"Estoy de mi puerta para adentro", "Antes cuando éramos chiquitas, salíamos a la vereda. Salíamos a jugar en la calle", "El mundo no está muy bien, y viste como está ahora salir a la calle". Estas frases, expresadas con voces agudas de niñas, niños y adolescentes, bien pueden ser la puerta de entrada para recorrer "Lunas de mi barrio", la muestra que se inaugura este jueves en la Plataforma Lavardén. La exhibición reúne las creaciones de unos 250 chicos, de 6 a 12 años, que participaron de los talleres artísticos del programa "Barrio. Cultura cotidiana" del Ministerio de Cultura de la provincia. Una apuesta que rescata las voces de los pibes, en aquellos lugares donde más se necesita.
La exposición, que permanecerá exhibida hasta el 1º de diciembre, se produjo en consonancia con los 35 años de la sanción de la Convención sobre los Derechos del Niño y es una invitación para asomarse a las realidades y los deseos; pero, también y sobre todo, a la capacidad de creación de las infancias y adolescencias que habitan algunos de los barrios más vulnerables de Rosario.
Se trata de una muestra colectiva de 250 niños y adolescentes que participan de las actividades de 15 organizaciones sociales barriales, que desde mayo participaron del programa "Barrio. Cultura Cotidiana". El disparador de los talleres fue la lectura del cuento "La mejor luna", de Liliana Bodoc, que abrió preguntas como: “de qué material está hecha la Luna” o “qué cosas se podrían llevar a un viaje espacial”. Las respuestas despiertan asombro.
El resultado del trabajo se plasmó en la exhibición que se montó en dos plantas de la Plataforma Lavardén. La exposición es, tal como se describe en el material de prensa, es un recorrido por los sueños, voces y visiones de las infancias y adolescencias rosarinas en una propuesta que invita a ver y escuchar el mundo desde sus perspectivas. "A través de estas lunas, los chicos y chicas reflejan sus deseos, miedos y anhelos. Como parte de la instalación, se realizaron también conversaciones en las que chicas y chicos expresaron sus pensamientos y mensajes al mundo adulto, como un puente de comunicación y reflexión sobre la paz, la felicidad y los valores que ellos y ellas consideran esenciales".
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Del barrio a la Luna, ida y vuelta
La muestra es parte de un programa, denominado "Barrio. Cultura Cotidiana" que comenzó a andar por Rosario en mayo pasado y del que actualmente participan más de 1.200 niñas, niños y adolescentes, en 50 organizaciones comunitarias de distintos barrios de la ciudad. Actualmente hay en funcionamiento una centena de talleres formativos que incluyen plástica, música y artes visuales, entre otras disciplinas.
"La exposiciòn visibiliza, a través del trabajo colectivo de esas infancias y adolescencias, una voz que pone en escena lo que las infancias y adolescencias tienen para decir en relación a sus derechos, en base a un concepto que tiene que ver con el universo, con lo cósmico, con la luna y con lo cotidiano", destaca director el de Integración Territorial y Comunitaria, Gino Svegliatti.
Con esa consigna se desarrollaron los talleres que se desplegaron en bibliotecas populares, vecinales, asociaciones civiles y organizaciones comunitarias que, entre sus rutinas de dar de comer o de brindar apoyo escolar, empezaron a "consolidar actividades vinculadas a la cultura en territorio", explica. El año que viene, la idea es ampliar el programa, mediante convocatoria abierta para que se sumen nuevas instituciones.
Cada uno de esos espacios sostiene entre una y dos propuestas, o trayectos formativos, relacionados con distintos lenguajes artísticos, que se definen con la participación de los talleristas, la institución y el interés de quienes concurren a esos espacios.
Además de los talleres, que se repiten una vez por semana, se proyectan otras actividades donde se puedan mostrar las producciones. El montaje de "Luna de mi Barrio" o el encuentro de murgas que se desarrollará en unas semanas, son parte de estas apuestas. "Cada una de las actividades que se desarrollan por fuera de los talleres no sólo se plantean como un objetivo para ver el progreso de la actividad sino como una forma de vincularse con otros y otras en un mismo espacio comunitario".
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Sebastián Suárez Mecci / La Capital
Cultura, como instrumento de convivencia
"Trabajamos muy intensamente en los barrios porque estamos convencidos de que el papel de la cultura en este momento histórico es el de la inclusión", destaca Susana Rueda, ministra de Cultura de la provincia. La funcionaria destaca que en este momento de "incertidumbre y tembladeral" que atraviesan las políticas culturales "en Santa Fe queremos garantizar el acceso a la cultura, que es una construcción colectiva y, sobre todo, promoviendo esa construcción de abajo hacia arriba".
Por esto, destaca, la apuesta pasa por la presencia territorial de actividades culturales, el trabajo conjunto con las organizaciones sociales y la inclusión de infancias y adolescencias como protagonistas de las propuestas "que, en los barrios, son los sectores más vulnerables en este momento".
"Estamos convencidos de que la cultura te salva _afirma_. Que los lenguajes vinculados al arte tienen un papel fundamental de apertura de proyectos de vida, que a partir de ellos se pueden pensar otras formas de vincularse. Así, que en ese sentido, la cultura también es pacífica y genera alternativas de vida".
Rueda destaca que, incluso, muchas veces los talleres culturales hacen de puente para que las adolescencias puedan volver a la escuela o se vinculen con organizaciones de la comunidad. "El objetivo de todas estas actividades es la construcciòn de comunidad, promover la convivencia y generar nuevos vínculos", subraya.
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Sebastián Suárez Mecci / La Capital
¿De qué está hecha la Luna?
La Luna ha sido fuente de inspiración para muchos artistas, que la convirtieron en canción, la fotografiaron, la pintaron, escribieron sobre ella y la hicieron protagonista de memorables escenas de algunas películas. Las Lunas que forman parte de la muestra, creadas en espacios como la Biblioteca Cachilo, la Vecinal Dorrego o el comedor Las Mamis, por poner algunos ejemplos, son de fútbol, de pizza, de milanesa, de papeles brillantes, de flores secas, de chapitas de gaseosas y materiales reciclados. Tan diversas, como las chicas y chicos que las crearon.
La exposición comienza en la planta baja de la Plataforma Lavardén con una instalación lumínica que, como constelaciones de estrellas, guía el recorrido por el edificio. En el primer piso hay un espacio a media luz, con una gran Luna en el centro, con almohadones para acostarse en el piso y escuchar y leer cuentos o tocar el cielo con las manos.
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Sebastián Suárez Mecci / La Capital
En la planta baja, la sala de las miradas está dividida en distintos espacios. Una instalación visual invita a conocer las 250 lunas creadas en los talleres. Las imágenes, en loop, arman y desarman otra gran luna. A unos pasos, una serie de tótems recrea las pequeñas constelaciones de cada uno de los barrios, tal como las describieron los chicos. Las cosas que más les gustan (los amigos, la escuela, la biblioteca o el comedor) y las que menos (las calles, la mugre, los tiros o las malas personas).
Y en otro sector una instalación sonora con los objetos que los participantes de los talleres llevarían en un viaje a la Luna. Tocar cada uno de ellos, las bolitas para jugar, las cámaras para registrar imágenes o el equipo de mate dispara las voces de quienes eligieron esas compañías. También hay un espacio para tomarse selfies con fondos lunares y un video que muestra la rutina de los talleres y la cocina de la muestra.
"Lunas de mi Barrio. Chicas y chicos en el espacio comunitario" se podrá recorrer desde este jueves, a las 18, todos los días de 16 a 20, con entrada libre y gratuita, en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085, Rosario). Podrá visitarse hasta el domingo 1º de diciembre.