-¿Cabín 9 es un barrio de Pérez o de Rosario?
-Esa es una de las discusiones. En realidad es de Pérez, pero está en el límite, entonces ahi viene la discusión.
-¿De dónde viene la discusión, de un límite impreciso?
-No, el límite es preciso. Lo que pasa es que dentro de Pérez la población de Cabín 9 es denostada, y dentro de Rosario es excluida porque no es bien vista. Entonces, desde ambos puntos de vista, no son ni fu ni fa.
-¿Ninguno se va a pelear por tener a Cabín 9?
-No, pero sí se pelean después en términos del electorado porque es un barrio muy populoso y genera muchos votos.
-¿Cuánta gente vive en Cabín 9?
-Habría que ver el último censo, pero creo que deben ser más de 15 mil. Es un barrio grande.
cabin 2.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
-¿Cuál es el origen del barrio?
-Cabín 9 era un barrio de quintas, por donde pasa la vía, y hay mucha gente que viene de inmigración interna del noreste, de Corrientes y Chaco. Mucha gente laburante vinculada a la albañilería, y las mujeres, al empleo doméstico. Y si nos vamos más atrás hay algunos viejos vecinos con experiencia fabril, pero ya sabemos lo que pasa con las fábricas en nuestro país: las están desarmando.
-¿Hay viejos ferroviarios?
-No me he los he cruzado en Cabín, pero sé que Pérez tiene toda una historia con el ferrocarril, y seguro que debe haber.
-¿Cabín es un término ferroviario?
-Claro, cabín es la casilla del guardabarrera del tren. Y en ese sentido Cabín 9 es un barrio que tiene una tradición de lucha. De hecho, una de las primeras tareas fue sacar una revistita, que se llama El Cabín, donde entrevistamos a viejos vecinos del barrio y estamos recuperando las luchas históricas del barrio.
-¿Cuáles son las luchas de Cabín 9?
-Una de las primeras luchas históricas tiene que ver con la apertura del paso a nivel porque no había un paso y el barrio estaba partido por la vía. Entonces el barrio se fue organizando hasta que terminaron haciendo una lucha concreta, cortaron las vías y organizaron reuniones, en la década del 80, durante la transición de la dictadura a la democracia. El barrio se fue armando alrededor de esas luchas. Hubo también otras luchas en el barrio como la desaparición de cuatro vecinos de filiación montonera: el docente Raúl García, los hermanos Gausenio y otro muchacho llamado Mario.
cabin 5.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
-¿Quiénes eran estos vecinos militantes?
-Los Gausenio eran dos hermanos del barrio, a uno lo mataron y al otro lo desaparecieron. Al otro muchacho docente, Raúl García, también lo desaparecieron. La escuela secundaria toma el nombre de Juan Carlos Gausenio y el Eempa toma el nombre de Raúl García. Entonces Cabín tiene toda una historia de lucha, de organización y de acción comunitaria.
-¿Cómo trabajan para recuperar la memoria de esas luchas?
-En esas historias de lucha nos anclamos y las recuperamos. Ahora para el 24 de marzo estamos recuperando justamente el testimonio de los vecinos que vivieron ese momento porque parece que no hubieran pasado. Nos anclamos en las luchas anteriores para pensar el presente y se va dando esa acumulación porque algunos vecinos que se acercan nos cuentan que participaban en algunas luchas.
>>> Leer más: La historia de los hermanos Gauseño y el grupo de jóvenes que dejó huella en la comunidad de Pérez
-¿Por ejemplo?
-Los vecinos que han participado porque conocían a los Gausenio, que se comieron la represión porque los Gausenio les dejaron un auto ahí, después la policía lo secuestró y se llevó preso a un vecino. Esas historias se van pasando así, por transmisión oral, y tratamos de reconstruirlas porque tratamos de disputar que la vida de los barrios se sostiene con las luchas comunitarias porque, si no, no hay otra manera.
-¿Cómo fue la historia de los Gausenio?
-En principio eran estudiantes y trabajadores, como casi todos en esa época. Sé que uno de ellos era muy chico.
"Nos sostenemos gracias a esa solidaridad"
-¿Cómo evaluás la respuesta solidaria de vastos sectores sociales ante la tragedia de Bahía Blanca?
-Esto de la solidaridad, que el pueblo va mostrando gestos solidarios con lo de Bahía Blanca y los de estas semanas con los jubilados, es una especie de instinto -en realidad no sé cómo llamarlo-, que uno ve en los barrios. Lo vimos en la pandemia y lo vemos cotidianamente. Nos sostenemos gracias a esa solidaridad.
-Diego dijo en 2004: “Yo estoy a muerte con los jubilados. Hay que ser muy cagón para no defender a un jubilado”. ¿Pareciera que fue ayer nomás?
-Cómo se va resignificando todo. Por eso la importancia de recuperar la historia porque se va resignificando en cada momento.
cabin 3.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
-¿Cómo surgió la idea de militar y trabajar en Cabín 9?
-Yo como militante, sin haber nacido ahí, me sumé al Club Defensores, que es uno de los clubes de Cabín, de gente luchadora del barrio. Ese club fue haciendo una apertura hacia gente que veníamos más del palo estudiantil para que haya actividades, talleres y educación popular. Después con un grupo de gente fuimos armando el Centro Social con vecinos del barrio.
-¿Cuándo crearon el Centro Social Cabín 9?
-Fue todo un proceso largo: arrancamos en 2008 y al Centro Social lo armamos en 2018, pero en el medio pasamos por otras experiencias, como una cooperativa y distintas formas organizativas.
-¿Cuáles son las actividades del Centro Social?
-Tenemos actividades comunitarias como el roperito solidario, de circulación de ropa, que se sostiene con donaciones; la escuelita para niños, en la que se hacen un desayuno y juegos los sábados a la mañana; un nuevo taller de dibujo para adolescentes dictado por Luciano Paolini; un consultorio jurídico gratuito que doy yo, y un trabajo de entrenamiento físico para mujeres, que es una promoción comunitaria de la salud, hecho por un profesor de educación física, articulado con el Samco del barrio, entre otros.
-¿Cómo funciona el trabajo comunitario en Cabín 9?
-Tenemos el trabajo comunitario como eje, que son estas actividades regulares. En los barrios se vive lo comunitario como ese tejido que, se bien se castiga permanentemente con estas políticas neoliberales y con los narcos, el barrio vuelve a recrearlo porque por allí pasa la vida. A los niños que están en la calle se los cuida en el Centro Social, la alimentación pasa por ahí y la educación a veces también pasa por ahí.
cabin 6.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
-¿Qué asignaturas tienen pendientes?
-Queremos articular con los servicios públicos como la salud y la educación, por eso articulamos con ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), con Amsafé (Asociación del Magisterio de Santa Fe), con los trabajadores del barrio, porque nos parece muy importante articular y defender los servicios públicos y lo público en general.
-¿En qué consiste esa articulación?
-Consiste en esta articulación que te decía con el Samco, de promoción comunitaria de la salud, y después tenemos reuniones interinstitucionales en las que participan gente de la escuela, del Samco, gente que trabaja con adicciones en el barrio, de los clubes. Buscamos articular las instituciones y ver las problemáticas comunes. Con las mujeres de Amsafé organizamos la movida del 8M. Y buscamos la articulación de base con los trabajadores para la defensa de los servicios públicos, que están bajo un ataque constante, y queremos disputar esta cuestión.
-¿Por ejemplo?
-Cuando hay un paro docente hay que gente que dice: “Estos no quieren trabajar”. Entonces tratamos de disputar eso en el barrio porque los paros y las medidas de lucha son las herramientas para sostener esos servicios. Y esos servicios son sostenidos con el cuerpo de los propios trabajadores. El que pisó un barrio sabe que al centro de salud lo sostienen los médicos, los enfermeros y los administrativos, y a la escuela, los docentes contra el gobierno y contra viento y marea. Entonce hacer una articulación de esas características es importantísimo.
>>> Leer más: Mamás de Corazón en Funes: "Soy una convencida de que se puede cambiar la realidad"
-¿En qué otro eje trabajan?
-El otro eje que trabajamos es el tema del agua porque, en pleno siglo XXI, el barrio Cabín 9 no tiene agua potable.
-¿Tienen una canilla pública como la que había en Ayacucho y Centeno, en el barrio La Bajada, en los 70?
-Exactamente. Esto es un tanque que manejan unos empleados municipales, que te cargan unos bidones. Tienen un tanque en el que potabilizan el agua, pero hay toda una cuestión de precariedad muy importante: todo el barrio Cabín 9 no tiene agua, y algunos otros barrios de Pérez tampoco.
-¿Qué fue la campaña por el agua?
-Fue toda una campaña por el agua en la que juntamos firmas y en un momento se llegó a un conflicto en el que se cortó la ruta y se hizo un reclamo porque la gente iba a buscar el agua con una botella de la casa y no le querían dar si no llevaba un bidón, y ahí saltó el conflicto.
-¿Y cuál era el argumento?
-Que no podían conectar la manguera en la botella. Entonces ahí estalló el conflicto cuando la gente dijo: “Sobre que no tengo agua, encima tengo que cargar con un bidón”. Eso fue durante la pandemia, en 2021, y se hizo todo un reclamo.
-¿Cómo siguió la cuestión del agua?
-Todos los años vuelven los políticos con el tema del agua y dicen que la van a poner, pero que falta no sé qué de la provincia o de la Nación y se empiezan a tirar la pelota de una gestión a otra, la cuestión es que el agua no está, que el agua que llega a las canillas no se puede tomar. A las casas llega agua, pero no se puede tomar, te arruina los electrodomésticos y la ropa. La gente la usa para bañarse, para lavar, pero es un agua que te trae muchos problemas. A veces la llegan a tomar porque el tanque municipal tiene un horario y se quedan sin agua. En esa lucha pedimos la ampliación del horario, de las 7 de la tarde a las 9 de la noche, y una mediasombra, que no tenía.
-¿El agua es hoy la principal lucha de Cabín 9?
-No. Hoy en día las prioridades del barrio son el hambre y la subsistencia económica. La principal lucha del barrio es por la alimentación y la subsistencia. Venimos con esa pelea histórica del agua. Hay momentos en los que el barrio la toma más o menos porque Cabín 9 sufre una situación de precariedad estructural, en la que ya sabemos cómo está la economía de este país, y pelea el día a día, entonces a veces la gente naturaliza no tener el agua.
-¿Cuáles son las otras problemáticas del barrio?
-Otros problemas son los de las adicciones, problemas que generan mucha conflictividad interna en los barrios y conflictividades familiares. Todo eso y la supervivencia del día a día toman las reivindicaciones del barrio.
cabin 4.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
-¿Pueden reconstruir esa trama social tan dañada por el neoliberalismo y los narcos?
-Sí, con los años, con la persistencia, con el hecho de estar sensibles a estas prácticas solidarias que existen en el barrio, la gente se va acercando y trayendo las problemáticas. La gente trae donaciones de ropa, da una mano con el roperito, participa del apoyo escolar y del trabajo con los niños, ahora se está armando también un grupo de mujeres. La participación existe, nosotros -quienes somos más militantes- aportamos una continuidad, un ritmo y una cuestión que nos parece que tiene que ver con la tarea política del momento, que tiene que ver con eso: con la militancia social, con ponerse codo a codo a dar luchas desde abajo.
-¿Dónde pueden donar?
-Te doy un alias: “centro.social.cabin9” o pueden escribirnos al Instagram o al Facebook, aparece como Centro Social Cabín 9, o también escribirnos por donación de ropa, siempre son bienvenidas.
>>> Leer más: Funes: la conmovedora historia de la chaqueña que da de comer a 30 familias
-¿El barrio tiene un comedor comunitario?
-Tiene varios comedores: la escuela tiene un comedor, hay un montón de gente que necesita asistencia para sobrevivir sobre todo porque es un barrio que por la composición de albañiles que, con la paralización de la obra pública, son los primeros trabajos recortados, con el grado de precarización que hay en ese sector. Y pensemos también que muchas mujeres son empleadas domésticas, también en un marco de precarización, y cuando hay una crisis lo primero que recortan es la empleada doméstica. Es un barrio que está muy muy afectado por la situación general y por eso la importancia de la organización, la lucha y la solidaridad.
-¿Por qué la gente eligió a un gobierno como éste, capaz de pegarle a una jubilada de 80 años?
-Porque hace falta que haya más militancia de base. A veces vemos eso: hay mucha retórica, mucha red social y falta militancia de base. Falta militancia en los barrios, falta militancia en los sindicatos, falta militancia donde se da la pelea cotidiana, y hay que retomar esas tradiciones de escuchar a los compañeros y compañeras de base, a los vecinos de base, y ver cómo la ven desde ahí. Y no hay que quedarse únicamente con la conducta electoral porque la solidaridad como práctica atraviesa lo que uno hace electoralmente: no necesariamente uno vota como realmente es en su vida. Por eso el tema de la solidaridad es importante como valor que la gente practica. Y es mentira lo que dice el gobierno, que “es todos contra todos”. No hay ley de la selva y el pueblo está demostrando que nosotros no estamos en esa.