Antes de la presentación, que estuvo a cargo de dos de las personas que formaron parte del proyecto, Juanita Kohler y Luis Larpin, desde la biblioteca expresaron: “Recordamos el comienzo de un período que sumergió a la sociedad argentina en tiempos de violencias, persecuciones, desapariciones, muertes, censura, desempleo. Hoy más que nunca tenemos que recordar por qué muchos de los derechos conquistados, están siendo avasallados”.
A su vez interpelaron “¿Por qué aparecen y se reproducen discursos que apoyan la represión, criminalizan la protesta social y naturalizan la pobreza?. ¿Por qué hoy la educación pública está siendo condenada por un sector de la sociedad? Por todo esto decimos, memoria, verdad y justicia hoy y siempre”.
"El proyecto de la dictadura de control de la población no se limitó a la persecución, represión y desaparición de personas. También abarcó a la cultura en todas sus formas. Uno de los modos en que los militares buscaban controlar las maneras de pensar y sentir de los ciudadanos era la censura. Aparecieron las famosas listas negras, donde se prohibieron libros, canciones, películas, revistas y se persiguió a escritores, artistas, educadores, poetas, periodistas, e intelectuales en general”.
“Diversas investigaciones dieron cuenta que la dictadura tuvo una política cultural de alcance nacional, una verdadera estrategia de control, censura, represión y producción cultural, educativa y comunicacional cuidadosamente planificada. La cultura y la educación eran consideradas por los dictadores como un campo de batalla contra la subversión”, expresaron.
Y continuaron: “Es fundamental consolidar la memoria colectiva de todos los que integramos la sociedad argentina generando sentimientos opuestos a todo tipo de autoritarismo y auspiciando la defensa permanente del estado de derecho y la plena vigencia de los derechos humanos. Queremos para todos y todas una vida en ejercicio de la ciudadanía y entender la importancia de la democracia como pilar fundamental del pueblo. La libertad se conquista con derechos, la democracia con la memoria”.
La actividad fue en el marco del acto oficial por el 24 M, estuvo organizada desde la biblioteca y contó con el acompañamiento del Área de Cultura de la Municipalidad de Sastre y del Área de Educación municipal.
40 años del juicio a las juntas militares
En el mismo contexto se leyó un proyecto de resolución de los concejales Sergio Balbi y Cintia Palma, para que el en marco de los 40 años del juicio a las juntas militares que participaron del golpe del ‘76 y llevaron adelante un plan sistemático de desaparición de personas y apropiación de bebés y, teniendo en cuenta que fue el primer proceso en el mundo llevado a cabo por un tribunal civil para juzgar a miembros de una dictadura en su propio país, se instituya el año 2025 como ‘año del 40º aniversario del juicio de las juntas y adhiérase al honorable Consejo Municipal de la ciudad de Ortiz a la conmemoración por las razones expuestas’”.
El texto también solicita que durante 2025 todos los documentos oficiales emitidos por el honorable Consejo Municipal, ya sea en formato físico y digital, lleven la leyenda “2025 año del cuadragésimo aniversario del juicio a las juntas militares”.
Libros para sembrar memoria
La introducción del material bibliográfico presentado estuvo a cargo de Ana Testa, de San Jorge quien es una ex detenida y sobreviviente del excentro clandestino que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) durante la dictadura.
"Hoy son todos ustedes los protagonistas en este acto porque es importante que esta historia no se repita. Yo podría estar en alguna de las fotos que hoy ven aquí expuestas. Yo nací en San Jorge y durante la dictadura estuve secuestrada en la Esma y tuve el privilegio de la vida. De manera que es algo que no podemos negar, no podemos olvidar y las jóvenes generaciones lo tienen que tener presente”, expresó Testa.
"Le hace muy bien a la historia de nuestro país y a la construcción de la vida democrática tener presente los 30.000 desaparecidos; tener presente todo lo que pasó”. Acto seguido le cedió la palabra a Juanita Köhler y Luis Larpin, integrantes del equipo que se encargó de compilar las historias de los desaparecidos de los distintos pueblos y ciudades del interior del centro-norte provincial.
Kohler es historiadora y Larpin es un ex preso político que permaneció detenido a causa de su militancia desde el año 1975 hasta 1982, pasando por diferentes centros penitenciarios. Ambos hace casi dos décadas se dedican a recolectar testimonios y datos para reconstruir la historia de personas desaparecidas en la dictadura.
“La verdad que es el mejor marco como para charlar de esto. Decía Ana que nosotros hace 20 años empezamos con esto y sí, en el 2005 ninguno de los chicos presentes había nacido todavía, por eso es importante que sepan lo que pasó”, comenzó Larpin.
“En 2005 se comenzaron a hacer en Santa Fe homenajes en escuelas y en facultades a quienes habían sido desaparecidos y asesinados por la dictadura. Recién ahí, aunque ya habían pasado 30 años, la sociedad empezaba a integrar en su historia a estos compañeros y compañeras. Y esos homenajes implicaban reconstruir su historia personal”, prosiguió.
“El material sobre los desaparecidos surgía de sus compañeros, sus familiares, de alguna cosa que estaba publicada de los legajos del de la facultad o de la escuela, los amigos, la gente del barrio. A medida que se fue haciendo eso y que nos fuimos vinculando, se armó un grupo de seis personas que compartíamos una misma condición. Habíamos sido militantes en esa época, lo seguíamos siendo de distinta manera en los años 2000 y habíamos sido perseguidos por la dictadura, de distintas maneras, pero todos perseguidos”, resumió.
En 2006, tras un pedido de la Secretaría de Derechos Humanos la provincia, comenzó la etapa de reconstrucción de la memoria de los desaparecidos en territorio santafesino.
Una tarea colectiva
"La historia requiere de estudio, investigación, documentación, un trabajo muy específico, pero que, muchas veces, no considera todas otras fuentes que son las que construyen la memoria que es algo que no tiene autor. La memoria es un producto colectivo y siempre se hace entre varios o entre muchos”, resaltó Larpin.
“Y esa reconstrucción de la memoria se convirtió en dos primeros libros que se llamaron ‘Historias de vida’. Pasaron los años y nos pusimos a hacer esto que les presentamos hoy, que se llama ‘Sembrando memoria’ y que recopila las historias personales de todos los desaparecidos y desaparecidas de los departamentos del centro y del norte de la provincia de Santa Fe”.
Larpin explicó que en esta etapa fueron cinco personas las que trabajaron para realizar dos compilaciones. “Fuimos los sintetizadores de las historias, pero autores hay decenas y cientos por la cantidad de testimonios, por las fuentes publicadas y por las cosas que ni siquiera sabemos quién las dijo, porque surgieron de encuentros y charlas casuales”.
Desaparecidos del departamento San Martín
De esta manera se logró incorporar en las distintas comunidades el recuerdo de aquellas personas que fueron suprimidas por la violencia de la dictadura. “Aquí en el departamento San Marín, que es un departamento pequeño, hay 12 desaparecidos. Doce que nacieron o vivieron en este del departamento. Y ahí era claro un detalle por lo que podría ser el rigor histórico o el rigor de este documental. En la memoria no entran en el tema de los límites eh geográficos o las partidas de nacimiento. Algunos de esos compañeros nacieron de la frontera con Córdoba para allá. O sea, nacieron en una localidad cordobesa, pero la familia vivió siempre acá”.
Larpin remarcó que “para la memoria son sanjorgenses o trebolenses, por ejemplo. De la misma manera ocurren omisiones porque antes no se no se tuvo acceso a esa información y por ejemplo, en Rafaela (departamento Castellanos), donde hay un todo un trabajo muy interesante del Centro Documental de la Memoria con compañeros y compañeras de distintas edades, todos los años van ubicando un nuevo rafaelino o rafaelina víctima de la dictadura al cual no tenían en cuenta”.
De acuerdo a Larpin “en el interior de Santa Fe había mucha movilidad las familias de ferroviarios se mudaban constantemente y muchos estudiantes emigraban a las grandes ciudades para hacer sus estudios universitarios. Es decir, varios de estos este compañeros que están en el libro se fueron a estudiar a Córdoba y desarrollaron allá su militancia".
Una búsqueda minuciosa
El compilador resaltó que la tarea fue una búsqueda minuciosa de pequeños datos o testimonios ya que “la dictadura, mediante el terrorismo de Estado, tuvo toda una maquinaria absolutamente organizada en cuanto al ocultamiento de la información que prosiguió aún luego del retorno de la democracia”.
"Hasta el día de hoy, algunos organismos del Estado, que no son los que perpetraron el genocidio, mantienen el ocultamiento de la información respecto de las fuerzas secuestradoras o sobre el lugar o el destino final de las personas que desaparecieron”, lo que resalta el valor de la reconstrucción hecha a través de quienes fueron testigos o parte del plan sistemático de desaparición de personas.
"Desde el año 83, hasta ahora que estamos en democracia, las fuerzas armadas de seguridad que son de la democracia que tienen sus obligaciones en el parlamento, nunca aportaron esa información que sabemos que la tienen, porque todo eso fue un plan sistematizado y que está escrito”, indicó.
El rescate de las historias
Además, remarcó: "En este libro lo que van a encontrar son toda historias personales. No hacemos eje en cómo fue secuestrado, ni cómo fue asesinado. Pero sí le incorporamos dos cosas importantes. Los homenajes o reconocimientos que se han dado en sus localidades, en sus espacios y los juicios en los cuales fueron juzgados los responsables de su desaparición y muerte”.
Para finalizar Larpin remarcó que estos libros “son una herramienta como para seguir trabajando todo lo que ustedes han estado viendo y charlando. Busquen, miren, lean y además pueden acceder a información más extendida que está disponible en una plataforma web ”.
Luego fue el tuno de Juanita Köhler, una profesora de historia ya jubilada que impartió clases en diversos colegios y universidades de la capital provincial.
"Este libro, como le decía Luis, recoge los testimonios de muchísima gente que conoció a las víctimas o sabe sobre los bebés apropiados. Entre esas víctimas tenemos obreros, docentes, estudiantes, ingenieros... Es decir, un muestrario muy amplio de la época. Casos que demuestran la enorme mentira que fue hablar de que esas víctimas eran terroristas, que vivían matando gente por todos lados y que nos habían salvado de eso. Esa era la idea que inculcaron y pretenden seguir inculcándola a toda la población”, expresó la docente.
"Muchos de los desaparecidos fueron militares sociales, trabajaban en los barrios, alfabetizaban, construían viviendas. Otros optaron por la acción armada. Son distintas opciones y otros no tuvieron nada que ve con ninguna de las opciones anteriores. Solo eran actividades sociales que la dictadura pretendía también anular o desaparecer”.
En este punto Köhler resaltó que “el sentido de nuestro trabajo, mas allá de homenajear a los compañeros y reivindicarlos, fue fundamentalmente entender por qué. Es decir, ¿Qué pasó? ¿Por qué pasó?”.
“En ese sentido -prosiguió- coincido con la idea de que no se puede entender el ‘76 sin recordar el ‘55. Sin entender por qué bombardearon la Plaza de Mayo. ¿Por qué mataron a 300 o más personas en la plaza de Mayo? ¿Por qué dejaron más de 1000 heridos? ¿Ustedes saben que es el único país de América donde las Fuerzas Armadas bombardean a la población civil. Eso ocurrió en1955. Ahí vamos a encontrar la raíz de ese proceso que provocó a principios de los 70, fines de los 60 una gran reacción popular sobre todo entre la gente joven, la juventud. Y era ese sentido de la injusticia de la situación”.
La historiadora prosiguió “Sé que creen o les han hecho creer que lo del pasado no tiene nada que ver con ustedes. Pero el pasado es la base sobre la que se ha reconstruido este presente. Y todo ese proceso con sus altos y sus bajos nos explica cuál es el problema”.
Finalmente dijo: “todo eso es el objetivo de este libro. Porque si nos quedamos en el homenaje y los compañeros resucitan, nos matan. Porque no militaron para que los homenajeen. Nada fue hecho desde lo individual. Todo eso fue hecho desde lo colectivo y para lo colectivo. Eso es fundamental entenderlo”.
Este lunes 24 de marzo, la Biblioteca Popular San Martín de Sastre abrirá sus puertas a las 18 para ofrecer la posibilidad de lecturas de libros y autores prohibidos durante la última dictadura y reflexionar sobre el contexto actual.
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