El intendente de Capitán Bermúdez, Daniel Cinalli, analizó que los incendios producidos la semana pasada en el monte de la empresa Celulosa, que estuvo ardiendo durante casi dos días, no fueron consecuencia directa del calor, sino que respondieron a quema de cables o incluso "rituales macumba".
Los incendios en el predio de Celulosa tuvieron en jaque a un amplio sector de la ciudad del departamento San Lorenzo. Bomberos Voluntarios locales que recibieron la colaboración de cuarteles de localidades cercanas, incluso estuvo presente un contingente de rosarinos, trabajaron durante casi 48 horas en la extinción de las llamas en jornadas en las que el calor apretó un montón con temperaturas máximas que se acercaron a los 40 grados.
“El incendio se originó en cercanías de un asentamiento irregular que tenemos hace unos años en el predio que Celulosa y en una parte que pertenecía a la vieja Petroquímica Capitán Bermúdez ex Electroclor. Creo que los focos de incendios pudieron empezar por la desidia propia de quemar cables o los rituales macumbas que suelen darse en el lugar”, subrayó el mandatario.
Cinalli contó que “se hallaron restos de velas que habían estado encendida a la vera de un camino dentro del monte. Los dos focos que se dieron la semana pasada no se dieron por las altas temperaturas. No fue por eso. El incendio se dio por controlado en horas de la noche del jueves, pero algún árbol habrá quedado encendido y las chispas pasaron al otro predio por el cambio del viento”.
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El intendente recordó que el primer incendio comenzó la tarde del jueves y se controló sobre la noche, pero un segundo foco, generado por chispas provocadas por un cambio en los vientos, afectó durante la madrugada del viernes a un depósito de troncos.
En declaraciones a LT8, y con relación al área afectada por las llamas, Cinalli destacó que “no fue extensa, se quemaron más cortezas y no tanto las copas de los árboles. Lo que hay acá es un gran abandono del pastizal. Eso es peligroso, ya que podría haber facilitado la propagación del fuego y provocar un incendio de mayor envergadura en todo el bosque. El mantenimiento correspondería a Celulosa. Pero comprendo que, debido a la crisis por las que pasó la empresa y los ajustes presupuestarios, estas tareas no se priorizaron en los últimos años y estas cuestiones se dejan de lado. Ese mantenimiento hubiera evitado que ingresa gente a vivir ahí.”, explicó.
“Hay que darle una solución habitacional a mucha gente que vive de buena fe acá, pero también para sacar a la gente que usa esa zona como aguantadero. La entrada de ese asentamiento está casi en el límite entre Bermúdez y Baigorria, en la vieja bajada Espinillo. Ahí vive gente humilde, pescadores, carreros, pero también es un lugar propicio como aguantadero de mucha gente que se escapa de Cerámica, del Remanso Valerio, hay un poco de todo”, destacó.