una ruta tricarril, de un ancho de 13 metros y donde la división es una barrera física en lugar de la doble línea amarilla supeditada al factor humano”, le explicó a La Capital el subsecretario de Seguridad Vial, Osvaldo Aymo.
A su vez, agregó que los suecos “inventaron una barreras flexibles que están compuestas por soportes de acero con cables del mismo material a tensión y se van corriendo cada tanta cantidad de kilómetros para favorecer el sobre paso seguro en la misma mano, lo que se denomina carriles 2+1”.
A su vez, Aymo destacó que lo más sorprendente del proyecto sueco es que a partir de su implementación los accidentes viales “bajaron a cero los choques frontales y en tres años recuperaron la inversión”.
Los choques frontales por el error humano representan el 51 por ciento de los siniestros vales. A su vez, son los que aportan la mayor cifra de muertes en el país con el 60 por ciento, según comentó Aymo. Por eso, la alternativa de carriles amigables sería una solución a un flagelo casi imposible de resolver.
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“Es una alternativa de menor costo a la autovía y la autopista, dado que se construye sobre el trazado de las rutas que existen, tomando las banquinas. Al ser una medida de infraestructura vial los resultados son inmediatos, porque se evita el choque frontal”, apuntó Aymo.
El paso siguiente pasa por diagramar un grupo de trabajo con el Instituto del Transporte, dependiente de la Facultad de Ingeniería (UNR), el ingeniero civil Francisco Sierra, de la UBA, para aportar su experiencia en diseño geométrico y la Asociación Argentina de la Carretera y la Asociación Española de la Carretera. “La idea es estudiar durante seis meses este proyecto para trasladar la prueba piloto a la ruta provincial 18 (camino a Pergamino) y ver cuáles son las intervenciones que se deben hacer”.