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—¿Cuánto tiempo corriste en Brasil?
—Lo hice durante dos años seguidos en categoría Yamaha R3, que es una moto de 300cc.
—Ahí también ganaste varias veces, ¿quisiste dar un cambio o fue obligado el traspaso por falta de apoyo, qué fue lo que pasó realmente?
—Lo primero que quiero destacar, es que el deporte motor es una disciplina muy cara. Nosotros tuvimos la posibilidad de ir a competir el torneo Latinoamericano en Brasil, y lo hicimos con el esfuerzo de mi familia y de algunos amigos. Por suerte, en los dos campeonatos nos fue muy bien, ya que en el primer año salimos cuarto en la general, y quinto en la segunda. A eso le sumo que ganamos varias carreras. Tal es así que subimos al podio en casi todas las competencias, así que por el lado deportivo estoy muy contento. Sucedió que tuve que volver sencillamente por el tema de no tener un apoyo económico fuerte para seguir compitiendo internacionalmente.
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"El primer año en Brasil quedé cuarto en la general, y quinto en el segundo", dijo Novillo.
—¿Qué te dejó haber competido afuera, es decir, notás que te potenció en algo?
—La verdad es que sí. Como primera medida me potenció mucho. Sobre todo desde el punto de vista de la confianza. A eso le agrego que ir a correr internacionalmente y llevar la bandera, es un orgullo. Sinceramente adquirí mucho aprendizaje. Fue algo muy importante haber ido a Brasil.
—Empezaste a correr en Argentina cuatro fechas tarde y hoy estás tercero en la tabla general, ¿esperabas tener tan buenos resultados en muy poco tiempo?
—Sinceramente, no. No lo esperaba para nada. De hecho, me agarró bastante de sorpresa. Cuando empecé a ver el ranking y los puntos, me tomó por sorpresa. A la vez, es verdad que eso me hizo enfocar más y pensar mucho en que puedo llegar a competir por algo más, pese a que estoy un poco lejos de la punta. Pero bueno, son esos puntitos que nos faltan es por haber arrancado un poco tarde, aunque no me quejo sino que valoro todo lo que me pasa. Sinceramente, todo esto es nuevo para mi en todo sentido.
—Al ser motos muy diferentes, ¿cuál es la principal diferencia que notás entre uno y otro campeonato?
—Como primera comparación hay que decir que la actual moto tiene tres veces más de potencia y es mucho más pesada. Acá corro con un R1, que en la recta del circuito de San Nicolás me dio un promedio de 305 kilómetros por hora, mientras que en otro trazado más largo la puse a 315 km/h. En tanto, la R3 llega solamente a 200 km/h. Después, cambia todo totalmente. Sea desde frenado como la fuerza. En el Superbike tenés 200 caballos abajo de tu cuerpo. Son dos cosas totalmente diferentes.
—¿Cómo afrontaste la preparación para no sufrir el cambio?
—Tuve que prepararme muy bien y muy duro desde lo físico. Cambié la rutina básicamente porque, entre otros temas, tuve que agarrar mucha más fuerza. En la R3 tenía más aire. Con la R1 (1000cc) tenés que llevarla más firme. Se necesita mucho más fuerza para llevarla porque empuja bastante (risas).
—¿Te costó mucho la adaptación?
—Más que costar, me sigo sorprendiendo de las cosas que hace esta moto. Voy aprendiendo cada vez más. Le saco jugo cuando salgo pista. Realmente aprendo cosas nuevas permanentemente.
—Tu papá tiene experiencia porque corrió y dejó la competencia en 2017 con varios títulos incluidos. ¿le preguntás cosas técnicas para mejorar?
—Hablamos siempre. Y de todo porque tiene mucho roce y vivencias en pista. Me enseña mucho, y en todo momento. Desde esa óptica sé que cuento con mi papá y también con un gran piloto. Además de apoyarme en todo, me brinda muchos consejos, y eso genera un plus entre nosotros porque nos conectamos más.
—¿Cómo ves el nivel de pilotos a nivel nacional porque corren jóvenes y experimentados?
—Lo que veo en el Campeonato Argentino es que el nivel de pilotos es muy bueno. No en vano cada vez que vamos a representar al país al exterior se lo deja bien parado. En el Superbike nacional hay de todas las edades, aunque soy el más chico (25 años). Mientras que en diferentes categorías hay pibes de 13 años y 14 años compitiendo a nivel internacional.
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Bruno Novillo es piloto oficial de Yamaha en el Superbike argentino.
—¿Y cómo fue ganar por primera vez en Superbike, pese a que antes ya habías hecho dos podios al hilo?
—Fue algo estupendo, maravilloso. Tuve dos terceros puestos seguidos (Olavarría y Bahía Blanca), mientras que la última fecha gané en Olavarría. Es algo indescriptible. La sensación fue hermosa porque tenía solo cinco carreras en el lomo. Es más, confieso que cuando me bajaron la bandera a cuadros antes que todos, no lo podía creer. Tuve que dar la vuelta de honor y ahí un poco caí, aunque no tanto (risas).
—¿Y cómo reaccionaron en boxes?
— Ahí es como que me dio cuenta más de lo que había logrado. Cuando vi a todo el equipo feliz me cayó un poco más la ficha. Es que fue al sensacional haber ganado la primer carrera en Superbike, que es una categoría muy importante. No lo podía creer porque además tenía cinco competencias nomás encima en esta divisional.
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—¿Cuál es el objetivo para este año?
—Quedan dos carreras, ambas en San Nicolás. La primera será el próximo 17, mientras la restante será el 8 de diciembre. La idea es sumar la mayor cantidad de puntos que podamos porque no puedo desviarme del objetivo, que es seguir aprendiendo. Obviamente que si se puede ganar alguna carreras más o volver a estar en el podio, sería hermoso. Sobre todo porque incluso estaría cerca de casa y seguramente tendré mucha gente amiga y familiares haciéndose el aguante. Pero si no se da, habrá que terminar bien y sabiendo que esto es un trabajo arduo y que recién arranco en esta divisional. Desde ese punto de vista sé lo que puedo dar como también que hay procesos que no se pueden saltar.
—¿Dónde te preparás?
—Útimamente estoy probando en un kartódromo en Baradero con una moto de 300cc y además hago mucho físico. Si no tengo la pista disponible debo viajar a Marcos Juárez, es decir casi 200 km, para poder entrenar. Son esos dos lugares básicamente.
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El pìloto Novillo viene de ganar en Olavarría con una gran moto que era de su padre.
—Cuando ves que el autódromo Fangio no se puede usar debido a una particular ordenanza, ¿te genera un poco de bronca o de impotencia, ya que teniendo una pista en tu ciudad no la podés usar?
—Y...es una lástima. Aunque esa misma pregunta me la hace y sigue haciendo mucha gente de nuestro palo. Para poder ponerse a tono debo ir a otras provincias, es así. Incluso llegué a probar en Concordia, que está a casi 450 km, no queda otra. Hay que buscar alternativas.
—¿Cómo es el proyecto para ir a España el año que viene?
—Iré a correr a la categoría monomarca Yamaha R7 Cup (700cc que no hay en nuestro país).
—¿Cómo te llegó esa propuesta?
—A través de Yamaha Argentina, que dicho sea de paso corro para ellos. Iré al equipo YVS Sabadell, que tiene de director a Matías Pérez, que además de ser argentino fue el primer campeón de esta divisional.
—¿Qué representa este salto que darás en breve?
—Es un doble desafío. No solo porque podré cruzar el charco y meterme nuevamente en el plano internacional, sino además porque iré a correr a España, que para todo piloto de motos es un sueño. Estoy muy contento, orgulloso y nsioso por viajar e intalarme allá.
—¿Cuándo tenés programado instalarte allá?
—En marzo, ahí casi seguro iría con Adrián Aparicio, que es el representante de Yamaha en nuestro país.
—¿Qué dice tu familia de toda esta movida?
—Está orgullosa por la chance que me salió ahora, así que lo disfrutamos mucho.
—Pensar que tu papá (Sergio) demostró tener todo el potencial para correr afuera pero no se le dio. Es como que con vos cierra ahora el círculo de la felicidad.
—Es verdad, mi viejo no pudo ir porque no tuvo los recursos, pero le sobraba técnica y capacidad arriba de la moto. Son cosas que suceden, y a veces cuesta enfrentar esa realidad. Por eso, para mi este paso que se me presentó ahora es como un sueño que vamos a cumplir los dos, lo siento así sinceramente.
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Así es la Yamaha R7 (700cc) que piloteará Novillo en España en 2025.
—¿Qué te dijo cuando se enteró que te habían seleccionado?
—De arranque, no lo podía creer. Se emocionó y me dijo mirándome que había que darle para adelante. Me remarcó que debíamos enfocarnos en lo que venía y que lo haríamos como siempre lo hicimos, entre nosotros ayudándonos por el amor que tenemos por este deporte, y por nosotros mismos.
—¿Eso te dio cierta tranquilidad o restó autopresión por saber que contás con su apoyo desde todo punto de vista, no solo por si no aparece un sponsor?
—Totalmente. Saber que siempre cuento con su apoyo me da más confianza. En este caso me genera cierta tranquilidad. No es que iré a España sin presión porque eso siempre va a existir y la tendré por dentro. Sobre todo porque no quiero ir a dar vueltas nomás en una final. Por eso, contar con el apoyo de toda mi familia y todos los seres queridos me da otro tipo de motivación y orgullo a la vez.
—¿Cuántos argentinos correrán en ese campeonato?
—Por ahora sé que soy yo nomás. No solamente del país sino también de Latinoamérica. Así que será un lindo desafío saber que iré a España representando a mi país sobre todo. Se vienen cosas lindas y tengo mucha ilusión.